El comercio exterior español crece por noveno año consecutivo. En 2018, las exportaciones españolas de bienes agroalimentarios han alcanzado una cifra de ventas de 49.502 millones de euros, lo que representa el 16,9% del total de las exportaciones de la economía española, según el segundo número del ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo. Informe 2018’ desarrollado por Cajamar.
Datos que sitúan a España como la cuarta economía exportadora de productos agroalimentarios de la UE-28, aportando el 9,4 % del total, y la sexta economía importadora al concentrar el 7,1 % de las importaciones agroalimentarias de la Unión Europea. El principal mercado de las exportaciones agroalimentarias españolas es la UE-28 a la que se destina el 73,9% del total exportado. Estados Unidos (3,8%) y el mercado asiático (5,1%) son los principales destinos no comunitarios.
Por su parte, las importaciones de productos agroalimentarios alcanzan los 37.384 millones de euros y suponen el 11,4% del total de bienes importados a nivel nacional. En consecuencia, el sector arroja un superávit comercial de 12.118 millones de euros. Las frutas y los frutos comestibles son los principales productos agroalimentarios exportados por nuestro país y suponen el 17,7% del total sectorial en 2018.
“Nos hemos beneficiado del mercado único europeo, pero tenemos que ser más competitivos en los mercados internacionales”, señaló Fernando Miranda, secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación durante la presentación en la que estuvieron presentes el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde; el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València y director adjunto del Ivie, Joaquín Maudos; y el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente.
Durante la presentación, Maudos recordó que “el sector agroalimentario español prosigue su crecimiento por cuarto año consecutivo en la generación de valor añadido”. En 2018 supuso el 9,2% del total de la economía española, ascendiendo el VAB del sector agroalimentario ampliado a 100.742 millones de euros, incluyendo toda la cadena: sector primario, transformación y comercialización, lo que supone medio punto más que el año anterior.
El informe también refleja que los alimentos y bebidas tienen mayor importancia en la cesta de la compra española que en la europea, ya que suponen el 19,1% de la cesta de la compra de los españoles, un porcentaje superior al de los consumidores europeos (17%). Además, en nuestro país adquirir alimentos y bebidas no alcohólicas es un 4,3% más barato que en la media de la UE-28 y un 3,7% más económico en el caso de los alimentos.
La posición relativa de España mejora al considerar las bebidas, ya que los consumidores españoles pueden comprar bebidas no alcohólicas y alcohólicas un 9,5% y un 17,4% más baratas que los consumidores europeos, respectivamente.
UN RETO: LA INNOVACIÓN
La inversión en I+D realizada por el sector agroalimentario ha aumentado un 14,1% en 2016 –último año para el que se dispone de información–, pero a pesar del incremento aún no ha recuperado el nivel registrado en 2008. Además, el peso de la inversión del sector agroalimentario, que representa el 3,9% del total del gasto destinado a la I+D en España, dista de su peso en la generación de valor, según se desprende del informe.
El esfuerzo inversor (I+D/VAB) del sector agroalimentario en España crece un 8% en 2016, superando el 4,6 % de la Unión. Aun así, su valor (0,5%) es un 28 % más bajo del valor registrado a nivel comunitario (0,7%). En el ranking europeo de esfuerzo innovador nuestro país se sitúa por debajo de la media de la UE-28, con un valor cinco veces inferior al de los Países Bajos, país con el mayor esfuerzo inversor del sector agroalimentario (2,2%) de la UE-28.
Junto a esta inversión en innovación, el presidente de Cajamar recordó las cuatro líneas estratégicas más importantes del sector: la profesionalización, la internacionalización y la dimensión que han alcanzado algunas empresas.