El viernes 19 de abril, un día después de notificar que tendría que despedir a nueve de cada 10 empleados, Solarprofit ha anunciado que las «elevadas tensiones de liquidez» han obligado a la empresa a entrar en preconcurso de acreedores.
El grupo de autoconsumo fotovoltaico con sede en Llinars del Vallès (Barcelona) ha explicado en un comunicado a BME Growth, índice bursátil en el que cotiza, que dichas tensiones «afectan seriamente al cumplimiento de los plazos de pago», por lo que a finales de marzo abrió negociaciones con los acreedores para alcanzar un plan de reestructuración.
El preconcurso se realizó el 28 de marzo y quedó presentado «ante la sección mercantil del servicio común del registro de Barcelona» conforme al artículo 585 del texto refundido de la ley concursal. La norma dispone que, en caso de que una persona natural o jurídica sufra una alta probabilidad de insolvencia, podrá comunicar a la Justicia el inicio de negociaciones con sus acreedores, con el objetivo de alcanzar un plan de reestructuración que permita superar la situación en que se encuentra.
SolarProfit atribuye su situación contable a la ralentización de la demanda por parte de los hogares y del sector industrial y a una bajada de precios por el aumento de la competencia en el sector
En el caso de que las negociaciones no fructifiquen y la insolvencia del deudor sea declarada judicialmente, se iniciará el concurso de acreedores propiamente dicho, estableciéndose para el deudor una fianza si el juzgado lo considera necesario. El concurso de acreedores puede ser solicitado por el mismo deudor (concurso voluntario) o por los acreedores (concurso necesario).
El efecto final de un concurso de acreedores no es necesariamente la liquidación de la empresa, aunque puede serlo. La prioridad de la Administración de Justicia en este tipo de procesos es facilitar la reestructuración de la deuda y la continuidad de la compañía.
SOLARPROFIT SE QUEDA SIN PLANTILLA
El jueves 18 de abril, Solarprofit anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) que prevé que afecte al 90% de su plantilla y espera ejecutar «a la mayor brevedad posible». El grupo explicó que «la dinámica del negocio ha seguido empeorando» durante el primer trimestre de 2024, si bien ha dicho que no dispone de cifras contables provisionales de este periodo.
Solarprofit aseguró que debe implementar «imperativamente» el ERE para garantizar su continuidad, para lo que también se ha emplazado a adaptar «a la realidad presente la propuesta de realización de la deuda realizada por la banca».
SolarProfit atribuyó su situación contable a la ralentización de la demanda por parte de los hogares y del sector industrial y a una bajada de precios por el aumento de la competencia en el sector.
La compañía recordó que su patrimonio neto consolidado es negativo por la acumulación de pérdidas: según cifras consolidadas, el importe neto de la cifra de negocio en 2023 fue de 66 millones de euros y el resultado bruto de explotación (Ebitda), de 33 millones negativos.
la situación actual de solarprofit es aún peor que la que sufrió en verano: en lo que llevamos de 2024 su valor bursátil ha caído un 63.66% y más de un 80% en el año natural
El via crucis financiero de Solarprofit no es nada nuevo. Ya el pasado agosto, la no hace tanto prometedora firma de instalación de placas solares acometió un ERE para mandar a la calle a 3 de cada 100 empleados, en total 275.
La compañía, pocos días después del estallido del ‘caso EiDF’, comenzó una cuesta abajo en los parqués que llegó a alcanzar el 60% de su valor bursátil. La dirección acabó emitiendo lo que se conoce en el argot financiero como profit warning; es decir, un aviso a navegantes de que los beneficios no iban a acercarse a las previsiones del inicio del ejercicio.
En la actualidad, la situación es aún peor, habiendo caído en lo que llevamos de 2024 un 63.66% en el BME Growth y más de un 80% en el año natural.
En 2023 las energías ‘verdes’ vivieron un año para olvidar en Bolsa, y en lo que llevamos del presente ejercicio han ido de mal en peor. El S&P Global Clean Energy Index, índice de referencia en el sector, se ha dejado más de un 16% en 2024, acumulando pérdidas superiores al 33% en los últimos 12 meses. Los reducidísimos precios de la electricidad condenan la rentabilidad de las compañías, golpeadas también por unos tipos de interés altos que dificultan su acceso a la financiación.