Grandes bodegas a orillas del Duero han estado durante años haciendo vinos blancos. Pero faltaba algo, una seña de identidad. Esa diferencia que a veces solo marca un simple papel. Por fin, tras pasar por las manos de la burocracia, la DOP Ribera del Duero podrá catalogar los blancos de albillo.
Era un paso necesario. Hasta ahora, la DO Rueda atraía los focos en Castilla con su verdejo. El imaginario colectivo proyectaba la calidad de los blancos sobre esta denominación. Pero dormitando sobre el terruño se encontraba la variedad albillo pidiendo paso. Y es que las bodegas se veían obligadas a identificarlos como «vino de mesa» o con las tirillas de «vino de la Tierra de Castilla y León». El problema, en una sociedad que clasifica todo, es que necesitaba estar identificado.
Así, el último fin de semana de julio se ha dado un paso trascendental, tanto para los bodegueros que producían blancos Ribera del Duero, pero sin tener esa calificación; como para la economía de la zona en su conjunto. En concreto, se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la Solicitud de Modificación del Pliego de Condiciones de Producto de la DOP Ribera del Duero. A partir de este momento, los agentes implicados pueden presentar alegaciones a las modificaciones planteadas.
En este punto, la solicitud de modificación del pliego de condiciones por parte del Consejo Regulador de la Denominación de Origen surge como consecuencia de la exigencia normativa para aplicar los nuevos procedimientos de control estipulados por las administraciones. Nuevos procedimientos que requieren el cambio del actual sistema de control para adaptarse al nuevo protocolo de actuación y gestión, basado en la Certificación de Producto.
UN NUEVO VINO BLANCO PARA RIBERA
Entre las ampliaciones que se proponen incluir en el nuevo pliego de condiciones, lógicamente lo más importante es dicha incorporación de los vinos blancos obtenidos de la variedad ya autorizada albillo mayor. Previamente al inicio de este proceso de modificación este tema ha sido valorado y decidido por el Pleno del Consejo Regulador, consciente de la necesidad de atender a los requerimientos de los elaboradores ribereños.
Con esta reclamación se pretende principalmente garantizar la pervivencia y asegurar un futuro a una variedad de uva autóctona única y diferenciada, la albillo mayor, que forma parte de la historia de esta Denominación de Origen. Y al mismo tiempo se quiere poner en valor al vino blanco de albillo, que ya se está produciendo en la región, aunque sin poder ser identificado todavía como Ribera del Duero.
Entre el resto de aspectos técnicos que se han actualizado en este pliego cabe señalar la utilización de la sinonimía “Rosado/Clarete”, la actualización de las características organolépticas de los distintos tipos de vinos, la participación de la variedad autorizada garnacha tinta hasta un 25% en la elaboración de vinos tintos, junto con cuestiones de carácter burocrático y formal.
LAS MODIFICACIONES QUE LLEGAN
La solicitud de modificación, una vez que se argumentan los cambios, busca en todo caso la defensa del producto. Así, aclara el documento, las sinonimias que en la zona existen para las variedades principales, evidencian que las uvas producidas en la zona, poseen determinados matices diferenciales que las han hecho acreedoras de tales sinonimias.
Esta diferenciación, señala el texto, tiene su reflejo en una equilibrada acidez natural de los vinos, acompañada, en el caso de los tintos, por gran profusión fenólica en la que destacan los tonos azulados procedentes de antocianos y vitisinas, junto con un tanino de alta calidad polimérica.
Por todo ello, el clima, debido especialmente a la elevada altitud media de la zona, ejerce una marcada influencia sobre las uvas, mientras que, finalmente, es la lenta maduración antes descrita junto con los importantes saltos térmicos entre el día y la noche, lo que consigue una excelente formación de compuestos de interés durante el día, minimizándose la combustión metabólica de los mismos durante la noche. Una maduración larga que además produce la dulcificación del tanino de forma natural.
En consecuencia, asumen en el documento, la zona de producción amparada por la DOP Ribera del Duero es apta para la obtención de vinos de calidad siempre que se limite la carga en los viñedos y no se empleen variedades tardías. Zona de buena iluminación -superando las 2.400 horas anuales de sol- y calor en estío, envero y maduración, necesarios para una buena carga polifenólica.