Al sainete contable de Holaluz le han seguido, como era de esperar, las ‘calabazas’ en su rating crediticio. EthiFinance ha degradado la calificación de la energética desde BB-, con tendencia negativa y en estado de ‘Under review’, a CCC, cambiando la tendencia a ‘Evolving’. El descenso se fundamenta, según la agencia, en las dudas surgidas sobre la materialización del proceso de financiación en que la compañía ha declarado estar inmersa. Entretanto, a la comercializadora catalana le siguen creciendo los enanos después de que Iberdrola la haya denunciado por impago ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
El pasado miércoles 1 de mayo, ya sobrepasada la medianoche y con el plazo vencido, Holaluz presentó sus resultados 2023 en los registros del BME, mercado bursátil orientado a pequeñas empresas con potencial de crecimiento. Los resultados netos de la comercializadora catalana reflejaban una catástrofe contable de proporciones devastadoras, con unas pérdidas de más de 26 millones de euros que multiplican por cinco los ya preocupantes ‘números rojos’ del ejercicio precedente. Esta cifra palidece, no obstante, ante la deuda neta, que roza los 60 millones de euros.
«Holaluz no podría cubrir sus vencimientos de deuda en el corto plazo, no siendo las condiciones para refinanciar favorables en este momento»
EthiFinance
«Nuestro análisis de liquidez muestra que con la caja y financiación disponibles al cierre de 2023, y sumando las previsiones de generación de caja operativa, la compañía no podría cubrir sus vencimientos de deuda en el corto plazo, no siendo las condiciones para refinanciar favorables en este momento», explica EthiFinance.
Por consiguiente, el balance contable de Holaluz ha sido categorizado como «muy débil» por la agencia de rating, lo que se traduce en el certificado CCC. No obstante, el análisis deja un hueco abierto a la esperanza: «El avance con éxito en el refuerzo de la liquidez y una visión de mejora en los resultados respecto al cierre del 2023 podría suponer una revisión en positivo del rating«.
HOLALUZ: LA CRÓNICA DE UN DESASTRE
Las cuentas de Holaluz fueron entregadas al BME Growth sin auditar, vulnerando las normas del índice, razón por la que la compañía fue en su actividad bursátil. El motivo por el que los resultados aún no cuentan con una certificación profesional es que los dos accionistas mayoritarios de Holaluz, los fondos Axon y Geroa Pensoak, votaron en contra de los resultados, lo que, según informó la empresa, obligó al auditor a realizar trámites administrativos adicionales.
Finalmente, el pasado viernes, con retraso y en medio del escándalo, Ernst & Young (EY) remitió a BME Growth la auditoría de las cuentas 2023 de la comercializadora, poniendo en tela de juicio su viabilidad. El documento augura un sombrío destino que no solo alcanzará a la matriz, sino también a la decena de compañías que dependen de la energética presidida por Carlota Pi.
EY fue muy clara al exponer que tiene «dudas significativas» sobre la viabilidad empresarial de Holaluz. En su informe, el auditor pone el foco en la «incertidumbre material» sobre la capacidad operativa del grupo, dados sus problemas de financiación. La duda razonable es relativa a los préstamos que la comercializadora negocia con varios actores públicos y privados, como el Instituto Catalán de Finanzas (ICF).
Holaluz trabaja contrarreloj para conseguir préstamos de unos 15 millones de euros y un ‘equity line’ de hasta seis millones que le permitan afrontar sus problemas de liquidez
Con esta financiación, Holaluz espera aliviar su delicada situación financiera, aquejada de pérdidas superiores a los 26 millones de euros, lo que supone multiplicar por cinco los números rojos que ya tenía en 2022.
Estas últimas semanas, Holaluz ha estado trabajando contrarreloj para conseguir préstamos de unos 15 millones de euros y un equity line de hasta seis millones para afrontar sus problemas de liquidez, tan profundos que ponen en jaque sus compromisos contractuales y su misma existencia. De no materializarse un salvavidas financiero, ya sea por parte de la Generalitat o de algún ‘caballero blanco’ de la industria que irrumpa en escena, Holaluz se enfrentaría al preconcurso de acreedores. Un triste final que engrosaría la larga lista de dramas que enturbian el sector de las energías ‘verdes’.
Este martes se supo que la comercializadora había dado un paso hacia su salvamento formalizando una operación de financiación por un importe de cuatro millones que ya ha sido desembolsado, mientras negocia con el Institut Català de Finances (ICF), dependiente de la Generalitat, dos posibles alternativas de préstamo.
Según un comunicado enviado este martes a BME Growth, Holaluz tiene abiertas dos alternativas pendientes de confirmación: un préstamo de 10 millones, un préstamo de Avança de 3 millones, préstamos convertibles de dos family offices por 1,8 millones y un equity line por hasta 7 millones con un inversor industrial del sector.
CONFLICTO CON IBERDROLA
A la complicada situación financiera de Holaluz se suma un enfrentamiento con uno de los gigantes del mercado eléctrico: según ha informado El Mundo, Iberdrola la ha denunciado ante la CNMC por impago de los peajes de electricidad. La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán ha interpuesto la denuncia mediante su filial de distribución y gestión de redes, i+DE.
Los peajes son el apartado de la factura eléctrica que recoge el importe del transporte y la distribución, además de otros cargos relacionados indirectamente con el suministro eléctrico. Son fijados anualmente por la CNMC y su impago está tipificado como una infracción grave por la Ley del Sector Eléctrico.