Iberdrola no da marcha atrás ni para coger impulso. Su implacable estrategia expansiva no perdonará ni a las plusvalías derivadas de la venta del 55% de sus activos en México, que serán reinvertidas en medidas de eficiencia y «otras que van a asegurar el crecimiento en el futuro», en palabras del director financiero del grupo, José Sainz Armada.
CAPITAL MARKETS DAY DE IBERDROLA
Estas plusvalías ascienden a 1.100 millones de euros, según ha detallado la compañía durante la presentación ante los analistas con motivo de su Capital Markets Day. A finales de febrero, Iberdrola cerró en México la venta de 13 centrales de generación con una capacidad instalada de 8.539 megavatios (MW), de los que el 99% corresponde a ciclos combinados de gas y el 87% a plantas que operan bajo el régimen de Productor Independiente de Energía, contratadas con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) del país norteamericano.
LOS ACTIVOS MEXICANOS VENDIDOS POR IBERDROLA
En concreto, el grupo se desprendió de los ciclos combinados de gas que operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la CFE.
Se trata de Monterrey I y II -449 MW-, Altamira III y IV -1.096 MW-, Altamira V -1.155 MW-, Escobedo -878 MW-, La Laguna -537 MW-, Tamazunchale I -1.179 MW-, Baja California -324MW-, Topolobampo II -917 MW- y Topolobampo III -766 MW-, junto con el activo eólico La Venta III -103 MW-, que suponían un 87% del total de la capacidad instalada a desinvertir, y los ciclos combinados de gas privados de Monterrey III y IV -477 MW-, Tamazunchale II -514 MW- y Enertek -144 MW-.
el grupo se desprendió de los ciclos combinados de gas que operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la CFE
Esto equivalía al 55% del beneficio bruto de explotación (Ebitda) en el país, incluyendo los contratos asociados y los empleos vinculados a la operación.
Por su parte, Iberdrola conserva 15 plantas, toda su actividad con clientes privados y su cartera de proyectos renovables para seguir incrementando sus activos eólicos y solares en el país en los próximos años.
EN BUSCA DE ‘PARTNERSHIPS’
Por otra parte, la energética se ha marcado un nuevo objetivo de rotación de activos y acuerdos de partnerships -aportación de socios de la compañía en renovables- de unos 12.200 millones de euros para el periodo 2024-2026.
De esta cifra, unos 8.100 millones de euros ya han sido realizados, otros 2.100 millones de euros se encuentran en fase avanzada y otros 2.000 millones de euros están pendientes, según la información remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con motivo de la celebración de su Capital Markets Day.
En su anterior plan, la compañía se marcó un plan de rotación de activos para el periodo 2023-2025 de 7.500 millones de euros que superó ya el año pasado. Además, Sainz Armada añadió a este respecto que en el plan de la compañía no se incluye ninguna rotación de activos en el resultado bruto de explotación (Ebitda) ni en su guía de beneficio neto.
MUCHA DEUDA PARA MUCHA INVERSIÓN
La decisión de canalizar las plusvalías mexicanas al ensanchamiento del tamaño y alcance de la energética responde al hambre inversor que ha caracterizado a Iberdrola en los últimos años. Sus resultados 2023 reflejan un récord en inversiones brutas: alcanzaron la marca de 11.382 millones de euros, con un crecimiento del 6,0% frente a 2022.
La decisión de canalizar las plusvalías mexicanas al ensanchamiento del tamaño y alcance de la energética responde al hambre inversor que ha caracterizado a Iberdrola en los últimos años
Asimismo, registraron una subida del 8% del RAB en el negocio de redes, hasta los 42.210 millones de euros y habiendo instalado más de 3.250 megavatios (MW) renovables en 2023 -que han supuesto una inversión de 5.000 millones de euros, el 60% en eólica marina e hidroeléctrica-, sumando una capacidad instalada total de 42.187 MW en el mundo.
En España, las inversiones superaron los 2.300 millones de euros. En los últimos tres años, destinó más de 33.500 millones en todas las geografías, de los cuales 7.600 millones fueron en España. Toda esta actividad se traduce en una colosal deuda, situada en una horquilla entre los 42.000 y los 42.500 millones de euros.