Algunos inhaladores respiratorios de AstraZeneca, Boehringer Ingelheim, GSK y Teva son algunos de los laboratorios que están bajo el punto de mira de un grupo de senadores americanos. La investigación en ciernes se centra en una serie de inhaladores para el asma que fabrican las cuatro compañías farmacéuticas. La acusación se sustenta en el hecho de que las farmacéuticas podrían haber mantenido los costes artificialmente altos y, por ende, haber reducido la competencia.
Detrás de esta iniciativa se encuentra el senador independiente que preside el comité de investigación, Bernie Sanders, y varios senadores demócratas entre los que se encuentran Edward Markeym Tammy Baldwin y Ben Ray Lujan. Se trata de políticos que pertenecen al comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones.
PRÁCTICAS ILÍCITAS
El senador Sanders ha asegurado que la investigación se está realizando para constatar si los citados laboratorios farmacéuticos están llevando a cabo prácticas ilícitas. «Estoy llevando a cabo una investigación sobre las operaciones de estas empresas para aumentar sus ganancias, inflando y manipulando artificialmente el precio de los inhaladores respiratorios que han estado en el mercado durante décadas», comentó Sanders.
Según la investigación de Sanders estas son la cantidades que cada laboratorio está cobrando por sus distintos inhaladores respiratorios. Así, GSK está cobrando 319 dólares (219 euros) por su producto Advair HFA en Estados Unidos, en comparación con los 26 dólares (23 euros) en el Reino Unido.
Teva por ejemplo cobra 286 dólares (261 euros) por su QVAR RediHaler en Estados Unidos frente a los 9 dólares (8 euros en Alemania). Por otro lado, Boehringer Ingelheim fijó el precio de Combivent Respimat en 489 dólares (446 euros) en Estados Unidos y 7 dólares (6 euros) en Francia.
El senador Bernie Sanders, ha asegurado que han enviado cartas a los directores ejecutivos de AstraZeneca, Boehringer Ingelheim, GSK y Teva sobre sus precios y otras prácticas comerciales y han solicitado la información antes del 22 de enero.
Por ejemplo, en el comunicado que se envió al director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, los senadores dijeron que la compañía vende sus dispositivos por hasta 640 dólares (584 euros) al mes en Estados Unidos, hasta 10 veces más de lo que cobra en otros países.
Según declaraciones de GSK a CNN, la compañía está dispuesta a trabajar con el comité para solventar las dudas que tiene al respecto. «GSK ha sido un líder durante décadas en llevar innovación a la medicina respiratoria respaldada por un sistema de patentes justo y sólido. Seguimos comprometidos para que nuestros productos sean ampliamente accesibles para los pacientes que los necesitan». Las otras tres compañía han hecho de momento declaraciones, según informa ‘News.es’.
Otra de las acusaciones que han vertido estos senadores es que las empresas mencionadas han extendido de forma inapropiada el monopolio sobre los inhaladores de asma. De este modo, han obtenido patentes adicionales cerca del final de su período de exclusividad en el mercado. Además, aseguran que podían haber obligado a cambiar a los pacientes a versiones más nuevas de inhaladores con una protección de patente más prolongada de los reglamentario y establecer acuerdos con fabricantes de genéricos para mantenerse fuera de la competencia.
INHALADORES RESPIRATORIOS
Inhaladores para el asma como QVAR RediHale se usan regularmente para prevenir problemas respiratorios entre los que se encuentran ataques de sibilancias y de falta de aliento. No produce un efecto inmediato y no debe usarse para aliviar ataques repentinos de asma. Si ocurre un ataque de asma use su inhalador de alivio rápido según las indicaciones.
Combivent Respimat se usa para tratar y prevenir los síntomas (sibilancias y la falta de aliento) causados por enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC, entre las que se encuentran la bronquitis crónica y el enfisema. Este producto contiene dos medicamentos: ipratropio y albuterol. Ambos medicamentos relajan los músculos que rodean las vías respiratorias, dilatándolas y facilitando la respiración.
El uso de inhaladores respiratorios ha estado en el punto de mira por diversos motivos, uno de ellos es su coste económico y el otro es su coste medioambiental.
El uso de inhaladores respiratorios ha estado en el punto de mira por diversos motivos, uno de ellos es su coste económico y el otro es su coste medioambiental. Dentro de nuestras fronteras esto ha reflejado en distintos informes, como es el caso del estudio ‘Economic and environmental impact of the non-clinical change of inhaler devices for COPD and asthma in Spain’ (Impacto económico y ambiental del cambio de inhaladores en EPOC y asma por motivos no clínicos’), elaborado junto al doctor Oriol Solà-Morales, Presidente y CEO de la Fundación HITT (Health Innovation Technology Transfer), junto a Chiesi España.
Según este informe, el coste directo total de la atención primaria y hospitalaria en España es de alrededor de 2.406 millones de euros para la EPOC y de 1.318 millones de euros para el asma. Si partimos del hecho de que cerca del 9% de las exacerbaciones y sus consecuencias se deben a cambios de inhalador por motivos no clínicos, el coste anual estimado es de 216 millones de euros para la EPOC y 118 millones de euros para el asma.
En cuanto a la huella de carbono, el impacto anual de estas exacerbaciones es de 20.451 CO2TEq para la EPOC y de 19.190 CO2TEq para el asma. Además, añade que formar a los pacientes en el cambio de dispositivo costaría unos 36 millones de euros y generaría una reducción adicional de 2.618 CO2TEq en la tasa de emisiones de carbono.