Avangrid, la filial estadounidense de Iberdrola, está estudiando «oportunidades» para vender o buscar un socio para el arrendamiento asociado a su ‘megaproyecto’ de eólica marina Kitty Hawk, situado en aguas de Carolina del Norte (Estados Unidos).
En una conferencia con analistas con motivo de la presentación de resultados de Avangrid del año 2023, el consejero delegado de la compañía, Pedro Azagra, señaló que seguirán «buscando oportunidades para vender el arrendamiento o para asociarse en él», como han hecho en otros muchos activos.
A este respecto, el directivo indicó que el año pasado Avangrid ya vendió varios activos de eólica terrestre, aunque subrayó que la venta de un contrato de arrendamiento no es comparable, ya que no es un activo que suponga «una desviación de capex».
Con cerca de 50.000 hectáreas, ‘Kitty Hawk’ sumaría una capacidad total de hasta 3.500 megavatios (MW), con los que suministraría energía limpia a 700.000 hogares, aproximadamente cuatro veces el número de hogares de Virginia Beach.
Cuenta ya con un aviso de intención (NOI) de la Oficina de Administración de Energía Oceánica de Estados Unidos (BOEM) para preparar un Estudio de Impacto Ambiental (EIS) para Kitty Hawk North, el primero de los proyectos dentro de esta gran área de arrendamiento de energía eólica marina de la compañía.
En una primera fase tendría una capacidad instalada de aproximadamente 800 megavatios (MW) y ocuparía un área de más de 20.000 hectáreas.
DESACELERACIÓN EN LA EÓLICA MARINA
La eólica marina en Estados Unidos vivió en 2023 una importante desaceleración, después de que los desarrolladores decidieran plegarse en varios proyectos debido a su complicada viabilidad por los aumentos de los precios de las materias primas, las subidas de los tipos de interés y los problemas en la cadena de suministro, lo que se trasladó en un aumento de los costes que no compensaba los contratos de venta de energía firmados vinculados a ellos.
Así, Orsted, Equinor o BP decidieron cancelar proyectos en eólica marina por miles de millones tras ver como los contratos de venta de energía existentes eran insuficientes para cubrir los gastos asociados al desarrollo y financiación de estos parques.
De hecho, Avangrid también decidió rescindir los acuerdos de compraventa de energía (PPA, por sus siglas en inglés) que tenía suscritos para sus proyectos de eólica marina de Park City Wind y Commonwealth Wind, al considerar que las condiciones pactadas no garantizaban su viabilidad económica.
No obstante, en ambos proyectos Iberdrola ha mostrado su deseo de seguir adelante, avanzando en la consecuencia de los diferentes trámites y permisos, y planea acudir a las próximas subastas.
A principios de este año, la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán ya inició la puesta en marcha del parque eólico marino ‘Vineyard Wind I’, el primer proyecto a gran escala de esta tecnología en Estados Unidos, con 806 megavatios (MW) de capacidad.
El proyecto, en el que Avangrid es socio con el grupo inversor danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) y que ha contado con una inversión de 3.000 millones de dólares (unos 2.700 millones de euros), ya cuenta además con cinco turbinas funcionando a pleno rendimiento.
APUESTA ESTRATÉGICA DEL GRUPO
Dentro de la cartera de renovables de Iberdrola, la energía eólica marina es una de las grandes apuestas de la compañía, con nuevas plataformas de crecimiento en Polonia, Suecia, Irlanda, Estados Unidos, Brasil, Filipinas y Japón, lo que le ha permitido contar actualmente con una cartera eólica marina superior a los 30 gigavatios (GW).
Entre los proyectos más destacados de la compañía, además de ‘Vineyard Wind I’, destacan en Reino Unido el complejo ‘East Anglia Hub’, que contiene tres proyectos con una capacidad instalada total de 2.900 MW, ‘Saint-Brieuc’, en Francia, o sus tres parques en aguas bálticas: ‘Wikinger’, ‘Baltic Eagle’ y ‘Windanker’.