Desde que se subió a la ola de la IA, Microsoft no ha dejado de generar buenas noticias para la compañía. El gigante tecnológico ha anunciado en las últimas horas que va a ofrecer una suscripción de IA al consumidor por un valor de 20 dólares (18,39 euros) para impulsar el negocio, y en las últimas semanas hizo pública la ampliación del programa y el acceso de IA Microsoft Copilot a estudiantes de Bachillerato y Educación Superior a partir de febrero de este año. Sabe que el conjunto de la población mundial utiliza su software por defecto, y se puede permitir ‘regalar’ su la IA Generativa, su último éxito éxito.
Nada más comenzar este 2024, la compañía anunció la introducción de un botón en el teclado de los PC de Windows para activar su servicio AI Copilot, que aglutina su propuesta de servicios de IA, e incorpora GPT-4 Turbo y una versión actualizada de DALL·E 3, con las que obtener más y mejores beneficios en el uso de la Inteligencia Artificial generativa. Apenas unos días después, Microsoft superó a Apple como empresa más valiosa del mundo. Su apuesta por invertir en OpenAI, creadora del éxito de la década, ChatGPT, le ha hecho aún más grande y poderosa, y está que ‘parece’ que lo regala.
Dado que el número de licencias demandadas por cada institución y que sus necesidades particulares varían de forma notable, no es posible dar un precio estándar, o conocer la cifra de negocio
La compañía extenderá en febrero Microsoft Copilot (el anteriormente conocido como Bing Chat Enterprise) para estudiantes de educación superior, con la misma protección de datos que usa en sus versiones empresariales, y la disponibilidad de Copilot para Microsoft 365 para todos los profesionales educativos de educación preuniversitaria y de educación superior.
Microsoft Copilot estará disponible durante febrero para estudiantes de educación superior y personal de las instituciones sin coste adicional para todas las licencias de educación (Office 365 Education y Microsoft 365, ambas en todas sus modalidades). Los estudiantes tendrán acceso a herramientas de IA como GPT4-Turbo, DALL·E 3, Multi-Modal con Search Grounding o Code Interpreter.
La intención del gigante de Redmond es enganchar al uso de sus herramientas a los mayores de 18 años y por ello extiende también la cobertura del profesorado y personal educativo a todas las licencias académicas de Microsoft 365 y Office 365 sin coste adicional sobre la licencia que cada institución universitaria abona. Quiere con ello potenciar la creatividad y eficiencia de los profesores y alumnos, mejorar la eficiencia y prepararles para un futuro profesional apoyado en la IA.
Preguntada por la dimensión real de este negocio, Microsoft no ha sabido dar a MERCA2 la cifra de ingresos que este tipo de gestos con las instituciones educativas suponen para la compañía a nivel mundial, y mucho menos a nivel europeo o español. «Dado que el número de licencias demandadas por cada institución y sus necesidades particulares varían de forma notable, no es posible dar un precio estándar. De hecho, lo habitual es que la institución educativa contrate Microsoft 365 u Office 365 para su personal, tanto docente como administrativo, mientras que las licencias de las que pueden disfrutar los alumnos no tienen un coste adicional«, nos explican desde la empresa.
Microsoft hace la diferenciación entre Microsoft 365 y Office 365 para educación porque son productos diferentes. «El paquete Office de toda la vida» ha evolucionado mucho en los últimos años. De hecho, en entorno empresarial la suite se denomina desde hace tiempo Microsoft 365″.
Si nos centramos en el entorno educativo, esto es un resumen brevísimo de qué les diferencia: por un lado está Office 365 Education, que incluye Word, Excel, PowerPoint, OneNote y Teams como herramientas principales. Por otro, Microsoft 365 Education, que emplea como base las aplicaciones de Office 365 descritas anteriormente, pero este paquete de productividad en la nube proporciona herramientas mejoradas de gestión, seguridad y cumplimiento normativo.
A MICROSOFT NO LE ‘DUELE’ EL PIRATEO
Desde que la fundara Bill Gates en 1975 y sobre todo desde que sacó al mercado el programa Windows 95, del que vendió siete millones de copias y se coló en el 80% de los ordenadores personales del mundo, Microsoft ha crecido hasta convertirse en la multinacional que prácticamente monopoliza el software de los PC y portátiles de todas las marcas, menos Apple, en el mundo entero.
