Durante la conferencia de prensa del pasado jueves, el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, insistió en que no se estaba presentando un plan estratégico, sino una «actualización estratégica» de las líneas maestras trazadas en 2020, cuyos objetivos fueron alcanzados «cuando la sociedad se recuperó» de los efectos de la pandemia y la invasión de Ucrania. Con todo, las propuestas enunciadas por la petrolera han sido percibidas por los analistas como un saludable cambio de rumbo, especialmente en el apartado de los dividendos.
EL PRECIO OBJETIVO
JP Morgan, RBC, UBS y Mediobanca han mejorado el precio objetivo para la energética y, además, la propia JP Morgan ha escalado su recomendación sobre la compañía de ‘neutral’ a ‘outperform’, lo que significa que la energética superará las expectativas.
JP Morgan, RBC, UBS y Mediobanca han mejorado el precio objetivo para la energética
Tras estos cambios, el consenso de precio objetivo de Repsol se sitúa en 17,33 euros por acción, un 20% por encima de la cotización actual de la compañía, con Barclays, RBC y Mediobanca estimando un precio objetivo por encima de los 20 euros.
LA BOLSA REFLEJA EL ENFOQUE EN LOS ACCIONISTAS
El grupo presidido por Antonio Brufau cerró el jueves con una subida en Bolsa del 5,45%, la mayor en 15 meses, para alcanzar un precio de 14,425 euros. Este viernes las acciones de la compañía seguían al alza y repuntaban, a las 14.44 horas, un 0,21%, hasta los 14,455 euros.
Según la actualización del plan estratégico presentado por la compañía, Repsol invertirá una cifra récord de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años (2024-2027) para acelerar su proceso transformador hacia una compañía cero emisiones netas y protagonista en la transición energética.
EL ACELERÓN INVERSOR DE REPSOL VIENE ACOMPAÑADO DE UNA INUSITADA GENEROSIDAD EN EL DIVIDENDO, CON UN INCREMENTO PREVISTO DEL 30%
Este acelerón inversor viene acompañado de de una inusitada generosidad retributiva: Repsol destinará entre el 25% y el 35% del flujo de caja de las operaciones a retribuir a sus accionistas, incluyendo dividendos y recompra de acciones. En consecuencia, la compañía podría llegar a distribuir hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre sus más de 520.000 accionistas.
La petrolera distribuirá 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo, cifra que podrá completar con hasta 5.400 millones en recompras de acciones, para alcanzar el rango del 25%-35% comprometido. Para 2024, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros.
LA POLÍTICA RETRIBUTIVA DE REPSOL «SORPRENDE POSITIVAMENTE»
En su informe, RBC apunta a un rendimiento superior de la compañía y de su precio y valora el compromiso de Repsol con sus accionistas, «al mismo tiempo que apunta a un crecimiento subyacente en su flujo de caja a lo largo del periodo».
RBC apunta a un rendimiento superior de la compañía y de su precio y valora el compromiso de Repsol con sus accionistas
Los analistas de la firma subrayan el buen comportamiento de Repsol a corto plazo, con «otro buen trimestre para finalizar 2023» y superando expectativas, así como su meta de un dividendo de 1,26 euros por acción en 2026, lo que supondría un rendimiento del 6% y equivaldría a un precio de acción de 21 euros.
Por su parte, los analistas de Santander destacan que Repsol «sorprende positivamente» a los inversores con una política de distribución de accionistas «superior a la esperada» en el periodo 2024-27.
ENTERRANDO EL HACHA DE GUERRA
La presentación del jueves 22 de febrero también era el día marcado como límite en el ultimátum lanzado por la compañía al Gobierno. A finales del año pasado, un iracundo Imaz emplazó al Ejecutivo a retirar el impuesto extraordinario a las energéticas o, de lo contrario, «1.500 millones en inversiones estarían en riesgo».
Repsol, no obstante, ha optado por dejar el órdago en suspenso, decisión reflejada en el mucho más moderado discurso de Imaz ante los medios. El directivo declaró que percibe un «cambio» en la posibilidad de mejoras en el marco fiscal en España, mostrando un ánimo «un poco más positivo», en clara referencia a la ronda de contactos iniciada por el Gobierno con las grandes energéticas -entre ellas la propia Repsol- en aras de atenuar el polémico gravamen.
EL CEO, JOSU JON IMAZ, declaró que percibe un «cambio» en la posibilidad de mejoras en el marco fiscal en España
No obstante, el CEO no descartó del todo la posibilidad de tomar represalias en en futuro en forma de desinversiones en nuestro país, advirtiendo que no se destinarán fondos a la transformación de sus centros en España «si no se ven retornos y una certidumbre clara» en los planos regulatorio y fiscal.