Hace poco más de un año se introdujo el primer edificio inteligente en España, una innovación dentro de la industria de la construcción que no solo promete una mejor calidad de vida para los propietarios, sino un paso adelante en la modernización de nuestra forma de vivir y trabajar.
Si bien no se sabe exactamente cuántos de estos existen en el país actualmente, se espera que la cifra incremente exponencialmente cada año.
Pero, ¿qué son los edificios inteligentes?
Cuando hablamos de edificios inteligentes hacemos referencia a la integración de sistemas tecnológicos para mejorar la calidad de vida de los propietarios, esto al tiempo que brindan una mayor rentabilidad para constructores y arrendadores.
Algunas de las herramientas más utilizadas en los edificios inteligentes incluyen sistemas de control de acceso a oficinas y otras zonas privadas, ventilación inteligente que se adapta al clima y a la cantidad de personas en los espacios, cámaras de seguridad y sensores capaces de almacenar información en tiempo real, entre otros.
¿Cómo cambian la forma en la que vivimos?
Conocer qué innovaciones tecnológicas se utilizan puede ayudarnos a tener una visión más amplia sobre cómo está mejorando la rentabilidad del sector para las empresas de construcción, pero, ¿cómo se están integrando realmente en la rutina de los propietarios para cambiar su forma de vivir?
Mayor seguridad
Un edificio diseñado bajo el paradigma “inteligente” permite la creación de sistemas de seguridad interconectados que brindan mayores garantías para los propietarios y arrendatarios. El uso de la Internet como canal de comunicación permite que todos los sistemas funcionen de manera unificada para agilizar la toma de decisiones en caso de accidentes o violaciones de seguridad.
Desde los anteriormente mencionados sistemas de control de acceso, que limitan la entrada de personas no autorizadas, hasta videocámaras capaces de identificar eventos inusuales para enviar notificaciones al personal de seguridad, son solo algunas de las ventajas de los edificios inteligentes en esta materia.
Mejor mantenimiento de los servicios básicos
Aunque para muchos propietarios parece un trabajo ajeno, el mantenimiento de la maquinaria encargada de brindarnos servicios básicos es una labor que requiere de un monitoreo preciso y constante. Estudiar el funcionamiento de las bombas de agua para asegurar que funcionen adecuadamente, y analizar la vida útil de las piezas de los ascensores para planificar su mantenimiento periódico, son una forma adecuada de modernizar el funcionamiento de los edificios.
Reducción en el costo de servicios
Uno de los mayores beneficios que ofrecen los edificios inteligentes es la optimización en el uso de recursos, reduciendo significativamente aquellos gastos irresponsables que podemos realizar de manera inconsciente, como por ejemplo, dejar las luces encendidas al salir de una pieza u olvidar cerrar por completo el lavabo luego de cepillarnos los dientes.
Si bien el uso de estas herramientas tendrá un costo asociado que no existiría en un edificio tradicional, nos permiten disminuir los costos al tener una mejor capacidad de análisis y reacción al despilfarro de recursos. Saber cuánta electricidad hemos consumido, o cuánta agua utilizamos en cada tarea puede hacer una gran diferencia al pagar nuestros servicios a final de mes.
Mejora en la calidad de vida
La capacidad de análisis y comprensión metereológica de los edificios inteligentes les permite actuar de manera automática sobre los sistemas de ventilación de los pisos, brindando mayor comodidad y mejorando la calidad de vida de los propietarios. No solo hablamos de una regulación eficiente de la temperatura, sino incluso del control de la humedad y la calidad del aire.
Sostenibilidad
Como ya lo mencionamos, los edificios inteligentes nos ayudan a optimizar el uso de recursos, pero no solo a los propietarios, sino también a supervisores e incluso la misma constructora. Aunque sea un beneficio monetario, también es un cambio necesario para la creación de viviendas enfocadas en la sostenibilidad.
Mientras que un solo edificio no podría hacer un gran cambio en materia climática, la construcción de cada vez más edificios y viviendas inteligentes tiene el potencial de crear un efecto bola de nieve que genere un verdadero cambio positivo para el medio ambiente.
Se trata de una meta a largo plazo, pero también de una que puede cambiar por completo la calidad de vida en ciudades enteras.
¿Qué innovaciones depara el futuro?
Para muchos, el futuro de los edificios inteligentes va más allá de la simple implementación de herramientas para brindar mayor comodidad, proponiendo que la construcción de los mismos se planifique teniendo en cuenta el funcionamiento autónomo y el uso de tecnologías alternativas.
Según algunos entusiastas, los edificios inteligentes del futuro podrán ser autosuficientes, generando su propia energía según lo que el ambiente le brinde (energía solar, térmica o eólica). También podrían contar con sistemas que integren la realidad virtual y la realidad aumentada para permitir un mantenimiento mucho más preciso, cuya planificación incluso podría realizarse de forma remota.
Los retos a los que se enfrentan
Los edificios inteligentes, aunque atractivos, requieren de muchas condiciones para poder convertirse en el estándar del sector.
En primer lugar, hablamos de edificaciones que no solo requieren de un presupuesto mucho mayor (tanto para su construcción como para su mantenimiento), sino también de proveedores especializados y con los permisos adecuados para desarrollar e implementar estas nuevas herramientas.
Adicionalmente, la interconexión de los sistemas electrónicos del edificio los hace más propensos a ciberataques. Estos no solo podrían permitir que los delincuentes manipulen dichos sistemas a su antojo de forma completamente remota, sino que además pondrían en riesgo la información personal de los propietarios.
Por último, la falta de espacios reales para la construcción de edificios inteligentes podría ralentizar el proceso de adopción de los mismos.
Los cambios que proponen los edificios inteligentes prometen generar un gran impacto en nuestro estilo de vida, sin embargo, lo que hemos visto hasta ahora no es más que la punta del iceberg. De cara a la segunda mitad de la década, el sector construcción se adentrará de lleno en esta industria para modernizar la rutina de los españoles.