Telefónica presentó los resultados económicos de 2023, de los que se mostró muy satisfecha. Los presentó en un contexto en el que sigue sin despejarse un tema importante: el futuro accionarial del Estado en la teleco, ya que Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) anunció su intención de comprar un 10%, pero no tiene todavía ni una acción de la compañía. «No tengo noticias nuevas», afirmó José María Álvarez-Pallete cuando le preguntaron. Dijo no conocer cómo piensa la SEPI comprar ese porcentaje anunciado en diciembre, y que el grupo no podía «influir en el momento en el que la SEPI vaya a ejecutar la decisión del Consejo de Ministros. No sabemos cómo se articularán esas compras».
Tras conseguir un ERE limpio, pactado con los sindicatos, por el que se libran de 3.420 trabajadores, quedarse casi al 100% con su filial de Alemania, conseguir estupendos resultados allí y en Brasil, subir las acciones hasta incluso un valor de 3,70 euros, y tener en España un flujo de caja favorable, Álvarez-Pallete se mostró seguro de que la inacción de la SEPI no afecta de manera negativa a su valor en bolsa y el comportamiento de los inversores. Y hasta que no haya cambios en el accionariado, tal y como explicó el presidente Telefónica, no hay que preocuparse de cambiar sillones en el Consejo de Administración.
Cuando el Gobierno anunció que ordenaba a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) la adquisición de hasta el 10% de Telefónica, para hacer frente a la desazón que la entrada silenciosa del fondo árabe STC con un 9,9% anunciada en septiembre había provocado, lo dejó bien claro; se haría de manera rápida y tratando de no afectar a la cotización de la compañía y la desestabilización de su valor.
Álvarez-Pallete se mostró seguro de que la inacción de la SEPI no afecta de manera negativa a su valor en bolsa y el comportamiento de los inversores.
Al contrario, la falta de movimiento y de transparencia respecto a los plazos que maneja el Gobierno para hacerse con la mayor cuota de accionariado de la tecnológica española no hacían más que generar elucubraciones, rumores y hasta cotilleos. Tras la presentación de los resultados de Telefónica el jueves, a los representantes del Gobierno con alguna implicación no les ha quedado más remedio que decir algo al respecto, aunque sea muy poco.
El ministro de Función Pública y Transformación Digital, José Luis Escrivá, apeló el viernes 23 a la discreción en lo que concierne a la entrada de la SEPI en Telefónica y a dejar «a los que la han estructurado que las vayan desplegando a su ritmo y con la máxima discreción».
El mismo día, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, trató de tranquilizar a todos al asegurar que el Gobierno está estudiando los detalles sobre cómo realizar la financiación específica de la compra de hasta el 10% de Telefónica por parte de la SEPI, en paralelo a las negociaciones sobre los Presupuestos para 2024.
No tranquiliza mucho pensar que en la ecuación pueda entrar Junts, la amnistía y toda la compleja idiosincrasia de esta legislatura a la hora de aprobar los PGE. A lo mejor no es necesario, porque se hay más que suficientes fondos por el éxito de las emisiones de deuda. En cualquier caso, se trata de dinero público y lo lógico sería que se conociera cómo se van a comprar esas acciones de manera pública también.
Y es que la inacción del Gobierno podría haber frenado a la compañía, menos mal que no lo ha hecho. Hasta los comentarios de ambos ministros del viernes, nada se sabía del tema desde que la SEPI, que preside Belén Gualda González, recibiera la orden de compra en diciembre. El Ejecutivo ni han provisto los fondos, ni ha designado entidad intermediaria y por lo que parecía ni compraban, ni fomentaban que la compañía despegara en Bolsa, que es lo que podría pasar si entra en el accionariado el Gobierno, según estiman en el mercado.
No tranquiliza mucho pensar que en la ecuación pueda entrar Junts, la amnistía y toda la compleja idiosincrasia de esta legislatura a la hora de aprobar los PGE
La incertidumbre sobre quién o quiénes van a ser realmente los ‘dueños’ de la compañía y a ocupar nuevos puestos en el consejo no es buena, se une al hecho de que se queda como segunda operadora en número de clientes del país, tras la autorización por parte de Bruselas de la fusión entre Orange y MásMóvil, que formarán una sola empresa y tendrán mayor músculo en el mercado español.
Menos mal que las políticas que sí parecen empezar a virar son las comunitarias respecto a las regulaciones de Competencia, que ya se han dado cuenta que la excesiva fragmentación del mercado de las telecos impide que generen músculo para invertir en la expansión de nuevas redes y tecnologías de la comunicación, y dejan a Europa atrás.
LA SEPI ‘PASA’ DE CORRER POR TELEFÓNICA
En relación al proceder de SEPI, fuentes que han participado en anteriores Ejecutivos -socialistas- consultadas por MERCA2 reconocen e insisten en la nula capacidad comunicativa de una institución pública como es la SEPI, su falta de celeridad y transparencia sobre procesos en marcha en actuaciones. En este sentido, en el caso de Telefónica, no están dando explicaciones.
