La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le ha hecho la vida más fácil a Repsol y Cepsa. El organismo ha dictado una resolución que simplifica los trámites entre los productores de biometano y los operadores de transporte y distribución. Con esta medida, impulsa en gran medida el desarrollo de este emergente negocio, en el que ambas energéticas están invirtiendo.
En concreto, la resolución aprobada agiliza las gestiones para que los productores de biometano conecten sus instalaciones a la red de gas de forma rápida, transparente y no discriminatoria. Los productores de gases renovables que deseen conectarse a una red de transporte o de distribución, enviarán una solicitud de conexión al transportista o al distribuidor, que éste deberá gestionar a través de una plataforma web pública y de acceso gratuito.
En estas plataformas web se publicará este procedimiento, la información y los formularios necesarios para la tramitación de las solicitudes y el modelo de contrato de conexión.
Los titulares de las redes, que podrán exigir un pago de hasta 3.000 euros POR el presupuesto de conexión, tendrán un plazo máximo de cinco días hábiles para contestar A LA SOLICITUD
Los titulares de las redes, que podrán exigir un pago de hasta 3.000 euros por la elaboración del presupuesto de conexión, tendrán un plazo máximo de cinco días hábiles para contestar, confirmando la admisión a trámite de su solicitud de conexión o, en su caso, señalando las causas por las que procede la inadmisión. En este último caso, se indicará la posibilidad de subsanar la solicitud en el plazo de cinco días hábiles.
Por último, el titular de la red evaluará el caudal máximo admisible o capacidad disponible de inyección, para lo que podrá recabar los informes correspondientes, en su caso. El solicitante de la conexión dispondrá de un plazo máximo de 60 días hábiles desde la fecha de contestación para aceptar o declinar el presupuesto.
EL BIOMETANO, UN NEGOCIO AL ALZA
Con la aprobación de este procedimiento, la CNMC pretende encauzar la integración del biometano, en aras de cumplir los objetivos de descarbonización del sistema de gas natural.
El biometano se obtiene a partir del refinamiento del biogás, que a su vez puede extraerse de desechos tan pedestres como el aceite de cocina usado. Éste último, de hecho, tiene un contenido de metano de alrededor del 70%, que constituye su elemento reactivo; luego el biometano, una vez ‘capturado’ (a través de un proceso llamado upgrading), tiene unas propiedades excelentes como combustible. Al igual que el hidrógeno ‘verde’, es una fuente de energía libre de emisiones, con la ventaja añadida de que ayuda en el aprovechamiento de residuos.
El biometano es considerado estratégico por la Unión Europea (UE), que se ha fijado como ambición multiplicar por ocho su producción en 2030 frente a la registrada en 2022, a través del Plan RePower EU. La Asociación Española del Gas (Sedigas) estima que este biocarburante puede llegar a representar casi la mitad del consumo de gas natural de España.
La producción nacional de este elemento para su inyección en la red gasista ha experimentado un incremento del 38% entre enero y noviembre del año pasado en comparación con el mismo periodo de 2022, al pasar de 162 gigavatios hora (GW/h) a 223 GW/h. El dato procede del Informe Estadístico 2023 de la Asociación Europea del Biogás (EBA, por sus siglas en inglés), que ha contado con el apoyo de Sedigas. Estas cifras sitúan a España como el cuarto país de Europa con mayor potencial de producción de biometano.
REPSOL Y CEPSA
El pasado 10 de abril, Repsol confirmaba su aterrizaje en este negocio con la compra del 40% de Genie Bioenergy. La operación permite a la petrolera ganar una posición de privilegio en una de las grandes pistas de la transición energética, con la adquisición de 19 plantas de producción de este biocarburante.
Por su parte, la entrada de Cepsa se formalizó mediante un acuerdo con Kira Ventures para el desarrollo de hasta 15 plantas para la producción de biometano en España, con el objetivo de descarbonizar su actividad industrial, sustituyendo el consumo de gas natural por el gas renovable.
Por el lado financiero, entidades como Mapfre o ING han materializado su interés en los proyectos de producción y distribución del carburante ‘verde’. El pasado 30 de abril, el banco neerlandés cerró con AGR Biogás una financiación de 20 millones de euros para la construcción de una planta de biometano en la provincia de Granada. La operación tiene de particular que es el primer proyecto de biogás financiado en España mediante la fórmula de project finance.