El negocio renovable que ACS ha puesto sobre la mesa está despertando el interés de los grandes inversores mundiales del capital riesgo. Desde Brookfield hasta KKR están en conversaciones con ACS para hacerse con una parte del pastel. Sin embargo, fuentes cercanas a la negociación indican que “GIP Partners es quien más está pujando”.
Global Infraestructures Partners (GIP) ya mantuvo una relación con el grupo presidido por Florentino Pérez (Saeta Yield y Bow Power) y parece estar dispuesta a repetir la historia y hacerse con el 49% de la nueva sociedad que engloba a los activos fotovoltaicos del grupo ACS bajo el nombre de Zero-E. GIP Partners, a principios de 2018, ya compró el negocio de renovables de NRG Energy por 1.100 millones de euros. Una cantidad similar es la que parece estar dispuesta a pagar por el citado porcentaje.
El precio ofertado por el fondo estadounidense podría situarse en el entorno de los 1.100 millones de euros
Que se venda una parte de la firma a un fondo antes de la salida a bolsa, como ACS tiene previsto hacer, ¿disparará su precio de salida? “La entrada de un fondo en el accionariado no creemos que sea un síntoma claro de que la operación vaya a resultar un éxito como vimos en el caso de Saeta Yield, que en los primeros meses de cotizar llegó a bajar hasta un 27%”, señala Felipe López-Gálvez.
El analista de Self Bank no descarta que ACS utilice el mismo canje que realizó en 2015 con Saeta Yield en el que vendió un 24% al fondo GIP Partners justo antes de saltar al parqué ante el gran interés que ha despertado entre los inversores privados. “Consideramos que en este caso decidirá mantener más del 50% de la filial”, matiza.
ACS QUIERE APROVECHAR EL TIRÓN
ACS y la relación con GIP Partners viene de 2015. Por aquel entonces, el fondo norteamericano gestionaba más de 20.000 millones de euros en activos y tomó una participación del 49% de una nueva sociedad: Bow Power. Tanto ACS como GIP acabaron vendiendo Saeta Yield a Brookfield en 2017 y, en 2019, ACS acabó haciéndose con el 100% del capital de Bow Power tras comprar el 49% de GIP por unos 85 millones de euros.
“Las circunstancias han cambiado respecto a cuando ACS decidió sacar a bolsa a Saeta Yield. Ahora el apetito del mercado por los activos renovables es mucho mayor, lo que se podría ver reflejado en una valoración más positiva de la filial de ACS”, manifiesta Felipe López-Gálvez.
Por tanto, y en el caso de que ACS decidiera sacar a bolsa Zero-E (la intención es que así sea después del verano), habría que ver cuál es la valoración resultante del rango de precios elegido. “Podría ser algo más elevado de lo que espera el mercado”, indica el analista de Self Bank. Las primeras estimaciones apuntan a que la filial de ACS podría quedar valorada entre 1.600 y 2.000 millones. “Habrá que estar atento a cuál es la demanda que realmente genera en el mercado, del que se tiene buenas expectativas tras el salto a bolsa de Neoenergia, en la cual la demanda superó nueve veces la oferta”, sostiene Felipe López-Gálvez.
Está claro que ACS quiere sacar partido a esta pequeña burbuja que viven las renovables en la actualidad, dándole oportunidad a su filial de crecer en solitario. “El mercado tiene claro que el futuro de la energía pasa por las renovables, pero eso no significa que los altos múltiplos que está pagando el mercado por los activos renovables estén justificados, de manera que podrían bajar en el futuro”, pronostica el analista de Self Bank.
El modelo de negocio de Zero-E sería el de una YieldCo, una estructura corporativa destinada al pago de dividendos fundamentados en una generación de caja predecible y en los activos de la compañía. Una idea similar a la de una socimi inmobiliaria. Por eso, ACS comunicó que pretendería atraer a los inversores con un pay-out alto, de cómo mínimo el 80%. En todo caso, la compañía a los mandos de Florentino Pérez mantendría el control de la misma.