La lengua es un órgano fascinante y multifuncional, esencial no solo para el habla, sino también para la masticación, la deglución y la percepción del sabor. Su aspecto puede decirnos mucho sobre nuestra salud general, y aprender a interpretarlo puede ayudarnos a identificar posibles problemas a tiempo.
La lengua es un espejo de nuestra salud general. Mantener una buena higiene bucal, llevar una dieta equilibrada y prestar atención a los cambios en su aspecto pueden ayudar a detectar y prevenir problemas de salud. Si notas cambios llamativos en este órgano de la boca, es recomendable buscar el consejo de un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno. Recordemos que la prevención y la detección temprana son clave para mantener nuestra salud en óptimas condiciones.
1CÓMO ESTÁ FORMADA LA LENGUA
La lengua está compuesta principalmente por músculos, lo que le permite moverse con gran precisión y fuerza. Se divide en dos partes principales: la parte anterior, que es la que se puede ver fácilmente al abrir la boca, y la parte posterior, que se extiende hacia la garganta. La superficie está cubierta por diferentes tipos de papilas: filiformes (que no tienen función gustativa pero ayudan a manipular el alimento), fungiformes, foliadas y circunvaladas, estas últimas concentradas en la parte posterior y responsables de la detección de sabores amargos.