El viernes se confirmó algo que llevaba tiempo sonando por los mentideros políticos y económicos. Esa realidad a gritos no era otra que la marcha al Banco Europeo de Inversión (BEI) de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. Una marcha difícil de cubrir dentro del ejecutivo que dirige Pedro Sánchez. Cabe recordar que Calviño es una de sus personas de confianza dentro del Gobierno y su salida deja algunas cuentas pendientes que Sánchez tendrá que cerrar.
Entre las diversas cuentas pendientes que deja la todavía titular de Asuntos Económicos hay que señalar que se encuentra el incremento del umbral de renta para solicitar acogerse a las medidas de ayuda para hogares y familias con problema para pagar las cuotas de las hipotecas y la puesta en marcha de la Autoridad para la Defensa del Cliente Financiero. Dos temas que deberá solucionar el sustituto de Calviño.
Una marcha que deja en el aire si el aumento del umbral de renta para solicitar el Código de Buenas Prácticas lo aprobará el Gobierno en las próximas semanas o los postergará hasta finales de enero de 2024. Teniendo en cuenta que existe la incógnita que el propio sector financiero este a favor de dicha medida o se oponga a la misma, una situación no muy clara que está por desvelar.
De todas formas antes de tomar cualquier decisión y legislar por su propia voluntad, el Gobierno de Sánchez, se reunirá el próximo lunes 18 de diciembre con las diversas asociaciones de consumidores y con las patronales bancarias para romper vetos y conseguir un acuerdo común que deje satisfecho a todas las partes. Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que desde el propio ejecutivo se intenta que la imagen del sector bancario no quede más mermada aún y que la propia banca se sume a los ‘enemigos’ y sectores enfadados con Sánchez en la recién iniciada legislatura.
Queda claro que con este tipo de medidas, más allá, del respiro a personas y familias en apuros, el Gobierno quiere que la sociedad perciba que el Ejecutivo se preocupa por las personas en problemas. Un punto más de la competencia entre la parte socialista del Gobierno, a la que pertenece Calviño, y la parte de Sumar, la formación de Yolanda Díaz, dos facciones del gobierno que han tenido diferentes fricciones y en las que Calviño jugaba un papel clave al ser el contrapeso y el ariete contra las políticas económicas «menos reales» propuestas por Díaz y el ala más a la izquierda del gobierno de coalición.
Por otro lado, se encuentra la Autoridad para la Defensa del Cliente Financiero uno de los legados que quiere dejar de su paso por el ejecutivo español la recién nombrada presidenta del BEI. Y es que elemento ideado por Calviño busca unificar en un único organismo la gestión de todas las reclamaciones y problemática del sector financiero, algo que hasta ahora realizaba el Banco de España, la Dirección General de Seguros y la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV), además este proyecto de organismo también se encargaría de vigilar y solucionar la problemática surgida sobre el fintech y los servicios de criptomonedas.
Ante estas situaciones tendrá que darse prisa Calviño para conseguir que dos medidas que llevan su sello lleguen al Consejo de Ministros antes de que termine el año. Calviño puede que salga del Gobierno, es muy probable, sin que estas medidas se aprueben.
CONTRAPESO A YOLANDA DÍAZ Y A LAS PROPUESTAS ECONÓMICAS MÁS RADICALES DE BILDU, BNG Y ERC
Como ya hemos relatado antes la actual ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno dejará vacante no solo sus cargos, sino también el puesto para frenar las arremetidas de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera del Gobierno y que tiene unas propuestas menos centristas en la temática económica que el PSOE.
La actual ministra de Economía era el freno natural de Yolanda Díaz, con la que ha tenido sonados enfrentamientos entre ambas por algunas de las propuestas de la izquierda más radical que según el círculo más cercano de Calviño «no suelen tener en cuenta la más mínima regla de gasto para hacer una política económica más real.
Calviño ha sido el muro de contención utilizado por Sánchez a la hora de contener el gasto e impedir en exceso las subidas de impuestos, unas medidas demandas muchas veces por Podemos y el resto de socios de izquierdas del Gobierno, un grupo que ahora encabeza Sumar. Sus mediadas en contra de estas peticiones siempre han contado con el visto bueno de Bruselas y han ayudado a Sánchez a poder seguir dentro de la presidencia del Gobierno. Con su marcha se abre una gran incógnita de quien será el contrapeso de Yolanda Díaz en el nuevo gobierno de coalición.