El mes de enero ha marcado un hito preocupante según la AEMET, siendo el más cálido registrado hasta la fecha. Sin embargo, a mediados de febrero, finalmente se percibe la llegada del invierno. Este drástico cambio en el clima es un claro ejemplo de la volatilidad ambiental que enfrentamos. La oscilación extrema nos recuerda la urgencia de abordar el cambio climático y sus consecuencias. Adaptarse a estas variaciones se vuelve cada vez más crucial. La conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y la acción climática se ve resaltada por estos eventos meteorológicos extremos. Un claro ejemplo de ello es que esta semana los termómetros se van a volver locos en nuestro país. Te lo contamos todo a lo largo de este artículo.
1El cambio climático es una evidencia
El cambio climático es una realidad innegable respaldada por un vasto cuerpo de evidencia científica. Los datos muestran un aumento constante de las temperaturas globales, el derretimiento de los casquetes polares, el aumento del nivel del mar y la frecuencia de eventos climáticos extremos. La actividad humana, especialmente la quema de combustibles fósiles y la deforestación, ha acelerado este fenómeno. Los científicos advierten que si no tomamos medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar sus impactos, enfrentaremos consecuencias catastróficas para el planeta y para las generaciones futuras. La acción colectiva es imperativa para abordar esta crisis climática.