La mayoría de las personas sufrimos una escasez de tiempo durante el día debido al ritmo acelerado de nuestras actividades diarias. Este frenesí nos impide abordar las tareas menos urgentes, que vamos postergando hasta encontrar un breve momento de tranquilidad, generalmente justo antes de ir a dormir. En esos momentos, ya sea en el sofá o en la cama, realizamos compras en tiendas virtuales sin prestar atención a los precios, nuestras necesidades reales o si realmente nos conviene adquirir esos productos. La Sociedad Española de Neurología advierte que esta automatización en nuestras transacciones puede tener repercusiones no solo para nuestro bolsillo.
1COMPRAS Y AUTOCONTROL
La Clínica Universidad de Navarra (CUN) caracteriza el autocontrol como el proceso de regulación de la propia conducta, que incluye la manipulación de situaciones y la disposición de consecuencias y contingencias alternativas para alcanzar metas a largo plazo. En síntesis, tener autocontrol implica evaluar nuestras decisiones y comportamientos para lograr objetivos, teniendo en cuenta el entorno y las consecuencias posibles derivadas de nuestras acciones.
El autocontrol abarca decisiones cotidianas triviales, como elegir entre ver televisión o leer un libro, hasta asuntos más serios, como la capacidad de evitar causar daño a otras personas. Las compras también implican la necesidad de regular nuestra conducta, ya que la falta de control de impulsos en este contexto puede tener consecuencias perjudiciales para nuestra economía al tomar decisiones precipitadas. Pero, ¿qué tiene qué ver el autocontrol con hacer compras específicamente por la noche? Ahora vamos a ver la relación.
