Merck se desplomó en bolsa a mediados de esta semana después de que no alcanzara el objetivo principal para su fármaco contra la esclerosis múltiple (EM) llamado evobrutinib. Los datos de los ensayos de la última fase, es decir, en fase III, no lograron superar a otro medicamento ya comercializado por la farmacéutica Sanofi llamado Aubagio (teriflunomida), en las tasas de recaída de esta enfermedad.
Esta información que ha comunicado la compañía alemana ha supuesto un duro revés a sus planes de crecimiento y ha implicado una caída de sus acciones en Bolsa. De hecho, su apuesta por evobrutinib tenía como pretensión ofrecer mejores resultados que el producto de Sanofi. E igualmente competía con otros fármacos para abordar la esclerosis múltiple en manos de otros laboratorios como Novartis y Roche.
MERCK Y ESCLEROSIS MÚLTIPLE
De hecho, según informa ‘Reuters’, Merck se veía por delante de las tres farmacéuticas en una carrera a cuatro bandas para desarrollar fármacos más específicos contra la esclerosis múltiple y que se conocen como Inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton (BTK).
Los inversores estaban a la expectativa, sobre todo, por los efectos secundarios relacionados con el daño hepático que pueden provocar este tipo de medicamentos. No obstante, las perspectivas que se habían establecido por parte de los analistas eran bastante altas, pues se esperaban picos de ventas que superaban los 2.000 millones de dólares de media.
Los inversores estaban a la expectativa por los efectos secundarios relacionados con el daño hepático
El miércoles 6 de diciembre, las acciones de Merck se desplomaban un 14% siendo el nivel más bajo alcanzado en cinco semanas. Los analistas de JP Morgan han asegurado que esta posibilidad era lo que se barajaba, ya que siempre ha habido una mayor preocupación por los efectos secundarios, y no tanto por la eficacia del citado fármaco. No obstante, en general se había asumido que los ensayos obtendrían los resultados planificados y que podría comercializarse en Europa.
Los analistas aseguraron que el éxito de evobrutinib era fundamental para las perspectivas financieras de Merck, ya que sus previsiones eran generar 25.000 millones de euros (27.000 millones de dólares) en ventas para 2025, frente a los 22.200 millones de 2022.
La consejera delegada, Belén Garijo, manifestó el pasado mes de octubre que el fármaco contra la esclerosis múltiple podría alcanzar unas ventas anuales superiores a los 1.000 millones de dólares, a pesar de que las autoridades estadounidenses ya habían suspendido en el mes de abril la inscripción de nuevos pacientes en un ensayo con evobrutinib. En ese momento, Merck, comentó que la FDA hacía mención a una lesión hepática provocada por el fármaco, pero los pacientes afectados no presentaban síntomas.
Merck anunció recientemente que los beneficios operativos de todo el año probablemente se situarían en la mitad inferior de su rango objetivo. Su justificación para esto datos se establece en la baja demanda de materiales especializados que se utilizan para fabricar medicamentos biotecnológicos y semiconductores.
INVESTIGACIÓN EN EM
En cuanto al resto de los laboratorios que se dedican a investigar en esclerosis múltiple con el compuesto BTK, los resultados han sido diversos. Por ejemplo, Genentech, filial de Roche, comunicó el mes pasado que la FDA había suspendido la inscripción de nuevos pacientes en un ensayo de su inhibidor de BTK contra la EM, fenebrutinib, alegando lesiones hepáticas asintomáticas mostradas en las lecturas de laboratorio.
Sanofi mostró problemas similares con tolebrutinib, otro producto que también está investigando para el abordaje de la EM. Por el contrario, Novartis ha demostrado signos de eficacia con remibrutinib en un modelo de esclerosis múltiple, de hecho en un estudio preclínico se sugiere que este inhibidor podría representar una nueva opción de tratamiento.
OTROS FRACASOS
Estos malos resultados se unen a otro fracaso experimentado hace un par de años por parte de Merck, en concreto, en 2021. En este periodo, la farmacéutica anunció su ruptura con GlaxoSmithKline (GSK) para desarrollar un tratamiento contra el cáncer con el nombre bintrafusp alfa. El fármaco no obtuvo tampoco los resultados esperados en los ensayos contra el cáncer de pulmón, y esto es lo que motivó la escisión. La decisión en este caso fue de acuerdo mutuo, de modo que GSK quedó exenta de realizar pagos por hitos. En un principio, se estimó que el tratamiento podría haber generado cerca de 3.7000 millones de euros después del acuerdo firmado en 2019.