La presidencia europea de Orbán aumenta la presión al Gobierno para frenar la opa a Talgo

Tic tac. El reloj sigue en jugando contra el Gobierno para detener la opa de los húngaros a Talgo. Además a principios de julio tendrán una nueva complicación, Viktor Orbán, el controvertido primer ministro húngaro, ocupará la presidencia temporal del Consejo Europeo, lo que podría hacer más complicado rechazar la opa de Magyar Vagon y aumentaría la presión sobre los de Sánchez para asumir la compra, sin importar las declaraciones del ministro de Tranporte, Óscar Puente o del de Industria, Jordi Hereu. 

Es otro reloj en contra, sobre todo por la complicada relación de Orbán con España y con el resto de la Unión Europea. El húngaro ya ha mostrado su molestia por la migración ilegal, por las medidas de la agenda 2030 y por lo que califica como «políticas de identidad». Sin ir demasiado lejos, el día de ayer habló sobre la relación de la Unión con Ucrania en plena invasión rusa en términos más que radicales. «O ganamos nosotros o ganan ellos, no hay una tercera vía, sólo una tercera guerra mundial. Mostremos a Soros dónde vive el dios de los húngaros», expresó en una demostración pública que, en teoría, debía ser una llamada a la paz.

No es una buena señal para España, sobre todo ahora que la búsqueda de un socio industrial que acompañe a Criteria para presentar una contra opa. Con las empresas españolas fuera de la ecuación empiezan a sonar nombres europeos, pero no húngaros, como un caballero blanco. Pero este debe aparecer antes, sobre todo por qué aunque todos los miembros de la UE aprovechan su presidencia para barrer a casa, lo esperado es que la posición de Orbán sea aún más radical, incluso sin su aliado ‘ultra’ más conocido, el ahora ex primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, Orbán sigue siendo incómodo.

En cualquier caso, esto pone un mes en el reloj de arena del Gobierno que preside Pedro Sánchez. Aunque pueden seguir alargando los procedimientos burocráticos, no parece probable que puedan evitar la opa solo con la ley. No es solo que Talgo necesita un socio industrial, como lo ha demostrado su reciente retraso en uno de los tantos pedidos pendientes, en este caso uno con Alemania, sino que Orbán tendría la tarima más grande posible para recordar que ellos tienen una opción sobre todo por qué el Primer Ministro no solo tiene conexiones personales y política con el comprador, sino que los movimientos recientes en su mercado demuestran que para él la opa es un asunto de estado. 

ORBÁN PUEDE SECUESTRAR EL APOYO A UCRANIA POR LA SITUACIÓN DE TALGO

En cualquier caso, hay un problema geopolítico con la situación de Talgo. Como lo evidencian las declaraciones de ayer y lo mucho que ha complicado las negociaciones para aprobar más ayuda por parte de la Unión. Aún entendiendo los argumentos y el riesgo de una escalada, es difícil ignorar que sus declaraciones coinciden con las acusaciones de la influencia rusa en su Gobierno, es un problema delicado, y que complica todavía más la relación del húngaro con el resto de la UE.

Es fácil imaginar declaraciones desde la presidencia europea en las que Orbán acuse al Gobierno de posiciones anti-húngaras. Además, en caso de que el caballero blanco llegará con el apoyo de algún otro país de la unión, podría ser usado también como argumento. Al húngaro no solo le gusta ser diferente al resto de los gobiernos de la UE, sino que le gusta presentarse como parte de una minoría atacada. 

El reloj sigue en jugando contra el Gobierno para detener la opa de los húngaros a Talgo
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

A esto se suma que, a diferencia del Gobierno español, los accionistas de Talgo se sienten cómodos con la oferta de Magyar Vagon. Incluso si se confirmara la influencia rusa, lo normal es que celebren una oferta de 5 euros por una acción con un precio que de momento flota algo por encima de los 4 euros, aunque pudiera tener efecto sobre la guerra de Ucrania o la relación de poder de la Unión Europea. 

¿QUÉ PUEDE HACER ORBÁN PARA PRESIONAR LA OPA?

De momento, el silencio administrativo del Gobierno lo toman como un no por las partes involucradas. La opa sigue siendo vista como incómoda y el hecho de que Talgo por su experticia en el sistema de alta velocidad español maneja información delicada ya no es algo que ni se oculta al hablar de la operación. Sumado a la posición nacionalista de los húngaros, que llegara no solo a la presidencia europea de Orbán, sino al fabricante, hay además dudas de que se dé prioridad a los pedidos de trenes en España o en el resto de la Unión Europea. 

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Pero el tener aún más poder a la hora de pautar la agenda del Consejo Europeo, el poder aumentar su influencia en los votos de ‘los 27’ y con la posibilidad de un Congreso Europeo más favorable para algunas de sus posiciones más radicales es fácil pensar que tendrá herramientas políticas para hacer presión en una compra que ya ha dejado de ser primordialmente un tema económico.