La cotización del petróleo se ha llevado un buen susto esta semana tras el bloqueo geopolítico de las rutas comerciales del mar Rojo, y aunque este jueves se ha bajado (por muy poco) del umbral psicológico de los 80 euros, los mercados siguen en alerta roja. Eso sí, por estas latitudes el precio de la gasolina no se ha resentido, tocando un nuevo fondo tras el duodécimo descenso consecutivo.
El coste del barril de crudo acusó el embudo logístico, encareciéndose el pasado lunes más de un 3%. El rebote se mantuvo durante las dos jornadas siguientes, acumulando un alza del 7% que el miércoles llevó al barril Brent (de referencia en Europa) a regresar a los 80 dólares por primera vez desde principios de mes. Hoy, el Brent ha perdido algo de fuerza, ubicándose en los 79,17 dólares por barril.
LAS PETROLERAS CLAMAN POR SEGURIDAD Y EEUU REACCIONA
Esta nimia bajada en modo alguno tranquiliza los ánimos del sector del petróleo, que se enfrenta a un peliagudo problema logístico en una de las arterias marítimas más importantes del comercio global. El mar Rojo, que ya era una ruta comercial vital para el petróleo, ha ganado aún más relevancia en los últimos meses, ya que proporciona una salida hacia Asia a los barriles procedentes de Rusia, después de que los compradores europeos los rechazaran en represalia por la invasión a Ucrania.
Sin embargo, algunas de las compañías petroleras más importantes han tenido que interrumpir el tránsito en las rutas que atraviesan este mar, debido a los continuos ataques de grupos de militantes hutíes procedentes de Yemen.
Estos combatientes han estado hostigando a los buques cargueros y mercantes vinculados, según ellos, al Estado de Israel, en represalia a las acciones bélicas llevadas a cabo por éste en la franja de Gaza. La primera firma en tomar medidas fue la danesa Maersk, que el pasado viernes ordenó a todos sus navíos en el área «que detengan su viaje hasta nuevo aviso». Al gigante transportista nórdico le siguieron la alemana Hapag-Lloyd, la Italiana MSC, la británica BP (la antigua British Petroleum) y las taiwanesas Yang Ming y Evergreen.
Esta situación ha cercenado el entramado de abastecimiento global, poniendo en jaque la economía mientras la violencia en Ucrania y Oriente medio se recrudece. La respuesta internacional no se ha hecho esperar: Estados Unidos ha ensamblado una alianza internacional de 20 países -entre los que, finalmente, estará España- para poner en pie la operación ‘Guardián de la Prosperidad’, cuyo objetivo es pacificar el Mar Rojo y normalizar el tránsito comercial en la zona.
LA GASOLINA NO SIGUE AL PETRÓLEO (AÚN)
A pesar de que el 12% del petróleo de todo el mundo pasa por el mar Rojo, el bloqueo de la zona no se ha dejado sentir en el mercado europeo de carburantes. Según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), el precio medio de la gasolina ha tocado esta semana un nuevo mínimo anual tras sumar la duodécima bajada consecutiva, acumulando un abaratamiento de casi el 13% desde finales de septiembre.
En concreto, el precio medio del litro de gasolina ha descendido un 1,35% esta semana con respecto a la pasada, para situarse en los 1,536 euros. Por su parte, el gasóleo ha encadenado su undécima semana consecutiva de descensos, con una bajada del 1,64% respecto a la semana anterior, hasta los 1,501 euros el precio medio del litro. Así, el litro de diésel suma un descenso del 11% en su precio desde principios de octubre y cae a unos niveles que no se veían desde finales de julio.
Con esta espiral bajista, el precio del litro de gasolina se mantiene por debajo de los niveles en los que se situaba antes del estallido de la invasión rusa de Ucrania -1,592 euros por litro-, que comenzó el 24 de febrero de 2022. En el caso del gasóleo, se mantiene todavía por encima del precio de entonces -1,479 euros por litro-. Además, estas caídas continúan alejando aún más a ambos carburantes de los máximos que registraron el verano de 2022, en julio, cuando la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 euros.
UN MERCADO AZOTADO POR LOS VAIVENES GEOPOLÍTICOS
La nueva sacudida que los hutíes han propinado al tablero internacional ha hecho rebullir el mercado del petróleo, cuyos precios se encontraban en un estado letárgico a pesar de los manejos de los países productores. Los recortes en la producción por parte de la OPEP+ han sido compensados por el fuerte desarrollo de las fuentes de energía alternativas y por la intensificación de la actividad extractiva de los estados ajenos a la organización, principalmente EEUU.
Si bien la creciente tensión en el mar Rojo no ha cambiado de forma dramática las perspectivas del petróleo, no se puede descartar una escalada del conflicto, que además está vinculado a otro ‘punto caliente’ del mapa: la franja de Gaza. Todos estos factores podrían confluir en una tormenta perfecta «que podría tener consecuencias significativas». Así opina Daniel Hynes, estratega sénior de productos básicos del banco australiano ANZ Group, quien en declaraciones a Bloomberg advierte que tal situación «es un alto riesgo que el mercado debe tener en cuenta».
El experto, no obstante, descarta que la reciente elevación del precio del crudo sea el resultado de un genuino pánico por un eventual desabastecimiento, interpretándolo más bien como un «reajuste del balance de riesgos del mercado a corto plazo».
