Nadie se esperaba lo que ocurrió este lunes, cuando el auditor de las cuentas de Soltec, Ernst & Young (EY), empujó a la compañía a Malagón poniendo en tela de juicio su viabilidad mercantil. Un auditor, por cierto, que también certificó la debacle financiera de Holaluz. La situación de esta empresa, sin embargo, se parece tanto a la de Soltec como una apendicitis a una indigestión.
Parecía que Soltec había esquivado la bala. La Bolsa no había sido especialmente severa tras el barullo contable de marzo, limitando el castigo a algún ‘bocado’ puntual a su cotización; y el grupo superó el atolladero adjudicándose contratos de fuste. Con solvencia. Y entonces, llegó el informe de auditoría elaborado por EY sobre los resultados anuales de Soltec, publicado el lunes 27 de mayo por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Ernst & Young (EY) ha expresado en su auditoría «dudas significativas» sobre la viabilidad de soltec, fiando su futuro a la renovación de un crédito de 90 millones de euros
Dicho texto expresa «dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento». EY cita el clavo ardiendo al que se agarra Soltec: un crédito con un límite de 90 millones de euros, dispuestos en su práctica totalidad al cierre del ejercicio 2023. Este préstamo fue firmado por Soltec con un sindicato de entidades financieras, con el objeto de financiar diversos proyectos industriales; y, ya vencido, aún no ha sido renovado.
SOLTEC Y HOLALUZ, COMO UN HUEVO A UNA CASTAÑA
¿Se ha unido Soltec a Holaluz y Solarprofit en el bulevar de los sueños fotovoltaicos rotos? Ni pensarlo. Soltec debe refinanciar una línea de avales de 90 millones de euros antes del 31 de mayo, sí, pero según fuentes cercanas a la compañía, consultadas por MERCA2, las negociaciones se encuentran «muy avanzadas» y no hay motivos para pensar que el castillo financiero de la empresa dirigida por Raúl Morales esté condenado al derrumbe. Pero la diferencia entre ésta y las mercantiles mencionadas va más allá: no es solo crediticia, sino también cualitativa.
Este medio se ha puesto en contacto con Eduardo Imedio, especialista de la empresa de brokers Renta4, quien parte de la premisa de que «HolaLuz o Solarprofit no tienen nada que ver con Soltec», ya que el problema de las dos primeras es que «sobreestimaron la demanda de instalaciones de autoconsumo residenciales».
«A DIFERENCIA DE LO QUE OCURRE EN EL AUTOCONSUMO RESIDENCIAL, LOS PROYECTOS GRANDES O ‘UTILITY-SCALE’ ESTÁN EN PLENA EXPANSIÓN, Y AHÍ ES DONDE SOLTEC CUENTA CON UNA CARTERA EN MÁXIMOS»
Eduardo Imedio, analista de Renta4
«Las instalaciones de autoconsumo residencial, e incido en ‘residencial’ porque el industrial ha seguido funcionando relativamente bien, estaban subvencionadas con hasta el 50% del coste de instalación, y además el cliente doméstico es mucho más sensible al precio de la electricidad», expone el analista refiriéndose al segmento de negocio en que se mueven Holaluz y Solarprofit.
«Por el contrario, los proyectos grandes, denominados utility-scale, están plena expansión, a pesar de los bajos precios de la electricidad en España» -continúa- «Y ahí es donde Soltec cuenta con una cartera en máximos para fabricar trackers«.
En resumidas cuentas, ni son los mismos mercados, ni el mismo target, ni la misma cartera de proyectos ni, por supuesto, la misma situación crediticia. Entre otras cosas, porque Holaluz y Solarprofit necesitan un ‘caballero blanco’ como el aire que respiran y Soltec simplemente está renegociando un préstamo ya concedido. Diego Morín, Sales Operations Analyst en IG, resume a MERCA2 el único paralelismo existente: «Sus cotizaciones se han visto penalizadas al no ofrecer toda la información correspondiente al ejercicio 2023».
EL PESO DE LA MALA GESTIÓN
Los bajos precios de la energía y la dura política de tipos de interés altos impuesta por la gobernanza económica han tenido un fuerte impacto en las empresas comercializadoras de energía solar para consumo residencial. Eso es indudable; sin embargo, aunque es cierto que hay evidentes elementos de burbuja en el sector, ésta ha sido hinchada por la mala gestión de las compañías caídas, y no debido a problemas sistémicos en el mismo.
Empresas como EiDF, Solarprofit u Holaluz han sido las causantes de su propia caída, al centrarse en exprimir al máximo la época de ‘vacas gordas’ sin asentar unas bases sólidas para lo que vendría después. Y ese ‘después’ es ahora.
El mismo Eduardo Imedio sintetizó la situación en recientes declaraciones a MERCA2: «Tanto Solarprofit como Holaluz hicieron una apuesta muy fuerte por el autoconsumo doméstico en 2021 y 2022, incrementando de forma importante la plantilla y los gastos en publicidad» -expone- «Esta apuesta estaba basada en unas enormes perspectivas de crecimiento del sector de autoconsumo, fruto del descontrolado aumento de los costes energéticos causado por el inicio de la inflación en 2021 y la escasez de gas derivada de las sanciones a Rusia en 2022″.