El equipo de analistas de Goldman Sachs afirma que los ataques a las refinerías rusas tendrán un impacto «alcista» en el precio del diésel. La financiera considera que la capacidad de producción de los centros de refino del país euroasiático se ha visto seriamente mermada por los bombardeos con drones y, de continuar menguando el inventario, el coste por barril podría incrementarse en hasta casi un euro y medio.
En las últimas semanas se han producido una serie de ataques masivos de drones ucranianos contra las instalaciones rusas de refino de productos petrolíferos. Un ejército de máquinas voladoras controladas a distancia ha desatado el infierno sobre los centros de producción de diesel, queroseno, gasolina y otros derivados del crudo, causando graves daños en un pilar básico de la economía de guerra del Kremlin.
LA ECONOMÍA RUSA ESTÁ EN UN BRETE, PERO TAMBIÉN LA DE SUS ENEMIGOS
De este modo, Kíev ha conseguido abrir brecha en la colosal maquinaria rusa, cambiando una vez más las tornas en un momento en que Moscú había logrado tomar la delantera en el campo de batalla. Los resultados obtenidos por las bandadas de drones ucranianos amenazan con poner de rodillas al gigante invasor: han mutilado un estimado de 900.000 barriles diarios de la capacidad de refino enemiga, una pérdida que en el mejor de los casos durará semanas y en el peor cercenará de forma permanente el potencial productor.
Paradójicamente, el éxito de la ofensiva aérea de Ucrania ha sido tal que sus efectos han provocado el pánico en su mayor aliado: Estados Unidos. Washington, temeroso de una nueva escalada de precios en el petróleo y los carburantes, ha pedido al presidente ucraniano, Vlodimir Zelensky, que detenga los enjambres de drones.
Kíev ha logrado asestar una puñalada en el corazón de su enemigo; SIN EMBARGO, EL DAÑO PROVOCADO POR LOS DRONES UCRANIANOS es bidireccional, como demuestra el rápido repunte que ya está experimentando el petróleo
Esta preocupación es compartida por Goldman Sachs, cuyo panel de expertos estima que, en un escenario en que la capacidad de refino rusa disminuya en un millón de barriles diarios durante tres meses, la curva alcista del precio por barril de destilado medio podría situarse entre 1 y 1,5 dólares (0,93 y 1,40 euros), a medida que caen los inventarios.
Kíev ha logrado asestar una puñalada en el corazón de su enemigo, demostrando que la autarquía económica rusa no es tal. Sin embargo, al hacerlo también ha dejado al descubierto la fragilidad de sus aliados. El daño provocado por los drones es bidireccional, como demuestra el rápido repunte que ya está experimentando el petróleo.
En el último mes, el precio del barril Brent ha pasado de apenas 83 dólares (77,31 euros) a rozar los 89 dólares (82,89 euros), acercándose a máximos semestrales. La escalada coincide con el inicio de la ofensiva de bombardeos sobre las refinerías rusas, que añade un factor de agitación más al ya revuelto puchero del crudo.
el ataque contra la embajada iraní en siria, atribuido a israel, ha calentado aún más el fuego de oriente medio y agregado otro factor de agitación al mercado del crudo con la reunión de la opep+ en ciernes
Este mismo lunes, la prensa abría la semana con otro bombardeo, esta vez sobre la embajada de Irán en Damasco (Siria). El ataque, atribuido a Israel, ha calentado aún más el otro gran incendio geopolítico: el de Oriente Medio. El régimen de los ayatolás, que controla uno de los más importantes surtidores de petróleo del mundo, ha clamado venganza; y a los mercados internacionales les han entrado los sudores fríos ante una cada vez más probable expansión internacional del conflicto.
Por si todo esto fuera poco, las cadenas de suministro siguen comprometidas por la beligerancia de los hutíes de Yemen contra cargueros occidentales en el mar Rojo, una de las arterias de abastecimiento más importantes del planeta. Los ataques hutíes, que incluyen bombardeos a distancia y drones, se producen en represalia a las acciones militares de Israel en la franja de Gaza.
El avispero internacional que sobrevuela el petróleo tiene como telón de fondo la reunión de la OPEP+, programada para el 3 de abril. No obstante, no se esperan grandes giros en la política del cartel -en el que, por cierto, la influencia rusa es enorme- hasta finales del segundo trimestre, debido a los recortes ya acordados.