Una España vaciada llena de ideas: así surgen las marloquinas

En los pueblos pequeños de la España rural, el reto de la despoblación y la falta de servicios se vive a cualquier edad. Pero especialmente los jóvenes, con su creatividad y determinación, pueden marcar la diferencia en estas poblaciones. Basta con tener la oportunidad de desarrollar proyectos innovadores, para “conseguir que una idea se pueda tocar”. Una de estas oportunidades le llegó a Gerardo con el Challenge Universitario de Fundación Repsol.

Gerardo Cambra, de 21 años, nació y creció en Lucena del Jalón, un pequeño pueblo aragonés con tan solo 222 habitantes. Desde niño, ha vivido las dificultades y los encantos de una comunidad rural. Su ingreso en el colegio local fue crucial para evitar su cierre, ya que aumentó el número de estudiantes de dos a cuatro. Allí compartían clase alumnos de distintas edades, y se entablaron amistades para toda la vida. A pesar de las limitaciones, un entorno así le enseñó a valorar la comunidad y la cercanía entre sus habitantes.

Durante su adolescencia, Gerardo tuvo que viajar diariamente en autobús al instituto de Épila, en una ruta que recorría varios pueblos. En esa época se aficionó a los deportes de motor. Eso le llevó a estudiar una ingeniería, una decisión que implicó mudarse solo a Zaragoza para asistir a la universidad. Fue allí donde él y sus amigos decidieron afrontar otro reto.

El Challenge Universitario de Fundación Repsol es una iniciativa que reúne a estudiantes con el objetivo de desarrollar soluciones innovadoras en el ámbito de la transición energética. En la pasada edición, 93 estudiantes organizados en 25 equipos de 29 universidades de toda España presentaron sus propuestas para las cinco categorías: Ciudades sostenibles y descarbonizadas, Movilidad sostenible y descarbonizada, Economía circular como palanca de descarbonización, Industria sostenible descarbonizada y Transición energética y sociedad. Cada equipo ganador recibiría un premio de 12.000 euros y la oportunidad de incorporarse a los programas de talento joven de Repsol.

Gerardo, junto a sus compañeros Adrián Almoyna, Gerardo Artal y Daniel Baya, formaron el equipo Los Amigos para participar en el reto «Transición Energética y Sociedad». Inspirados por los desafíos de su propia comunidad, diseñaron el proyecto Marloquinas: marquesinas inteligentes para autobuses en pueblos rurales.

Challenge Universitario
Challenge Universitario de Fundación Repsol.

Estas marquesinas ofrecen todas las funciones de una estación de autobuses: venta de billetes, información del viaje, tiempo estimado de llegada, etc., y además funcionan con energía solar, convirtiéndose en una instalación más sostenible. El nombre tiene su origen en que también incluyen taquillas (lockers) para que los residentes puedan enviar y recibir paquetes, utilizando los autobuses interurbanos para el reparto, de forma que se optimiza el servicio de transporte y mejora la conectividad en la España rural.

«La idea surgió bastante rápido, de algo que solo nosotros teníamos, y es que venimos de pueblos que sufren la despoblación rural», explica Gerardo. Esta propuesta mejora los servicios ofrecidos a los usuarios, incrementa la rentabilidad para las empresas de autobuses, y lo hace mediante el uso de energía renovable.

La victoria en el Challenge Universitario de Fundación Repsol no solo ha sido un reconocimiento al talento y la dedicación de Los Amigos, sino también una oportunidad para abrir nuevos caminos en su formación. Gerardo, que sueña con trabajar en proyectos de ingeniería y diseño que mejoren el mundo, ve en las marloquinas un primer paso hacia un futuro donde la innovación y la sostenibilidad sean accesibles para todos.

El éxito de Gerardo y Los Amigos demuestra cómo las iniciativas educativas y competitivas pueden empoderar a los jóvenes, proporcionándoles las herramientas y el apoyo necesario para enfrentar y superar los retos de sus vidas.