Conseguir energía de los alimentos que comes es el proceso del que se encarga el metabolismo. Los alimentos se componen de proteínas, grasa y carbohidratos que son descompuestos por las sustancias químicas que suelta tu estómago. Estos nutrientes se transforman en energía para ser usada en el momento o para almacenarla en el hígado, en los músculos o en la grasa de tu cuerpo.
Si tu metabolismo no funciona correctamente surge un trastorno metabólico y puede ser que tengas excedentes de energía o por el contrario carencia de las mismas. Hay distintos trastornos metabólicos que pueden estar relacionados con los carbohidratos, los aminoácidos o con los lípidos. También existe otra enfermedad relacionada con el metabolismo que daña la forma en la que las células forman energía.
Puedes tener un fallo metabólico si no te funciona bien el páncreas o el hígado.
Uno de los mecanismos del organismo que funciona desde que naces hasta que mueres es el metabolismo. Si este deja de funcionar directamente te mueres, todos los seres vivos necesitan transformar los alimentos en energía para poder subsistir.
La diabetes es un fallo metabólico ya que tu cuerpo no trata correctamente la glucosa en sangre.
Tipos de metabolismo
Existen tres formas de metabolizar los alimentos:
El metabolismo proteico es cuando se comen demasiadas proteínas y grasas animales. Estas personas siempre tienen hambre y no toman azúcar ni dulces.
El metabolismo de carbohidratos son personas que comen más dulces, harinas, café y azúcares que proteínas. Las personas que mantienen este tipo de dietas no tienen mucha hambre y suelen tener un peso irregular.
El metabolismo mixto es el intermedio entre los dos anteriores, por lo que no tienen hambre y su peso no varía. Sin embargo, este grupo es el primero que tiene fatiga en el instante en el que modifican un poco la alimentación.
Signos de fallos metabólicos
Los trastornos del metabolismo se llaman síndrome metabólico. Dichos trastornos se presentan todos a la vez cuando lo tienes. Estos aumentan considerablemente el riesgo de enfermedades cardíacas y cerebrales y de sufrir diabetes tipo 2. Además, también hacen que se te suba la tensión, la glucosa, hace que la grasa del cuerpo aumente en especial en la cintura y altera los niveles de triglicéridos y colesterol.
Si tienes alguno de esos factores de riesgo que te he citado no quiere decir que tengas dicho síndrome, pero sí que tienes más posibilidades de tenerlo.
También puedes tener fallo de metabolismo debido a que tu cuerpo desarrolle una resistencia a la insulina. Es decir, tu organismo no metaboliza bien la insulina creada por el páncreas para que las células obtengan el azúcar a modo de energía. Como respuesta tu cuerpo produce más insulina y los niveles de azúcar aumentan, pero tus células siguen sin obtener la azúcar necesaria.
Un factor de riesgo es sufrir sobrepeso y sedentarismo.
Una forma de solucionarlo es hacer un cambio de vida de forma drástica. Es decir, comienza a comer bien y haz ejercicio. Si tomas conciencia del problema puedes arreglarlo antes de que los problemas de salud lleguen a ser más graves.
Estos fallos en un principio no tienen unos síntomas visibles fáciles de identificar. Una característica es que las personas que lo padecen acumulan más grasa en la zona de la cintura. Si es el caso de no asimilar la insulina tus síntomas serán como los de los diabéticos, como, por ejemplo, sed, cansancio extremo, visión borrosa o miccionar con más frecuencia.
Si piensas que tienes un fallo en el metabolismo debes acudir a tu médico para que te realice las pruebas pertinentes y asegurarte.