Estas prácticas empresariales te pueden llevar a la cárcel

Los empresarios, dado que existe una fuerte carencia en blindaje frente a responsabilidades mercantiles, fiscales y en algunos casos penales, están expuestos a todo tipo de situaciones. Por ello, muchos no conocen la existencia de algunas prácticas empresariales que incluso podrían hacer que acabaran en la cárcel.

No es extraño que las compañías, la mayoría de veces sin tener conocimiento, cometan delitos económicos que pueden llegar a ser bastante graves. Destacan tres de ellos por ser los más comunes, aunque no son, ni por asomo, los únicos en el panorama empresarial.

Prisión preventiva, condena firme… ¿Qué importa? ¿Te vas a arriesgar a cometer algún error por el que puedas acabar de esa manera? Descubre algunas de las prácticas que no se deben realizar para no tener problemas con la justicia.

Las prácticas empresariales más comunes por las que se acaba en la cárcel

No son asesinos en serie. No son ladrones al uso. Son empresarios, la mayoría directivos, pero muchos de ellos terminan en la cárcel por no realizar buenas prácticas en la organización.

Prácticamente el 100% de los delitos por los que un empresario acaba en prisión son de índole económica.

Administración desleal

Este punto se refiere a las malas prácticas empresariales desde la administración de la organización. Es decir, puede que el o los encargado/s de administrarla estén abusando de su poder y esté incurriendo en excesos que pueden causar algún tipo de daño al patrimonio que pertenece a la sociedad.

No se castiga la mala administración de una empresa, sino hacerlo creyendo que se tienen conocimientos superiores y no siguiendo el mismo índice de actuación de la organización. En el momento en el que una mala gestión o práctica por estos motivos cause daños o perjuicios a la sociedad, el administrador deberá responder ante los mismos.

Problemas con concursos de acreedores

Estos hacen alusión a quiebras antiguas, pagos no efectuados, etc. que resulten fraudulentos debido a que el o los administrador/es de la empresa han infringido su deber como gestores.

Por ejemplo, si una empresa ha sufrido pérdidas millonarias por un mal suministro, se puede entender que esas salidas de dinero no justificadas incurran en un delito grave para quien las haya gestionado. El administrador, debido a estas malas prácticas empresariales, se puede ver acusado de varios delitos como falsedad documental, insolvencia punible, etc.

Abusos de índole económica

Estos vienen dados normalmente por los administradores, así como los socios mayoritarios de las empresas cuando realizan acuerdos que pueden resultar perjudiciales para la sociedad. Además, también pueden resultarlo para otros de los socios o terceros ajenos a la misma. Esto podría ser un ejemplo de imposición de una mayoría sobre la minoría.

Cómo evitar que suceda

La forma más clara de evitarlo, lógicamente, es no cometiendo delitos de ninguna índole. Sin embargo, la mejor forma de actuar para no tener que vernos en esa situación, es contar, por ejemplo con un seguro específico.

Existen seguros especiales para los administradores y directivos que actúan como un medio de protección ante las responsabilidades que se puedan dar ante otros. Esta sería unas de las mejores medidas a adoptar. Pues, en caso de que algo pudiera salir mal, sabemos que nos encontramos protegidos de alguna manera. Es una especie de Seguro de Responsabilidad Civil.

Medidas de control

Para asegurarse aún más de que las cuentas están claras y la empresa no deberá hacer frente a ningún tipo de problema de este tipo, se han desarrollado nuevas medidas. Estas puedes ser las auditorías, tanto internas como externas, que se encargan de examinar las cuentas de forma exhaustiva. También las comisiones de control, por ejemplo.

Otra medida es no asumir todo el riesgo uno solo. Lo ideal es tomar decisiones entre un consejo de administración, ayudados por un comité de auditoría o por otras personas que se encuentren implicadas en el proceso de toma de decisiones. De esta manera, la responsabilidad no recaerá sobre una sola persona y las cuentas no podrán falsificarse de forma fácil.

Aunque hemos destacado tres prácticas empresariales que constituyen delitos económicos o por los que un administrador o directivo puede ir a la cárcel, existen muchos otros que hay que tener en cuenta. Sin embargo, lo mejor es optar por medidas con los que poder evitar este tipo de situaciones.