La comunidad internacional teme que, de forma casi simultánea a su ofensiva en Jarkov, el Kremlin haya lanzado sus redes sobre el mayor yacimiento de petróleo del mundo, ubicado bajo los hielos de la Antártida y descubierto por los buques de exploración rusos. El hallazgo agrega aún más tensión al mercado del crudo en medio del recrudecimiento de las guerras de Ucrania y Gaza.
Según el medio británico The Daily Telegraph, una comisión de diputados habría interpelado al Gobierno de Londres sobre las intenciones de la Rusia de Vladimir Putin sobre los ingentes recursos que alberga ese territorio. Cualquier acción por parte de Moscú dirigida a apropiarse del petróleo o el gas antártico supondría una violación directa del Tratado Internacional de la Antártida.
Este pacto transnacional, firmado en Washington el 1 de diciembre de 1959, garantiza el uso de la Antártida y de sus recursos exclusivamente para fines pacíficos. El texto promueve la libertad de investigación científica y cooperación internacional para ese fin, así como el intercambio de observaciones y resultados científicos, los cuales estarán libremente disponibles.
EL TRATADO DE LA ANTÁRTIDA, FIRMADO EN 1959 POR LA URSS, PROHÍBE CUALQUIER reclamación de soberanía territorial en la Antártida
El tratado, ratificado también por el Estado predecesor de Rusia, la URSS, prohíbe expresamente las actividades militares y la creación de bases militares, así como la realización de explosiones nucleares y la eliminación de desechos radiactivos.
Asimismo, el artículo 5 proscribe cualquier tipo de reclamación territorial sobre la Antártida: «Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región. No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártida, ni se ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer, mientras el presente Tratado se halle en vigencia».
La detección se realizó después de varios estudios a cargo del buque Alexander Karpinsky, operado por Rosgeo, una entidad rusa dedicada a la identificación de yacimientos minerales para su explotación comercial en todo el mundo.
EL PETRÓLEO NO LLEGARÁ A LOS 100 DÓLARES POR BARRIL
A pesar de las enormes tensiones internacionales, el mercado descarta un escenario en el que el barril de crudo alcance o supere los 100 dólares. Tempos Energía considera que el barril Brent, de referencia en Europa, oscilará entre los 80 y 90 dólares durante el tercer trimestre del año.
Si bien los recortes de la OPEP+ -que con toda probabilidad se prorrogarán hasta final de año- están ayudando a ajustar al mercado, la atención «se ha desplazado hacia una débil demanda, donde el diésel muestra signos de debilidad», según ha indicado el director general de la consultora energética, Antonio Aceituno.
En este sentido, Aceituno ha expuesto que, actualmente, «los futuros del petróleo Brent apuntan a una bajada de casi un 8%, 6,71 dólares por barril, desde el máximo anual de 88,25 dólares alcanzado a principios de abril». Una ecuación en la que el diésel ha jugado un «papel crucial», debido a que, en el caso del diésel europeo, su rentabilidad cayó por debajo de los 16 dólares por barril a finales de abril, después de haber alcanzado más de 40 dólares en febrero; mientras que en Estados Unidos se ha reducido a 20 dólares, alcanzando un mínimo de dos años.
«los mercados comienzan a entender que la actual guerra de Gaza, entre Israel y Hamas, no representa una amenaza inmediata para los flujos o la infraestructura energética crítica»
Antonio Aceituno, director general de Tempos Energía
El director general de Tempos Energía ha señalado que «los mercados comienzan a entender que la actual guerra de Gaza, entre Israel y Hamas, no representa una amenaza inmediata para los flujos o la infraestructura energética crítica», por lo que, a pesar de que el precio del Brent puede tornarse volátil a causa del rumbo que pueda tomar el conflicto, el mismo dependerá en gran medida de factores externos a la guerra.
El crudo ha alcanzado un máximo relativo de 93,12 dólares por barril a mediados de abril, y desde este punto ha seguido una tendencia marcadamente bajista, habiendo perdido 9,85 dólares, un 10,58 por ciento. No obstante, ha logrado estabilizarse alrededor de los 83 dólares por barril desde que comenzó el presente mes de mayo, aumentando de esta manera en más de un nueve por ciento, siete dólares por barril, desde principios de año.
LA AIE RECORTA SU PREDICCIÓN DE DEMANDA
La postura de Tempos se ve respaldada por el último informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuya predicción es que la demanda mundial de petróleo aumente en 1,1 millones de barriles al día en 2024, 140.000 menos de lo previsto por la organización el mes pasado. Las perspectivas para 2025 se mantienen comparativamente sin cambios, con un el ritmo de crecimiento que superará marginalmente el de 2024 (1,2 millones de barriles al día).
El suministro de las nuevas potencias petroleras jugarán un papel crucial en la buena salud del suministro mundial de petróleo este año, que según la AIE aumentará en 580.000 barriles al díA, hasta un un récord de 102,7 millones de barriles. El motivo es que la producción externa a la OPEP+ aumentará en 1,4 millones de barriles diarios, mientras que la producción del cártel caerá 840.000, suponiendo que se mantengan sus recortes voluntarios a la producción.