El Gobierno de España, que inicialmente parecía tener prisa por entrar en accionariado de la tecnológica española, no comunica nada al respecto sobre la operación y si se está llevando a cabo. Según indicó en su momento, la SEPI iba a contratar un intermediario o asesor financiero «como era habitual en este tipo de operaciones» para realizar la compra de acciones. También aseguró que «la adquisición se realizarán minimizando el impacto que pueda tener en la cotización de la empresa y en el menor tiempo posible», pero ni una cosa ni la otra se está cumpliendo todavía.
reconocen e insisten en la nula capacidad comunicativa de una institución pública como es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), y la falta de celeridad y transparencia sobre su actuaciones
Si la intención de convertir al Estado en el accionista mayoritario de la compañía era que «la presencia de un accionista público en Telefónica supondrá un refuerzo para su estabilidad accionarial y, en consecuencia, para preservar las capacidades estratégicas y de esencial importancia para los intereses nacionales«, cuanto menos van lentos. Por ahora el núcleo duro español en la empresa lo siguen formando Caixabank, Criteria y BBVA.
Es el Estado el que el que debe proveer los 2.100 millones de euros que cuesta la adquisición del 10% de Telefónica. Dinero hay, pero todavía no debe estar en las cuentas de la SEPI. Y aunque esté el dinero listo para irse de compras, los intermediarios que forman parte de la terna para ser elegidos como encargados de realizar la operación en los mercados, están a la espera de una llamada que les indique que deben empezar a trabajar.
Según dijo a ‘Cinco Días’, un banquero de inversión que participa en este tipo de colocaciones, «la SEPI trabaja con una decena de bancos, que le envían informes sectoriales y de coyuntura, y a los que recurre después para este tipo de operaciones. Este diario señala que «una vez que la SEPI nombre al asesor de la operación, definirán conjuntamente cuál es la mejor fórmula de ejecutarla.
Una de las primeras decisiones que deberán tomar es quién será la entidad encargada de comprar las acciones en nombre de la SEPI. Una vez que se «nombre al asesor de la operación, definirán conjuntamente cuál es la mejor fórmula de ejecutarla. Pero el organismo que preside Belén Gualda no hace comentarios al respecto, y mantiene un mutismo extremo.
Se barajan nombres de grandes intermediarios como Citi, JP Morgan y Goldman Sachs, pero ninguno ha recibido encargo alguno. Según fuentes de Goldman consultadas por MERCA2, están soportando la constante presión que suponen formar parte de los rumores de ser los elegidos, pero no hay nada de cierto en ello. «Solo sabemos que estamos en las quinielas, pero nada más». Igual ocurre con los otros bancos internacionales.
los bancos Ni siquiera saben si al tratarse de un proceso público va a tener que enfrentarse o no a algún tipo de concurrencia o licitación, aunque si esto fuera así, todavía se retrasaría mucho más el proceso
La SEPI es una sociedad independiente (formada por numerosos miembros de los diferentes ministerios, principalmente cargos de segunda o tercera línea), que puede ordenar a uno de los intermediarios que se ponga a trabajar en la compra de acciones para proveer de ese 10% ordenado desde el pasado 19 de diciembre por el Ejecutivo.
El párrafo de la comunicación ofrecida aquél día por la SEPI que indicaba que se ponía manos a la obra «con una vocación de permanencia, la participación de SEPI permitirá proporcionar a Telefónica una mayor estabilidad accionarial para que la compañía alcance sus objetivos y, por ende, contribuirá a la salvaguarda de sus capacidades estratégicas», por el momento no se está cumpliendo.
Preguntada la entidad por MERCA2, no hacen comentario alguno sobre si hay o no plazos establecidos y cuáles van a ser sus siguientes pasos a partir de ahora. Con una absoluta falta de transparencia, no han querido contestar. Es más, ni siquiera aclaran qué legislación o normativa se aplica en estos casos. Es como si en vez de una entidad pública, fuera privada y opaca.
Tampoco parece tener prisa por hacerse con el control del 5% de acciones que no ha ejecutado el fondo soberano Saudí Telecom (STC), que ya cuenta con el 4,9 de las acciones de Telefónica. Esperan con paciencia a ver qué pasa con la orden del Gobierno de España, pero no dejan de ser un factor más de variante de futuro que no ayuda a acabar con la falta de certezas sobre la mayor Teleco española.
TELEFÓNICA COSECHA ÉXITOS EN ALEMANIA Y BRASIL
En opinión de analistas como los expertos de Bankinter, ni siquiera la confirmación de la fusión entre Orange y MásMóvil va a tener un gran impacto sobre la gran Telefónica, salvo que «el acuerdo alcanzado con Digi permite una clarificación del panorama competitivo en España, aunque puede reducir los ingresos mayoristas de Telefónica».
en opinión de analistas como los de Bankinter, ni siquiera la confirmación de la fusión entre Orange y MásMóvil va a tener un gran impacto sobre la gran Telefónica
Desde Bankinter creen que el riesgo de que la operadora rumana opte por utilizar las redes de Orange a las que puede tener acceso «ya está descontado en el precio de Telefónica y elimina otros escenarios más destructivos para Telefónica como la venta de más espectro radioeléctrico a Digi, que hubiera fortalecido su red propia y por tanto su competitividad para ahorrar costes mayoristas y ofrecer precios más bajos». Lo que sí entienden como previsible es que Digi intente negociar una mejora del actual contrato con Movistar (actualmente 350 millones de euros/año), que acaba en el tercer trimestre de 2026.
No obstante, aunque presenta estos últimos días una ligera subida de su valor bursátil, no termina de pasar el nivel del 3,70 euros por acción, aunque consigue perforar la resistencia de los 3,638 euros. Telefónica ha obtenido fuertes crecimientos en Alemania y Brasil en 2023.