En el corazón de la región de Cantabria, al norte de España, se encuentra un pueblo que parece haber sido sacado directamente de las páginas de un libro de cuentos: Santillana del Mar. Con su encantador casco antiguo, sus calles empedradas y su impresionante patrimonio arquitectónico, Santillana del Mar es un destino que cautiva a quienes tienen la suerte de visitarlo.
En este extenso recorrido por Santillana del Mar, exploraremos sus fascinantes orígenes, su rica historia, su arquitectura medieval y su ambiente único que lo convierten en una joya oculta de Cantabria.
1Las raíces de Santillana del Mar
Los orígenes de Santillana del Mar se remontan a la época medieval, cuando la región estaba poblada por comunidades de origen cántabro y romano. El nombre de Santillana proviene del latín «Sancti Iulianae», en honor a Santa Juliana, una mártir cristiana cuyos restos se veneran en la Colegiata de Santillana.
A lo largo de los siglos, Santillana del Mar creció en importancia gracias a su estratégica ubicación en el camino entre la costa y la meseta castellana. Durante la Edad Media, el pueblo se convirtió en un importante centro comercial y religioso, con la construcción de la Colegiata de Santa Juliana como punto focal de la vida comunitaria, procedente de un monasterio.