Son 16.000 euros al año. Este sueldo, que roza el SMI y que puede quedarse por debajo si la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cumple su promesa y lo aumenta en diciembre. Pero es lo que reciben como base los conductores que operan los vehículos de Cabify, Uber y Bolt y que están exigiendo a las patronales que se aumente hasta los 18.000 euros anuales. El problema para los sindicatos es que tras levantarse de la mesa de negociación, su principal herramienta para exigir un aumento es complicada de usar.
Según fuentes cercanas a los sindicatos, aunque dos de los comunicados ya usan directamente la palabra huelga, la misma es, de momento, complicada de aplicar. Los conductores no ganan suficiente, debido a los sueldos y lo complicado que es recibir los bonos por facturación, por lo que dejar de recibir sus sueldos por un tiempo indefinido directamente puede no ser viable para ellos. Aun así, es evidente que poco a poco irán buscando otras estrategias para hacer presión, y que la discusión tiene que continuar.
La negociación entre las patronales Unauto y Aseval, que manejan las licencias, y las flotas de vehículos de Cabify, Uber y Bolt en Madrid y los sindicatos, simplemente ha pasado a otra etapa. Aunque por primera vez en meses no hay fecha para una nueva sesión de negociación, sigue siendo evidente que los sindicatos no planean despegarse de su exigencia de 18.000 euros anuales como punto minimo, y no han querido entrar a otros puntos del convenio hasta no haber superado este escollo que consideran el punto más importante de la negociación.
Por su lado, la patronal se muestra calmada. Varias veces han expresado a este medio que entienden que estos procesos pueden ser lentos y complicados, y respetan la potestad de los sindicatos para buscar acciones de protesta que pongan presión en la negociación. Aun así, de momento su oferta para los sindicatos no ha cambiado, aumentando solo hasta los 16.500 anuales para los trabajadores que tuvieran ya 6 meses de antigüedad como conductores. Por tanto, a pesar de lo complejo que es saltar a una huelga, los sindicatos no la descartaran hasta no sentirse escuchados, o al menos que haya una oferta más cercana a sus exigencias.
De momento, hay que seguir de cerca la situación como usuarios. La posibilidad de que los conductores decidan aplicar acciones de protestas físicas o incluso paros escalonados está intacta, y puede tener un efecto directo en una ciudad como Madrid, que desde su aparición ha dejado espacio a las VTC como parte de su panorama de transporte, por lo que si dejan de operar incluso por un día podría ser un problema para la ciudad, lo que pone a la patronal en el punto de mira de plataformas e instituciones para intentar resolver el problema.
UBER, CABIFY Y BOLT EN RIESGO DE UNA HUELGA CAPITALINA
Para Uber, Cabify y Bolt es además una situación que los vuelve a poner en una crisis reputacional complicada. Ya es una opinión bastante común que son plataformas que pagan mal a sus conductores, aunque en la práctica los contratos no son hechos de forma directa, por lo que una huelga que exija mejores sueldos, o bien el dato de que esta huelga no es viable por sus pobres sueldos, pueden ser dañinos para las tres empresas.
Se suma a esto la campaña en contra que tienen permanente los taxistas. Desde la llegada de estas plataformas de transporte, los taxis se han puesto en pie de guerra, criticando la falta de filtros para elegir nuevos conductores, el pago que estos reciben y la competencia desleal en cuanto a precios de las plataformas. En esta realidad, es de esperar que se enfoquen mucho en esta negociación, y que sepan que en caso de una huelga los taxis afilaran los cuchillos para aprovechar la situación.
UNA CRISIS EN MEDIO DE NUEVOS PROYECTOS
Al mismo tiempo, es clave que esta negociación ocurre mientras que Uber y Cabify estàn lanzando nuevos proyectos o buscando cambios en Madrid. La primera acaba de presentar UberXShare, un servicio de viajes compartidos que da un pequeño descuento a los usuarios dispuestos a compartir los viajes en la plataforma, por su lado el otrora unicornio español se ha dedicado a buscar que se aprueben 25.000 licencias extra en la capital para su servicio, medida que para los competidores, y las patronales, rompería el equilibrio del mercado en la capital.
De todos modos, es evidente que son procesos donde no se puede ignorar la realidad de los conductores, y si estos no están contentos con su sueldo, es complicado que estos procesos avancen. Será llamativo ver como reaccionan las plataformas ante la situación, su propio modelos los ha alejado de la negociación, y ahora puede temblar si la patronal que controla sus licencias se niega a discutir sobre los sueldos.