EiDF ha incumplido el plazo a la hora de dar a conocer las cuentas auditadas. En las mismas, PwC ha mostrado salvedades por una cuantía total de 9,38 millones de euros debido a la inclusión de activos por impuestos diferidos que no se corresponden con la realidad y a un litigio en León por valor de 3,59 millones de euros. La matriz de EiDF se anota unos números rojos 31,99 millones de euros, prácticamente ocho veces más que en 2022 y reduce sus acciones propias a 100.700 euros, frente a los 900.000 de un año antes. Por otro lado, la caída de las ventas alcanza el 37%, hasta los 186 millones de euros.
La compañía presidida por Fernando Romero ha dado a conocer sus números correspondientes al ejercicio 2023 con 31 horas de retraso respecto al plazo fijado por ley, pero no ha sido suspendida de cotización al haberlas presentado apenas una hora antes de la apertura de la cotización. La empresa ha asegurado que la falta de la firma de Susana Olcina en las cuentas se debe a su ausencia fuera de España y ha delegado «su voto» en Enrique Hernández.
A pesar de los números, PwC ha presentado una serie de salvedades a estas cuentas, una opinión que aflora un litigio perdido en tribunales por valor de 3,9 millones de euros y que la empresa debe contabilizar como «provisiones», tal y como marca el principio de prudencia contable. Y es que, en caso de perder en sentencia firme, la empresa tendría que abonar dicha cantidad al afectado.
BRECHA EN LOS ACTIVOS POR IMPUESTOS DIFERIDOS
«Se pusieron de manifiesto incidencias e irregularidades relevantes que suponían la existencia de debilidades significativas en el funcionamiento del modelo de control interno del Grupo, las cuales afectaban, fundamentalmente, al área de gestión de contratos, seguimiento de proyectos y partes vinculadas», apunta PwC en sus fundamentos de salvedades.
«Debido a la relevancia de las incidencias detectadas -prosigue el auditor- (…) no nos es posible asegurar totalmente que no pudieran surgir otras cuestiones no identificadas que, en su caso, pudieran suponer otros posibles errores y/o contingencias no recogidas en las cuentas anuales consolidadas», continúa.
PwC, además, incide en la contabilidad de la compañía por los impuestos diferidos, los cuales permiten a la empresa reducir su factura fiscal. La recuperabilidad de estos impuestos depende de las ventas y explotación de las plantas fotovoltaicas del perímetro de EidF, que ha incurrido en «pérdidas en las operaciones de desinversión realizadas en 2023», y se encuentra ante «la elevada incertidumbre en la estimación de ingresos futuros». Por todo ello, el auditor detecta una sobrevaloración de activos por impuestos diferidos de 5,796 millones de euros. «Dichos activos no cumplen los requisitos que establece la normativa contable para su activación». Por este motivo, las pérdidas de EiDF deben aumentar en esos 5,796 millones.
PWC AFLORA UN LITIGIO DE EIDF EN LEÓN POR 3,59 M€
No es la única irregularidad detectada por PwC en EiDF. Según el auditor, el pasado 11 de abril un jugado de León admitió a trámite una demanda de un cliente, que pide 3,59 millones de euros. «Consideramos que dicha resolución cumple con la definición y los criterios de reconocimiento contable de una provisión» del mismo importe. Por este motivo, su provisión está infravalorada y las pérdidas, en consecuencia, deben incrementarse en ese mismo importe.
Consideramos que dicha resolución cumple con la definición y los criterios de reconocimiento contable de una provisión
Para tratar de mantener estos activos, la empresa dará a conocer en las próximas semanas un plan estratégico que «permitirá resolver las dudas sobre la pertinencia de mantener los citados activos.
Adicionalmente, los márgenes de las distintas sociedades de propósito especial no son homogéneos como así se han constatado en diversas transacciones y por ello no corresponde una depreciación lineal y por último, los activos por impuesto diferido pueden utilizarse fiscalmente durante los próximos tres años». No obstante, el auditor se centra únicamente en las cuentas de 2023, no en planes estratégicos futuros. La empresa no ha añadido a las cuentas estas salvedades. De hecho, EiDF contabiliza por estos activos diferidos un total de 2,42 millones.
En cuanto a la falta de una provisión por el litigio, EiDF se escuda a los «plazos previstos por la ley». Según la compañía, hay opción para un «primer y último recurso a la sentencia del juzgado de León». «La valoración de los abogados de EiDF, así como del servicio jurídico externo contratado por la Sociedad, muestra que existen altas y fundadas posibilidades de que el recurso sea estimado positivamente en este primer momento procesal, en base a los argumentos sobre los que el mismo se fundamenta», afirma la compañía. «En caso que éste fuese desestimado EiDF lo reflejaría contablemente», apunta.
KAKURU INVEST, CLAVE EN LA AUDITORÍA DE EIDF
El auditor, además, señala en un párrafo de énfasis una llamada de atención sobre la reexpresión de las cuentas de 2023 respecto a las de 2022, un cambio debido «a la imputación temporal de ingresos por comercialización de energía».
PwC, por otro lado, apunta que EiDF modificó su plan de negocio con la constitución de varias sociedades con el objetivo de ser un vehículo de inversión y financiación de proyectos de plantas fotovoltaicas dedicadas a dichas actividades, Kakuru Invest, SL, a cambio del 49% de las acciones. «Los derechos económicos de dichas acciones se ven limitados por el acuerdo firmado entre los accionistas en tanto en cuanto el accionista principal no recupere el 200% de la inversión», apunta el auditor.
«La valoración de dicha inversión ha requerido por parte de la dirección de la sociedad dominante el uso de juicios e hipótesis significativas en relación con los flujos de caja esperados y la tasa de descuento a aplicar», apunta el auditor. Dadas la significatividad de los importes afectados, estimaciones y juicios utilizados, esta inversión en Kakuru Invest SL ha centrado la mirada de PwC. Por ello, se han estudiado los contratos y acuerdos de inversión, hablado con el accionista mayoritario y llevado a cabo una evaluación, sin que se hayan identificado aspectos relevantes.
LOS OTROS PASIVOS FINANCIEROS SE DISPARAN
En cuanto a los números, EiDF tan solo dispone de 1,98 millones de euros en patrimonio de los accionistas, un desplome del 93%, mientras el pasivo se incrementa en un 52%, hasta los 78,75 millones de euros. EiDF ha hecho caso omiso al auditor y mantiene en provisiones a largo plazo un total de 414.926,12 euros.
La empresa debe a la banca casi 10 millones de euros, mientras muestra pasivos por arrendamientos por valor de 2,59 millones. Asimismo, otros pasivos financieros casi se duplican, hasta los 62,82 millones de euros, frente a los 33,361 millones registrados en 2022.
Por otro lado, la deuda corriente se reduce en un 45%, hasta los 77,44 millones de euros. De los que 21,634 se deben a la banca, otros 3,4 en valores negociables y 20,3 millones en otros pasivos financieros. EiDF ha aumentado sus gastos de personal en un 22%, hasta los 9,16 millones de euros, de los que 7,22 millones corresponden a sueldos.