El Banco Central Europeo (BCE) continúa con su inflexible política monetaria, manteniendo los tipos de interés, es decir, el precio del dinero, en un duro 4,5%. Está claro que el ‘guardián del euro’ está dispuesto a todo con tal de embridar la inflación, pero ¿qué implicaciones tiene eso para el negocio energético? Muchas y muy profundas, como en cualquier otro sector, pero los expertos supeditan el impacto a tres factores: la presencia de deuda variable en las compañías, la liquidez de las mismas y la cartera de nuevos proyectos.
Tras la reunión del BCE celebrada el pasado martes, su presidenta, Christine Lagarde, alejó cualquier esperanza de una próxima relajación afirmando que la institución ha ganado en confianza respecto a la tarea de contener los precios, «pero no la suficiente». Lagarde explicó que son necesarios más datos, señalando que, si bien en abril habrá un poco más de información al respecto, habrá «mucha más en junio». Por consiguiente, hasta bien entrado el verano no volverá siquiera a contemplarse la posibilidad de bajar los tipos.
«LOS GIGANTES DEL SECTOR [COMO IBERDROLA O ENDESA] DEBEN EVALUAR LA CONVENIENCIA DE AMORTIZAR SU DEUDA, EN FUNCIÓN DE LA LIQUIDEZ QUE TENGAN EN TESORERÍA»
Ángel Pérez Llamazares, analista de renta variable en Renta4
MERCA2 se ha puesto en contacto con Ángel Llamazares, analista de Renta4, a fin de arrojar luz sobre lo que significa para las empresas unos tipos por las nubes durante tanto tiempo. El experto establece una clara diferencia entre las grandes utilities, como Iberdrola, Endesa y Repsol, y las compañías de energías renovables de pequeño y mediano tamaño.
En el caso de las primeras, las implicaciones con la deuda son «limitadas», ya que este tipo de entidades «tienen la mayor parte de su deuda referenciada a tipo fijo», lo que significa que los intereses a pagar por los préstamos no cambian durante la vida del crédito. Para las ‘grandes’, unos tipos apalancados en las alturas pueden incluso ser beneficiosos: «En general, las firmas energéticas de gran tamaño tienen mucha liquidez en sus balances, y con los tipos arriba, la remuneración bancaria mejora».
En general, la tarea que Llamazares confía a la dirección financiera de las energéticas es «ponderar si a la empresa le compensa amortizar la deuda, en función de la masa de liquidez que ésta disponga en tesorería». En cualquier caso, el analista no detecta en el sector reparo alguno a la hora de captar financiación: «Todos los gigantes están emitiendo deuda», dice.
LOS TIPOS ALTOS, UN OBSTÁCULO PARA EL SECTOR RENOVABLE
Si los responsables de finanzas de las grandes tienen trabajo por delante, a sus homólogos de las firmas renovables de menor tamaño les aguarda un auténtico galimatías. El director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), José Donoso, recalca que la industria de las energías ‘verdes’ es «muy intensiva en capital», más aún en una época en que las directrices de descarbonización han disparado el pipeline de proyectos. Esta característica hace al sector «muy sensible» a los vaivenes de los tipos de interés.
«Pasar de un escenario de financiación con un coste cercano al cero a la actual coyuntura, con un interés muy alto, limita el desarrollo del negocio» -comenta Donoso en sus declaraciones a MERCA2– «Muchas iniciativas que hasta hace poco eran perfectamente viables han dejado de tener rentabilidad».
«LA INFLACIÓN YA ESTÁ BAJO CONTROL Y, AÚN ASÍ, EL BCE MANTIENE UNA POLÍTICA MONETARIA MUY RESTRICTIVA, LO QUE ES NEGATIVO PARA LA ACTIVIDAD ECONÓMICA A TODOS LOS NIVELES»
José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF)
En general, el director de la patronal fotovoltaica hace una valoración «negativa» del empecinamiento del BCE en mantener caro el precio del dinero. «La inflación ya está controlada y, sin embargo, la política de la institución sigue siendo muy restrictiva» -lamenta- «Este inmovilismo va en detrimento de la actividad económica a todos los niveles».
Los perjuicios, remarca, no solo se hacen evidentes en las grandes promociones, sino en la escala del pequeño consumidor: «El peor acceso a la financiación y unas cuotas más severas para los hipotecados se traducen en un margen mucho menor para apostar por el autoconsumo solar residencial, por ejemplo».
LA POLÍTICA DEL BCE CERCENA EL ACCESO A LA FINANCIACIÓN
Llamazares, por su parte, señala el mayor problema de las firmas renovables en el escenario que vivimos aludiendo al fenómeno del project finance, muy habitual dentro de este sector, consistente en vincular la financiación a cada uno de los proyectos en lugar de a la empresa promotora. «Es el propio proyecto el que paga la deuda, por lo que su coste individual sube».
El analista de Renta 4 señala el caso especial de los llamados ‘bonos verdes’, paquetes de financiación que comprometen al receptor de la misma a destinarla a iniciativas medioambientales: «Este tipo de financiación es más barata, ya que los fondos están obligados a ofrecerla debido a las directrices ASG [Ambientales, Sociales y de Gobernanza]».
Otro analista, Diego Morín, de IG, ya dejó claro en declaraciones a MERCA2 que no esperaba bajadas de tipos durante el primer semestre de este año, y los acontecimientos -o más bien la falta de ellos- le están dando la razón. «El momento que atraviesa el mercado de energía renovable no es nada positivo» -comenta- «Después del boom impulsado por los procesos de descarbonización implementados por la UE, los últimos dos años han sido realmente difíciles, con un aumento de los tipos de interés que dificulta el acceso a la financiación para estas empresas». Unas condiciones cuya continuidad han asegurado Lagarde y el BCE.