Durante la segunda mitad del siglo pasado, España eligió un medio de vida, el de los servicios, que representa una opción lógica si se considera el enorme atractivo natural y cultural del país; pero también limitada por la rigidez de su mercado laboral, que en épocas de ‘vacas flacas’ nos condena a tasas de paro al norte del 20%. Sin embargo, el actual momento histórico nos ofrece una oportunidad dorada para diversificar la economía, emancipándola del turismo y la hostelería: la industria renovable.
La transición energética hacia formas de generación ‘verdes’ es un proyecto común de la UE, con un calendario y ‘hoja de ruta’ obligatorios para todos los países miembros. Pero aquí estamos hablando de un sector productivo en el que, por primera vez en mucho tiempo, España cuenta con una ventaja competitiva respecto a sus pares en el concierto europeo.
El economista José Carlos Díez, consultado por MERCA2, desgrana las claves del potencial renovable español: «Tenemos el doble de horas de sol que nuestros socios europeos y buenas condiciones de viento y agua, especialmente en la cuenca del Duero». Díez suena hiperbólico cuando pone relieve histórico al privilegio de nuestro territorio: «Tenemos la capacidad de producir electricidad más abundante y barata que el resto de países de la UE, algo que ocurre por primera vez desde la invención de la máquina de vapor en el siglo XVIII».
ESPAÑA NECESITA AMBICIÓN Y TRANSPARENCIA
La mención al invento que propulsó la primera revolución industrial sugiere que nos encontramos, como entonces, ante un salto evolutivo. Hace dos siglos, británicos y alemanes cogieron el tren, haciendo hegemónicos sus medios de producción y sus industrias, mientras España se quedaba atrás. ¿Podría pasar lo mismo esta vez? Nuestro interlocutor enuncia dos riesgos: «La burocracia y los cuellos de botella en la red de alta tensión».
La postura de Díez sobre las redes confluye con la reclamación unánime del sector energético. ‘Grandes’ como Iberdrola, Naturgy, EDP y Endesa han reiterado que la inversión que prevé para este apartado el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es insuficiente, insistiendo en que, para cumplir los objetivos de descarbonización de la economía, la gobernanza debe ser más ambiciosa en la política de financiación.
El PNIEC, la ‘hoja de ruta’ del Gobierno a 2030, prevé unas inversiones de unos 53.000 millones de euros en redes en esta década, cifra que representa en torno al 18% de las inversiones totales que se movilizarán con el plan -que ascienden a casi 300.000 millones-. El consejero delegado de Endesa, José Bogas, sostiene que para alcanzar las metas de transición energética previstas para 2030, será necesario duplicar la inversión en la red actualmente contemplada en la normativa.
«Tenemos la gran oportunidad histórica de reindustrializar España gracias a las renovables, disponiendo de la energía más abundante y barata de Europa» -sostiene Díez- «Pero nos falta ofrecer seguridad jurídica a los inversores y ser intolerantes con la burocracia». En definitiva, concluye el economista, «nos falta creérnoslo».
‘CREÉRNOSLO’ PARA APROVECHAR LA OCASIÓN
‘Creérnoslo’ es precisamente el eslogan elegido por la patronal eléctrica, AELEC, para la campaña de comunicación con la que pretende mostrar, con ejemplos claros y didácticos, la gran ocasión de crecimiento económico que las energías ‘verdes’ suponen para nuestro país.
La entidad, que aglutina a las principales compañías eléctricas -EDP, Endesa e Iberdrola- exhibe los datos, extraídos de fuentes públicas, que sostienen su discurso: «Gracias a las energías renovables se han creado 130.000 empleos en España, aunque se calcula que la transición energética aportará 250.000 empleos directos y 900.000 empleos indirectos». Números que «avalan esta oportunidad», resultado «del intenso trabajo de electrificación que se ha llevado a cabo en España».
Los puestos de trabajo generados por la industria renovable son, además, bien remunerados y de alta cualificación, en contraste con la precariedad y los bajos salarios que son la norma en el sector servicios.
LOS SUELDOS DE LOS PERFILES MÁS DEMANDADOS EN EL ÁMBITO RENOVABLE OSCILAN ENTRE LOS 30.000 Y LOS 65.000 EUROS, EN CONTRASTE CON EL PROMEDIO DE 21.000 EUROS (HOMBRES) Y 16.000 EUROS (MUJERES) DEL SUBSECTOR MAYORITARIO DE LOS SERVICIOS
Así lo constata la tercera edición de la Guía Salarial Adecco Energéticas, que sitúa a los perfiles de ingeniero de desarrollo de negocio (40.000-65.000 euros brutos anuales), desarrollador de software (34.000-60.000 euros) y técnico de mantenimiento de fotovoltaica (30.000-50.000 euros) como los más demandados y mejor retribuidos dentro del sector de la energía ‘verde’. En comparación, el sueldo medio en el subsector ‘otros’, mayoritario en servicios, apenas se queda en 16.000 euros en el caso de las mujeres y los 21.000 en el de los hombres, evidenciando además una dura brecha salarial por sexos.
Para la presidenta de la AELEC, Marina Serrano, «como país, contamos con los mejores recursos naturales y la mejor tecnología para liderar la transición energética en Europa; solo nos falta creérnoslo y apostar por esta nueva gran oportunidad, enfocando todos los esfuerzos en facilitar el acceso y distribución por redes de esa energía renovable que puede ser crucial para atraer industrias a nuestro país.