Israel del Santo: «Lina Morgan hizo muchas renuncias en favor de su carrera»

Israel del Santo se ha convertido en garantía de éxito para Movistar Plus+, que en 2020 abrió una línea de series documentales de la mano de uno de sus trabajos como director (‘El Palmar de Troya’) y rompió moldes al año siguiente con su soberbio ‘Lola’.

Los esquemas diseñados para la Faraona se repiten con ‘Lina’, que a partir del 17 de junio nos mostrará la trayectoria profesional (y personal) de Lina Morgan.

PREGUNTA. (P). ¿Cómo nace ‘Lina’?

RESPUESTA. (R). La idea no es mía. Surgió fruto del trabajo que llevamos compartiendo desde hace tiempo entre Movistar Plus+ y la productora en la que trabajo (100 Balas, perteneciente a The Mediapro Studio).

Creímos que merecía la pena revisar la faceta sobre todo profesional de Lina Morgan.

(P). ¿Tenías prejuicios sobre el personaje o eras especialmente fan?

(R). Ni lo uno ni lo otro. Lo cierto es que tuve la oportunidad de conocerla porque uno de mis primeros trabajos en televisión fue de auxiliar de sonido en el especial ‘La Noche de Lina’, donde yo no tenía ningún criterio ni responsabilidad (ríe).

(P). ¿Era buena compañera?

(R). Lina era una gran compañera. Conocía los nombres de todos los miembros del equipo. La recuerdo con mucho cariño. Además, mi madre fue una de las realizadoras de su serie ‘Hostal Royal Manzanares’.

Al acabar cada capítulo se subía a la grada y saludaba uno por uno a todas las señoras y señores que llegaban de todos los puntos de España con sus ramos de flores, quesos y chorizos.

(P). La leyenda dice que Lina era una pésima compañera.

(R). Se dicen muchas cosas de ella. Yo lo dudo. Los rumores que sufrió creo que tenían que ver con que era una artista que llevaba pantalones, el pelo corto y compatibilizaba éxito el artístico con el empresarial. No tenía pareja firme ni familia.

Vista desde la moralidad de la época, creo que algunos quisieron insinuar que tenía secretos oscuros. Pero yo no los conozco.

(P). ¿Por qué crees que dedicó la mayor parte de su vida a su trayectoria profesional?

(R). Realizó muchas renuncias en favor de su carrera. Creo que no tuvo pareja en pro de su profesión. Para reír, no basta con tener el talento, sino que hay que trabajar mucho: 3 funciones al día llegó a hacer para pagar el teatro de La Latina.

Y claro, llegaba a casa agotada, se cenaba un plato de berzas, se fumaba un Winston con sus hermanos y se iba a dormir. No tenía tiempo para salir de fiesta.

(P). Uno de los aciertos de la serie documental es el acercamiento a los tabús que pesan sobre Lina: su sexualidad, ideología, la muerte del hermano o la millonaria herencia que dejó.

(R). Era parte de un plan inicial. Fue consciente y a modo de crítica porque no puede ser que en 2024, y después de la trayectoria de Lina, nos quedemos con su presunta orientación sexual.

Lina
Lina Mogan.

(P). Los espectadores se van a reír con la intervención de su chófer y heredero, Daniel Pontes.

(R). Me hacía mucha gracia que haya gente esperando 3 horas a que el chófer desvelase el gran secreto y se encontrase con lo que va a escuchar tras el comienzo de los títulos de crédito.

(P). ¿Cómo ves la apuesta de Movistar Plus+ por los documentales?

(R). Estoy muy contento. Humildemente, creo que ayudamos a que la plataforma apostase por series documentales de varios capítulos. Hasta nuestra serie sobre El Palmar de Troya se apostaba por documentales de alrededor de una hora, con voz en off e imágenes de archivo.

Movistar Plus+ ha mezclado desde entonces elementos narrativos y ficcionados. Lo vimos también con ‘SuperGarcía’ o ‘Locomía’, que tuvieron varios capítulos para desarrollarse.

(P). Con ‘El Palmar de Troya’ empezó todo.

(R). Me gusta mucho esa serie. No aparecen famosos, no es un true crime… pero es una tragicomedia shakespeariana que tenía los mimbres aportados por los responsables de El Palmar, ‘grandes guionistas’ con contrastada capacidad de creación (ríe).

(P). ‘Lina’ recuerda a ‘Lola’ en estructura.

(R). También en el tono. Sobre Lola Flores se habían hecho muchos documentales, pero no quisimos quedarnos simplemente en los clichés. La intención era contar la historia completa desde otro punto de vista.

(P). Un elemento común entre ‘Lola’ y ‘Lina’ es el socarrón testimonio del exdirector del Museo Nacional de Teatro, Andrés Peláez.

(R). Con su inconfundible sombrero. Es mi favorito. Por desgracia, cada vez quedan menos personas así.