viernes, 22 noviembre 2024

Elon Musk se infla de ética y demanda a OpenAI por no ser ‘sin ánimo de lucro’

Elon Musk se ha erigido en guardián de la ética en lo que al desarrollo y la comercialización de la Inteligencia Artificial generativa se refiere y ha denunciado a OpenAI, la empresa que ayudó a fundar, desarrolladora de la exitosa ChatGPT, porque ha abandonado su carácter inicial de ser una empresa «sin ánimo de lucro» encaminada a buscar solo el beneficio de la humanidad.

La denuncia incluye también a su CEO, el ya también conocido mundialmente Sam Altman. Le acusa de haber abandonado la misión inicial de Open AI cuando se fundó como startup, que era la de desarrollar una IA que cuyo fin fuera siempre el beneficio para la humanidad, y que no se convirtiera en un producto masivo, es decir, que las intenciones de la empresa no fueran el «ánimo de lucro».

Según ha trascendido, la demanda fue presentada el pasado jueves por la noche en la ciudad de San Francisco, y realmente enfrenta al excéntrico multimillonario con la startup que cofundó y que ahora es la representante mundial de la IA generativa, en parte debido a la inversión y financiación de Microsoft, que han alcanzado la cifra de 13.000 millones de dólares.

la ha denunciado porque ha abandonado su carácter inicial de ser una empresa «sin ánimo de lucro» encaminada a buscar solo el beneficio de la humanidad.

En la denuncia, Elon Musk alega que se ha producido un incumplimiento de contrato, y explica que Altman y el cofundador, Greg Brockman, originalmente se acercaron a él para crear una empresa de código abierto sin fines de lucro, pero la startup que comenzó a andar en 2015 ahora «se centra en ganar dinero».

Elon Musk se infla de ética y demanda a OpenAI por no ser 'sin ánimo de lucro'
Sam Altman y Elon Musk cuando eran socios.

ELON MUSK CONTRA MICROSOFT

Para evidenciar que tiene la razón, Musk ha solicitado un fallo judicial que pedía a OpenAI que pusiera su investigación y tecnología a disposición del público y así evitar que la startup utilizara sus activos, incluido su modelo de IA más avanzado, GPT-4, para conseguir ganancias financieras para Microsoft o de cualquier individuo.

Por el momento no se ha producido ningún comentario por parte de los responsables de OpenAI sobre este nuevo golpe sobre la mesa del magnate tecnológico, dueño de la antigua Twitter, ahora llamada X, la que compró por 44 millones de dólares en octubre de 2022 y que ha destrozado con cambios desde el nombre, hasta la fuerza laboral especializada con el despido masivo de cientos de sus trabajadores, por lo que apenas tiene moderación en su contenido, cada vez más crispado y polarizado y plagado de fake news.

Musk alega que se ha producido un incumplimiento de contrato, y explica que Altman y el cofundador, Greg Brockman, originalmente se acercaron a él para crear una empresa de código abierto sin fines de lucro

El controvertido millonario, un ególatra que se cree visionario, es dueño de la empresa productora de los coche eléctricos Tesla y de SpaceX, empresa espacial con la que pretende llegar a la luna, nada menos. Elon Musk, no obstante, en relación al desarrollo de la IA siempre ha mantenido su postura sobre los peligros del desarrollo de la misma y ha pedido en numerosas ocasiones que se regule su creación, entrenamiento y uso.

Musk renunció a la junta directiva de OpenAI en 2018 y a menudo ha criticado los vínculos de Microsoft con la startup, y ya advirtió en una entrevista de televisión retrasmitida el pasado mes de abril que «Microsoft tiene una voz muy fuerte, si no es que controla directamente, OpenAI en este momento».

La alianza entre Microsoft y la empresa que dirige Sam Altman está bajo escrutinio antimonopolio en Estados Unidos y Gran Bretaña. Esta revisión por parte de las autoridades se produjo después de que Altman fuera despedido de OpenAI por negarse a variar su postura inicial humanista, tras conocer los resultados de investigaciones avanzadas sobre IA de su empresa, que le habían asustado tanto como para llegar a comentar que «corría peligro la humanidad«.

Musk renunció a la junta directiva de OpenAI en 2018 y a menudo ha criticado los vínculos de Microsoft con la startup

El dinero y el negocio finalmente ganaron la batalla y volvió a ser requerido como CEO tras cinco días de «culebrón» empresarial el pasado mes de noviembre, cuyo resultado fue la creación de una nueva junta temporal que controla OpenAI, pero que no ha renunciado a los miles de millones invertidos por Microsoft. OpenAI planea nombrar varios nuevos miembros de la junta directiva en marzo. El pasado noviembre, Microsoft aseguró que tendría un puesto de observador sin derecho a voto en la junta.

Algunos expertos legales aclararon que podrían haber un problema legal si no se obtenía el consentimiento de Musk según el acuerdo de constitución de la empresa, y que ese «detalle» podría contar en contra de OpenAI, pero en principio era difícil predecir el resultado de la demanda. «Es complejo y con resultados potenciales inciertos», aseguró Anupam Shukla, socio de Pioneer Legal, que además agregó que era poco probable que la estructura de OpenAI fuera «considerada inválida, hasta el punto de tener que desmantelarse por completo».

Elon Musk ha organizado una empresa como oponente y rival a OpenAI en la materia con su startup xAI, que está formada por ingenieros contratados de algunas de las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos, como Google y Microsoft, a las que claramente espera desafiar. La startup comenzó a implementar su competidor ChatGPT, Grok, para los suscriptores Premium+ de la plataforma de redes sociales X en diciembre y tiene como objetivo crear lo que Musk ha dicho que sería una «IA con la máxima búsqueda de la verdad».

Elon Musk ha organizado una empresa como oponente y rival a OpenAI en la materia con su startup xAI

El multimillonario, que ha llamado a la IA un «arma de doble filo», estaba entre un grupo de expertos en IA y ejecutivos de la industria que el año pasado pidieron que se realizara una pausa de seis meses en el desarrollo de sistemas más poderosos que el GPT-4 de OpenAI, y que advertían de grandes riesgos para la humanidad y la sociedad con el desarrollo de este tipo de IA.

Desde su salida al mercado, ChatGPT se ha utilizado por empresas para una amplia gama de tareas, desde resumir documentos hasta escribir códigos informáticos, lo que ha desencadenado una carrera entre las grandes empresas tecnológicas para lanzar sus propias ofertas basadas en IA generativa.


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