¡A por todas! Es el grito que debe escucharse hoy en la sede de Inditex en Arteixo. Han conseguido lo que hasta hace poco parecía imposible: plantarse -literalmente- en las puertas del centro más importante de El Corte Inglés: el de Castellana. Una operación que ha tardado tiempo en cuajar, pero que se ha podido llevar a cabo gracias a Pontegadea, el brazo inversor de Amancio Ortega.
Es él el propietario del edificio del Paseo de la Castellana número 79. La que en su momento fue la Torre Axa, que está pegada -literalmente- a las puertas de los grandes almacenes de Dimas Gimeno. Así que tras años de paciencia por los contratos que había en los locales comerciales (ocupados por Habitat y Fnac) y duras negociaciones, el pasado verano llegaba el momento: el primero optaba por marcharse y el segundo acordaba con Ortega que rescindía el contrato. Era el momento.
Y dicho y hecho, casi siete meses después del arranque de las obras, hoy se ponen en marcha 6.000 metros cuadrados de tienda. La ‘flagship’ de Zara. La más grande del mundo, llamada a liderar el nuevo modelo de expansión del gigante gallego. Una tienda dividida en cuatro plantas y una de parking.
¿Secciones? Las habituales: dos plantas para mujer, una para hombre, otra para niños… Todo en un local donde el blanco predomina, y que vela por la eficiencia: su consumo eléctrico es un 20% inferior al de otras tiendas, y en agua llega hasta el 45%. Pero es que, además, la mayor parte del material utilizado es reciclado; las luces son led y se autoabastece energéticamente.
Todo un coloso para hacer competencia en el segmento de moda a El Corte Inglés en su territorio natural. Algo que, hasta ahora, había logrado impedir. Los chicos de Dimas Gimeno -y antes de Isidoro Álvarez- eran conscientes de que Castellana es su buque estrella. Es el más rentable, por algo fue uno de los que los bancos pidieron como garantía cuando hubo que reestructurar la deuda.
El Corte Inglés: el nuevo McDonald’s
El buque insignia que tiene 130.000 metros cuadrados de superficie comercial; 1.600 plazas de aparcamiento. Y que tiene varios edificios, entre ellos la extinta torre Windsor. Eso sí, no es un centro ‘al uso’ de El Corte Inglés; es el centro ‘pijo’. Allí están todas las grandes firmas de moda y joyería. Un centro pensado por y para el turismo extranjero; sobre todo para la industria china.
Zara se instala en las puertas de El Corte Inglés. ¿Podrá aprovechar la oportunidad y robar turistas extranjeros?
Cómo será que cerca del 30% de las compras de este centro la hacen extranjeros; y -precisamente- los chinos- más de la mitad.
No es de extrañar, por tanto, que El Corte Inglés lo cuide como si fuera lo más sagrado que tiene. De hecho, allá por 2014 se hizo con el solar que está justo enfrente. Fue subastado por ADIF y pagó 136 millones de euros por el terreno. De ese modo, garantizaba que nadie pudiera construirle enfrente. ¿Para qué quiere el espacio? Es la pregunta que todo el mundo se hace, dado que -por ahora- no se conoce cuál es el objetivo de esa compra. Más allá de proteger su firmar, que no es poco. Ahora bien, hay quien especula con que podría seguir ampliando su centro bandera. (Una vez que superemos la crisis, que no está el horno para bollos).
Sin embargo, la fortaleza de El Corte Inglés de Castellana puede ser, precisamente, su principal debilidad. Hablamos de un enclave privilegiado: en el centro financiero, zona de turismo de compras, de alto poder adquisitivo… Y eso es, precisamente, lo que Amancio Ortega quiere aprovechar ahora. Ese espacio diferente, alejado de las grandes esquinas comerciales, y haciendo la competencia puerta con puerta al edificio que más extranjeros recibe para hacer sus compras.
¿Y por qué le interesa a Zara el turista con pasta? Primero porque compra. Es evidente. Segundo, porque se deja mucho dinero. Y tercero, porque ese turista ‘pijo’ está dispuesto a comprar en Zara porque internacionalmente está reconocida como una firma de prestigio. Aquí muchas veces pensamos en ropa de ‘a diario’; sin embargo, la estrategia seguida por Inditex para Zara fuera de España ha dado sus frutos. Locales de lujo, enclaves señoriales y una estética muy cuidada, la han consagrado como una enseña a la altura de las más grandes de la moda internacional.
El tiempo dará o quitará razones. De momento, la lucha y las cuentas están ahí. ¿Quién se llevará el gato agua?