El pasado 10 de abril, Repsol confirmaba su aterrizaje en el negocio de los biocombustibles con la compra del 40% de Genie Bioenergy. La operación permite a la petrolera ganar una posición de privilegio en una de las grandes pistas de la transición energética, la del biometano. Sin embargo, también supone hacer una fuerte inversión en una industria de la que se espera una severa ralentización.
EL BIOMETANO COMO VECTOR ENERGÉTICO
El biometano se obtiene a partir del refinamiento del biogás, que a su vez puede extraerse de desechos tan pedestres como el aceite de cocina usado. Éste último, de hecho, tiene un contenido de metano de alrededor del 70%, que constituye su elemento reactivo; luego el biometano, una vez ‘capturado’ (a través de un proceso llamado upgrading), tiene unas propiedades excelentes como combustible. Al igual que el hidrógeno ‘verde’, es una fuente de energía libre de emisiones, con la ventaja añadida de que ayuda en el aprovechamiento de residuos.
El biometano es considerado estratégico por la Unión Europea (UE), que se ha fijado como ambición multiplicar por ocho su producción en 2030 frente a la registrada en 2022, a través del Plan RePower EU. La Asociación Española del Gas (Sedigas) estima que este biocarburante puede llegar a representar casi la mitad del consumo de gas natural de España.
EL ACUERDO ENTRE REPSOL Y GENIA
El acuerdo entre Repsol y Genia Bioenergy incluye 19 de sus plantas de biometano, que se encuentran en estado de desarrollo. Adicionalmente, existen otros 11 proyectos de plantas en una fase temprana de desarrollo. Repsol comprará la totalidad del gas producido por estos proyectos de los que, además, espera que conformen los pilares de nuevos ecosistemas agroindustriales capaces de impulsar las economías locales y ofrecer soluciones para la valorización de sus residuos.
Para el director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, Juan Abascal, «este acuerdo es un importante paso adelante en nuestra estrategia de aprovechar material que de otra manera sería un desecho y transformarlo en combustibles para el hogar, la industria y la movilidad. La experiencia, talento y activos de Genia Bioenergy nos permitirán posicionarnos como actor integrado en toda la cadena de valor del biometano».
Según el CEO de Genia Bioenergy, Gabriel Butler, «el desarrollo de plantas de biometano hace avanzar a España en el objetivo de descarbonización de la economía, reduce su dependencia energética del exterior y proporciona una respuesta sostenible a las directrices europeas sobre gestión de residuos. Supone, además, la creación de empleos cualificados y el impulso a ecosistemas económicos en torno al residuo, especialmente en entornos rurales».
EL MOMENTO DEL BIOMETANO
Los gases ‘verdes’ son uno de los puntales de la revolución renovable, y el biometano, hasta ahora, lo ha reflejado en su estatus comercial. Entre enero y noviembre del año pasado, la producción nacional de este elemento para su inyección en la red gasista experimentó un incremento del 38% en comparación con el mismo periodo de 2022, al pasar de 162 gigavatios/hora (GW/h) a 223 GW/h.
El sector tiene grandes esperanzas puestas en este biocarburante, pero el mercado tiene sus reservas. Brett Gibb, analista de energía en Bloomberg Intelligence, augura para este tipo de combustible «un crecimiento más lento en 2024». Los motivos citados por el experto son, principalmente, indirectos: la inquietud ante la inflación y unas políticas más permisivas están aumentando la laxitud de las exigencias de control de emisiones, lo que reduce el atractivo de los gases ‘verdes’.
Gibb considera que la «relajación de los fundamentos de la oferta y la demanda» (sic) está pesando sobre las acciones de biocombustibles, que en 2024 están teniendo un apoyo más limitado. En primer lugar, el pánico por el descontrol de precios frena la expansión de las políticas de descarbonización; pero, por otro lado, la solidez de los balances se ve favorecida por las iniciativas bajas en carbono a medida que la gobernanza energética se vuelve alérgica a los combustibles fósiles.
«alcanzar una escala rentable EN EL NEGOCIO DE LOS BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS es más desafiante a medida que los gobiernos sopesan las consecuencias de los precios»
Brett Gibb, analista de energía en Bloomberg Intelligence
Los biocombustibles líquidos, señala el análisis, son una solución competitiva para reducir las emisiones del transporte, en particular en la aviación, el transporte pesado y el transporte marítimo, «pero alcanzar una escala rentable es más desafiante a medida que los gobiernos sopesan las consecuencias de los precios».
El informe destaca que las valoraciones de las acciones de biocombustibles cayeron moderadamente en 2023, cuando los rendimientos se vieron afectados por la caída de los precios del crédito de carbono y los elevados tipos de interés.
En promedio, las cotizaciones han caído alrededor del 2% desde el comienzo del año. En consecuencia, «los catalizadores de la demanda de biocombustibles a corto plazo podrían desvanecerse en 2024 a medida que la asequibilidad y la seguridad ganen prioridad en el ‘trilema energético'», preconiza el experto.