Esa monopolización, junto a estas ofertas comerciales que parecen pura filantropía, la compañía contabilizó en 2022 la cantidad de 1.400 millones de usuarios activos mensuales a nivel mundial. Según anunció la multinacional el pasado mes de mayo, su sistema operativo brindaba «un rendimiento excelente para más de mil millones de usuarios en todo el mundo», aunque su cuota de mercado en PC era entonces del 62,65%, la más baja que ha tenido desde que se publican mediciones.
Según las últimas cifras conocidas, la compañía ha llegado a tener un valor de 2,903 billones de dólares este mes de enero. A sus sobredimensionadas cifras de negocio también ha contribuido a lo largo de los años el éxito del sistema Office. El valor de esa integración tiene su transposición en euros.
En España, al pagar cualquier marca de ordenador de mesa o portátil con Windows 11 integrado, se pagan los 144,90 euros que cuesta el programa. Si se quiere contar con el paquete Office 365 (para empresas y profesionales autónomos), deben abonarse 69,90 euros más, y pagar dicha cantidad por la licencia cada año. El paquete Office para el hogar y los estudiantes cuesta un solo pago de 149 euros.
Microsoft sabe que se piratea su software, pero gracias a la legislación en materia de propiedad intelectual, ese trapicheo ya no le preocupa tanto, ni le produce tanto roto.
Hoy por hoy, la inmensa mayoría de la población mundial termina instalándose un paquete de aplicaciones que tiene su contrapartida gratuita, Open Officce, de código abierto, pero no es popularmente conocida ni utilizada de manera mayoritaria. Sin embargo se sigue «pirateando» el Office de Microsoft porque es al que más acostumbrados están los usuarios. Lo conocen, les gusta y es cómodo. Microsoft sabe que se piratea su software, pero gracias a la legislación en materia de propiedad intelectual, ese trapicheo ya no le preocupa tanto, ni le produce tanto roto.
Además, desde hace unos 10 años atrás, el aumento de los ciberriesgos ha frenado el pirateo de un software que si es legal te ofrece amplísimas garantías que evitan grandes disgustos con el sistema operativo, y con los datos privados o bancarios que los ciberdelincuentes pueden robar a los usuarios tanto domésticos como profesionales y empresas. No está el horno de la ciberseguridad para arriesgarse con el pirateo de un sistema imprescindible.
Ya en 2011 un estudio de Keystone Strategy destapaba que el uso de software pirata ahorraba 2.900 millones de dólares a las empresas en todo el mundo, y Microsoft contestaba que eso era una «ventaja competitiva injusta». Claro que, hay que tener en cuenta, que en esto de software a Microsoft se le ha acusado de ejercer prácticas monopolistas. Este monopolio es el que ha conseguido que los datos del dinero que pierde Microsoft por el pirateo sean ahora irrelevantes.
Además, la piratería de software tiene su contrapartida legal a través de la Ley de Propiedad intelectual y del Código Penal en España y tiene importantes consecuencias penales para los administradores, responsables y directivos (con hasta cuatro años de cárcel) de las empresas que utilicen software ilegal sin licencia, porque afecta a los titulares de los derechos de propiedad industrial e intelectual, siempre que con su uso ilegal obtengan un beneficio económico directo o indirecto. Las empresas se enfrentan a multas que pueden ascender a los 280.000 euros, suspensión de actividades, la disolución de la personalidad jurídica la clausura de locales o establecimientos y la inhabilitación para obtener subvenciones.
el Código Penal en España recoge importantes consecuencias penales para los administradores, responsables y directivos (con hasta cuatro años de cárcel) de las empresas que utilicen software ilegal sin licencia
La reforma del Código Penal que cambió el uso de software pirata en España entró en vigor el 1 de julio de 2015, se muestra bastante tajante. El artículo 270.1 establece penas de prisión de 6 meses a 4 años y multa de 12 a 24 meses para quien, con ánimo de obtener un beneficio económico directo o indirecto y en perjuicio de tercero, «reproduzca, plagie, distribuya, comunique públicamente o de cualquier otro modo explote económicamente, una obra o prestación literaria, artística o científica (…) en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios».
Con esta protección legal, y su enorme volumen de negocio, bien se puede permitir el regalo de las extensiones de las licencias educativas a los alumnos universitarios. Y quizá algún otro detalle como no cobrar 20 dólares por cada Copilot.