La metformina es un fármaco recetado comúnmente para tratar la diabetes tipo 2 y que se clasifica dentro del grupo de medicamentos conocidos como biguanidas. En este tipo de diabetes, los niveles de glucosa en la sangre tienden a elevarse por encima de lo normal, y la metformina ayuda a reducirlos a un rango seguro, aunque no ofrece una cura definitiva para la enfermedad.
El uso de metformina generalmente implica un tratamiento a largo plazo, lo que puede generar interrogantes sobre los posibles efectos secundarios. Las consecuencias pueden ser leves como graves, y son similares tanto en hombres como en mujeres. A continuación, te contaré sobre estos efectos adversos, y cuándo es necesario contactar al médico para recibir atención adecuada.
Todo lo que debes saber si consumes metformina
Como es un fármaco muy fuerte, es común que la metformina te provoque efectos secundarios adversos, pero lo usual sería que desaparezcan después de un tiempo. Si persisten o se agravan debes consultar a un médico de urgencia. Los efectos secundarios que puedes experimentar son acidez, dolor de estómago, náuseas o vómitos, hinchazón, gases, diarrea, constipación, pérdida de peso, dolor de cabeza y sabor metálico en la boca.
Además, hay un dato particular que debes saber. En mayo de 2020, en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), emitió una recomendación para que algunos fabricantes de metformina de liberación prolongada retiraran sus tabletas del mercado estadounidense. Esto se debió al descubrimiento de niveles inaceptables de un posible carcinógeno, una sustancia que puede provocar cáncer, en algunas pastillas.
Efectos adversos graves de este medicamento
Un efecto secundario poco frecuente pero extremadamente grave asociado con el uso de metformina es la acidosis láctica, un trastorno que puede resultar de la acumulación de este medicamento en el organismo. De hecho, la metformina cuenta con una «advertencia en un cuadro negro» respecto a esto, que es la advertencia más seria emitida por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
La acidosis láctica es una complicación potencialmente mortal que requiere atención médica urgente en un entorno hospitalario. Para obtener más información sobre los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar acidosis láctica, te recomiendo que revises la sección de precauciones relacionadas con el uso de metformina.
Algunos de los síntomas que pueden estar alertándote sobre la acidosis láctica pueden ser cansancio extremo, debilidad, reducción del apetito, náuseas, vómitos, dificultad para respirar, mareos, aturdimiento, un ritmo cardíaco rápido o lento, sentir frío, dolor muscular, rubor, enrojecimiento repentino y calor en la piel.