Meta ya ha anunciado que el próximo 26 de junio actualiza su Política de Privacidad para regular la manera en la que va a utilizar todo el contenido que los usuarios tengamos en sus redes sociales para poder entrenar su IA. Todo esto, sin preguntar si nos apetecía tener que estar buscando las políticas en Facebook y Instagram para evitar que nuestras caras y datos, las de nuestros hijos y otros familiares ayuden a entrenar a Llama, que es el nombre de la IA de Meta. La indignación está servida porque es una molestia que sea la proactividad de cada usuario la que lo evite. Esta es la manera de evitarlo.
En efecto, Mark Zuckerberg y los suyos han decidido utilizar toda nuestra información para entrenar su inteligencia artificial, salvo que se le indique lo contrario. Los profesionales del derecho advierten de la conveniencia de declinar ese permiso a través de las rutas que Meta ha implementado dentro de las mismas redes para manifestar nuestro rechazo a entrenar su IA.
Tal y como explica en una publicación en Linkedin el abogado y fundador de Legaltechies y TyC, Jorge Morell Ramos, «aunque está algo escondido, Meta ha creado un formulario para oponerse a ese tratamiento (en función del país y otra serie de límites, además de alguna pregunta curiosa)».
la idea de Meta no encaja con el art. 21.1 del RGPD en el que se establece la necesidad de acreditar «motivos legítimos imperiosos para el tratamiento que prevalezcan sobre los intereses, los derechos y las libertades del interesado»
Morell aclara que los datos que Meta pretende usar para entrenar su modelo de gran lenguaje (LLM) son todas nuestras publicaciones, las fotos y los pies de foto, y los mensajes que le enviemos a la IA directamente. Aunque quedan excluidos los mensajes privados (solo faltaría), duele pensar que fotos de seres queridos, en momentos o situaciones personales, por muy públicas que las hayas hecho, puedan servir para entrenar una máquina que a saber dónde y cómo las puede «escupir» a la hora de dar una respuesta.
Tal y como aclara Morell Ramos, «Meta dice que podemos oponernos en el formulario indicado, pero que incluso si acepta nuestra petición, podría haber casos donde nuestros datos formen parte del modelo de entrenamiento de la inteligencia artificial«, y no son pocos.
Estos casos son «si mi cara o información aparecen en el contenido de un tercero que use también los servicios y si alguien que forma parte del servicio me menciona o comparte info mía en publicaciones o pies de foto«. Es decir, un argumento muy similar al históricamente usado por Facebook para limitar la eliminación de contenido y ampliar el alcance de la licencia que se otorgaba, tal y como advierte el abogado.
Según indica, esta manera de proceder de Meta no «casa» bien con el art. 21.1 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), en el que se establece la necesidad de acreditar «motivos legítimos imperiosos para el tratamiento que prevalezcan sobre los intereses, los derechos y las libertades del interesado«.
Según Meta, se usará el «interés legítimo» como base legal para el tratamiento de esos datos, y esa es la razón de que exista una opción de oposición, en la Unión Europea y el Reino Unido. En otras latitudes y jurisdicciones la base legal para la utilización de esos datos cambiará en función de las leyes al respecto de cada lugar.
CÓMO OPONERNOS A ALIMENTAR LA IA DE META
El abogado señala que para poder oponernos a que Facebook e Instagram utilize nuestro contenido a su antojo, pide a través de sus páginas; una para «Oponerse a que tus datos se utilicen para IA en Meta» y la otra llamada «Derechos de los interesados sobre la información de terceros usada para la IA en Meta», las aplicaciones piden conocer de qué país somos y nuestro email, y también quiere saber «cómo nos afecta ese tratamiento y otros detalles que veamos relevantes comentar», explica el jurista.
Se trata del requisito que más indignación está produciendo, por que da la impresión de que nos están pidiendo explicaciones de porqué no queremos ser «pasto de su IA». Esto puede frenar a muchas personas a la hora de realizar todo el proceso, por tener que redactar explicaciones, le apetezca o no. Hay, además un cuarto campo opcional, en el que se pide proporcionar «información adicional que nos pueda resultar útil para revisar tu objeción».
Meta pide conocer de qué país somos y nuestro email, y también quiere saber «cómo nos afecta ese tratamiento y otros detalles que veamos relevantes comentar». Se trata del requisito que más indignación está produciendo, por que da la impresión de que nos están pidiendo explicaciones de porqué no queremos ser «pasto de su IA».
Morell Ramos de nuevo plantea que esta práctica se enfrenta a lo indicado por el RGPD, que en ningún momento requiere que haya que dar «tanta explicación para oponerse al tratamiento» y se pregunta si Meta «¿está utilizando el por motivos relacionados con su situación particular» del 21.1 para argumentar que hay buenos y malos motivos para oponerse al tratamiento consistente en usar mis datos para entrenar su IA?«.
No obstante, el abogado entiende que esta manera de proceder de Meta es algo menos «oscura» de la que tuvo Twitter (ahora X) en su día, «que la coló en un cambio en septiembre de 2023 sin hacer mucho ruido y ahí está la IA de Elon Musk alimentándose de todo lo que circula por Twitter«, señala.