Morderse las uñas es un hábito común que muchos ven como una simple manía nerviosa, sin embargo, puede tener consecuencias graves. Un nuevo estudio revela que esta conducta puede llevar a infecciones severas y, en casos extremos, ser mortal.
Especialistas en salud advierten sobre los riesgos y recomiendan medidas de prevención.
MORDERSE LAS UÑAS: RIESGOS DE INFECCIÓN SEVERA
Morderse las uñas, introduce bacterias y otros patógenos en el cuerpo. La combinación de humedad y pequeñas heridas en los dedos crea un caldo de cultivo para infecciones. Las infecciones bacterianas pueden empezar en la cutícula y extenderse, causando dolor, pus y, en algunos casos, infección sistémica que afecte otros órganos. Entre las bacterias más comunes involucradas en este tipo de infecciones están el Staphylococcus aureus y el Streptococcus. El Staphylococcus aureus es particularmente preocupante, ya que puede desarrollar resistencia a los antibióticos, dificultando el tratamiento.
Otra preocupación es la posible aparición de paroniquia, una infección que se desarrolla alrededor de las uñas y que puede volverse crónica si no se trata adecuadamente. La paroniquia severa puede requerir drenaje quirúrgico y la administración de antibióticos. Además, morderse las uñas puede llevar a traumas en el lecho ungueal que, a largo plazo, pueden causar deformaciones permanentes en las uñas. Estas deformaciones no solo son estéticamente desagradables, sino que también pueden hacer que las uñas sean más susceptibles a futuras infecciones.
CONEXIÓN CON PROBLEMAS SISTÉMICOS
Más allá de las infecciones locales, morderse las uñas puede tener repercusiones en todo el cuerpo. Las bacterias introducidas en el torrente sanguíneo pueden causar infecciones sistémicas, afectando órganos vitales como el corazón. La endocarditis bacteriana es una complicación temida en estos casos. La endocarditis, una inflamación del revestimiento interno del corazón, puede ser mortal si no se diagnostica y trata a tiempo. En personas con predisposición a problemas cardíacos, el riesgo se eleva considerablemente. El simple acto de morderse las uñas puede convertirse en una puerta de entrada para bacterias peligrosas.
Además, las uñas pueden acumular gérmenes que, al ser ingeridos repetidamente, pueden afectar el tracto gastrointestinal. Problemas digestivos como infecciones intestinales no son infrecuentes entre aquellos que tienen este hábito. También existe una relación entre morderse las uñas y el debilitamiento del sistema inmunológico. La exposición constante a bacterias y virus desgasta el sistema inmune, dejándolo menos capaz de combatir otras enfermedades. Esto convierte a los individuos en blanco fácil para una variedad de infecciones.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y ALTERNATIVAS SALUDABLES
Superar el hábito de morderse las uñas no es tarea fácil, pero es esencial para evitar riesgos severos de salud. Los profesionales de la salud recomiendan varias estrategias para combatir este hábito, algunas de las cuales comienzan con identificar los desencadenantes psicológicos. Una técnica efectiva es mantener las uñas bien cuidadas y cortas. Las uñas bien mantenidas son menos tentadoras para morder y menos propensas a romperse y causar heridas en la boca. El uso de esmaltes con sabor amargo también puede disuadir a quienes tienen tendencia a morderse las uñas sin pensarlo.
Otra estrategia es sustituir el hábito por otro menos perjudicial. Utilizar una pelota antiestrés o practicar ejercicios de respiración pueden ayudar a manejar la ansiedad que a menudo lleva a morderse las uñas. Mantener las manos ocupadas es una técnica simple pero efectiva. Además, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser útil en muchos casos. La TCC ayuda a las personas a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al hábito. Trabajar con un terapeuta puede proporcionar herramientas y apoyo necesarios para un cambio duradero.