La reconocida ciudad de Argentina que fue fundada por presos

Quizás en algún momento oíste hablar de “la cárcel del fin del mundo”, pues fue a partir de ella que los presos que vivían allí fundaron una significativa parte del territorio encontrado más al sur del continente americano: Ushuaia.

La cárcel alojaba a los presos más peligrosos e incluso al primer asesino serial de la Argentina. Funcionó entre los años 1904 y 1947 y el aislamiento geográfico de la ciudad más austral del mundo, reforzaba la seguridad del presidio debido a las condiciones climáticas y el aislamiento geográfico de la provincia de Tierra del Fuego. En este artículo te contamos cómo nació Ushuaia.

Ushuaia: la ciudad ‘del fin del mundo’ fundada por presos en Argentina

@alinfinitoo

Ushuaia existe gracias a la prisión que se fundo en 1905 para poblar tierra del fuego #findelmundo

♬ sonido original – Evangelina Gonzalez

Las tierras argentinas de Ushuaia son muy frías y, su aislamiento geográfico no ayudaba para atraer pobladoras. Por lo que el gobierno decidió proponer el proyecto de construir en este territorio la prisión de alta seguridad más grande y reforzada de Argentina, en la cual llegó a vivir el asesino serial más reconocido de este país: “el petiso orejudo”, como lo llamaban.

Lo que no muchos saben, es que estos presos participaron en gran parte de la fundación de Ushuaia, pues fueron de sus primeros pobladores. Los reclusos construyeron las calles y edificios de Ushuaia, que hoy cuenta con unos 55.000 habitantes, y donde originalmente solo vivían los funcionarios de la prisión y sus familias, además de los presos mismos.

La cárcel de fin del mundo

La reconocida ciudad de Argentina que fue fundada por presos

Se dice que el Penal de Ushuaia era una de las cárceles más temidas del mundo, puesto que muchos lograban escapar. Pero el frío y el aislamiento hacían de esa breve libertad la mayor de las prisiones. El penal tuvo 5 pabellones y alojó a más de 600 presidiarios, distribuidos en 386 celdas con paredes de piedra. Los reclusos recibían educación primaria, en caso de no tenerla. Los presos que tenían buen comportamiento tenían la posibilidad de trabajar fuera del presidio, donde los transportaban en el tren que funciona en Ushuaia hasta hoy día para los ciudadanos.

Los reclusos que trabajaban podían obtener una retribución económica mediante labores realizadas para que pudieran ahorrar para cuando salieran o bien enviárselo a sus familiares. Algunos de los trabajos que hacían tenían que ver con la carpintería, herrería, imprenta, mecánica, servicio médico, farmacia y zapatería. Todo quedaba en Ushuaia para el abastecimiento necesario y no depender únicamente de la llegada de los barcos una vez al mes. El penal fue uno de los principales motores de la actividad económica de la ciudad hasta que cerró definitivamente el 21 de marzo de 1947, hoy, este edificio funciona como un importante atractivo turístico.