La batalla por el control de Perucchi 1876 afecta directamente a los trabajadores. «Hay nervios, pero es necesaria una tranquilidad en la nueva etapa», destacan fuentes de los trabajadores de la compañía. Otros empleados consultados prefieren mantener el silencio ante la incertidumbre.
«Hay incertidumbre, pero la nueva etapa debe comenzar cuanto antes», han considerado las fuentes consultadas. Esta nueva etapa es la que trata de llevar Magellan&Cheers, que compró el 95% de Perucchi 1876, el histórico y famoso vermú de Badalona, en 2022. Los antiguos gestores, Alex Soler Kettlitz y Eduardo Flo, se han negado a salir de la compañía. Según el grupo inversor francés, los gestores no han cumplido con el plan estratégico ni tampoco con el de negocio de la misma.
Esta lucha se nota especialmente en los apenas 20 empleados de la histórica compañía, salvada de la quiebra en 1996 con la entrada de Soler Kettlitz y Flo. No obstante, su pilotaje tampoco ha obrado el esperado milagro y su situación pasaba por un nuevo caballero blanco para reflotar la empresa. Esa situación llegó hace dos años, con Magellan&Cheers y Jean-Noël Reynaud.
Se firmó el acuerdo, pero a la hora de transferir la operación, todo saltó por los aires. Los actuales gestores aseguran que la inyección de capital de octubre de 2022 surte efecto. «Funciona», afirma Alex Soler Kettlitz en declaraciones a este medio. Pero en marzo debía desembolsarse la cantidad para cubrir la compraventa de acciones, un montante que no llegó.
LA SITUACIÓN DE PERUCCHI 1876 PONE EN RIESGO A 20 PERSONAS
Es aquí cuando se divide el relato. «Se pagó el primer plazo, pero no el segundo», señala el directivo. Desde el grupo francés muestran una versión diferente. Se hizo el pago, pero la falta de cumplimiento del plan establecido impidió abonarlo. Y es que, los actuales gestores debían hacer frente a unos compromisos que no se cumplieron. Tras estas diferencias, la tensión entre ambas compañías ha ido en aumento. Soler Kettlitz dejó de abonar la cantidad mensual de 10.000 euros por consultoría, «realmente no lo hacían», según afirma.
No obstante, el grupo francés gestionaba la marca, y como socios tenían todo el derecho a solicitar toda la documentación e información necesarias para poner en marcha el nuevo plan de negocio. «Tenían acceso a todo nuestro sistema informático desde octubre de 2022», asegura. Los gestores apuntan que están en conversaciones con una «mega marca» para recibir inversión entre agosto y septiembre, una operación que supone un riesgo añadido si el litigio llega a los tribunales.
Soler Kettlitz y Flo no tienen intención alguna de salir y para tratar de hacerlo han anunciado una querella por fraude y apropiación indebida después de que Magellan&Cheers haya encargado una auditoría extraordinaria para cerrar la transacción y verificar toda la operación desde el inicio del a operación. Soler Kettlitz no ha facilitado ninguna documentación respecto a la querella por motivos de confidencialidad. Por el momento, un anuncio.
UN ANUNCIO Y UNA CONTRADICCIÓN
Fuentes próximas al inversor francés y consejero delegado del fondo especializado, Jean-Noël Reynaud, consideran que siempre ha cumplido con todos y cada uno de sus compromisos, incluyendo el primer pago, un extremo que confirma el empresario catalán. De hecho, su aportación salvó a Perucchi 1876 de entrar en el temido concurso de acreedores e incluso de la quiebra.
Esta situación empresarial pone los nervios en la empresa, una situación que impide un mejor rendimiento y que llega a generar hartazgo, más cuando los planes de expansión se anuncian pero no se materializan, como tampoco la entrada de nuevos inversores y alianzas. «Todo se basa en anuncios», destacan fuentes consultadas.
«Están enrocados en la gestión y en los órganos de administración, sin asumir la mayoría accionarial de Magellan&Cheers», han considerado desde el grupo francés. La empresa, por su parte, se muestra reticente a soltar la administración. La posición de los antiguos gestores paraliza por completo la implementación del plan estratégico para revitalizar la histórica marca.
PERUCCHI 1876 Y LA INVERSIÓN DESDE FRANCIA
Soler Kettlitz y Flo afirman que Magellan&Cheers no han dado cumplimiento a su compromiso de pago, «que venció el pasado 31 de diciembre de 2023». «En septiembre, lo que nos sucede, es que empiezan a dejar de pagar los intereses de demora», apuntan. Sin embargo, admiten que «en ese momento hacen un préstamo a la compañía de 400.000 euros, que eran convertibles».
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No obstante, los antiguos propietarios de la compañía han reconocido que vendieron el 95% de los títulos de la compañía al grupo inversor francés, pero es ahora, cuando vencen los plazos, cuando más resistencia ofrecen a la hora de salir de la gestión de la entidad. Los franceses se consideran así propietarios mayoritarios por un 95%, pero realizarán los pagos cuando se cumplan los compromisos adquiridos. «Los pagos se ejecutarán sin problemas cuando se cumplan las condiciones acordadas», han señalado las fuentes. Por el momento, la incertidumbre es clara en la plantilla.
Soler Kettlitz y Flo se hicieron en 1996 con el control de Perucchi 1876, con una toma de poder tras el concurso de acreedores y con la ayuda inestimable de socios inversores minoristas y amigos. El objetivo era loable: salvar a una empresa prácticamente en quiebra, pero no pudieron reflotarla. De hecho, apenas factura dos millones de euros, mientras otras marcas se han hecho con un hueco importante en el mercado como Pureta, Petroni, Miro y la excelsa Yzaguirre. Este hecho es insólito en el sector. Cómo una marca de prestigio, la más longeva y reconocida de España, pueda quedar tan rezagada el resto.