Vida de lujo: Madrid y Barcelona, posicionadas entre las 30 ciudades europeas más caras para expatriados

La inflación y las fluctuaciones de los tipos de cambio han repercutido directamente en la remuneración y el ahorro de los expatriados. Los costes de la vivienda, los impuestos locales y los gastos de la educación, entre otros, están incidiendo en gran medida en el coste de la vida de los expatriados de todo el mundo. Estos factores dificultan la atracción y retención del talento para las empresas, limitando la movilidad de los empleados y elevando los costes operativos.

Hong Kong, Singapur y Zúrich encabezan por segundo año consecutivo las tres ciudades más caras del mundo para los expatriados de las empresas. Además, dentro del ‘top’ de las diez ciudades más caras del mundo para los expatriados, cinco son ciudades europeas, como Ginebra, Basilea, Berna y Londres.

El caso de Madrid y Barcelona

A nivel europeo, Madrid y Barcelona figuran entre las 30 ciudades más caras, ocupando los puestos 30 y 25 respectivamente. A nivel global, la capital española se encuentra en la posición 76 y Barcelona en la 66, lo que demuestra que ambas ciudades se han encarecido ligeramente en el ranking de las ciudades más caras del mundo para el personal corporativo expatriado.

En la capital española, los productos que más se han encarecido este año han sido el aceite, en un 75%, seguido de las naranjas y la harina, mientras que el combustible ha bajado un 4%. En Barcelona, los productos que más han subido este año son el azúcar (61%), el aceite (47%) y la harina (30%), al tiempo que el combustible ha experimentado un descenso similar al de Madrid.

Soluciones para las Empresas

Ante este panorama global, la crisis por el incremento del coste de la vida ha tenido un impacto significativo en las organizaciones multinacionales y en su gestión global del talento. Las empresas deben mantener una comunicación abierta con sus empleados para abordar las preocupaciones de su plantilla y encontrar soluciones óptimas que les permitan atraer y retener el talento, así como garantizar la movilidad de sus equipos internacionales sin incrementar excesivamente sus costes operativos.