Las relaciones de rebote, surgidas poco después de una ruptura, son posiblemente las más complejas. No siempre aquel que adopta la filosofía de «un clavo saca a otro clavo» lo hace con plena conciencia o la intención de causar daño.
Tras una ruptura, es común experimentar un período de duelo caracterizado por dolor, ira, culpa, tristeza e incluso ansiedad. Las personas pueden buscar una nueva conexión en un intento de llenar posibles carencias, aunque no existe un momento específico para iniciar una nueva relación afectiva.
1CUANDO NO SE RESPETA EL DUELO
Es evidente que después de una ruptura, se atraviesa un proceso de duelo debido a la pérdida experimentada y, aunque alguien inicie una relación de rebote sin malas intenciones, buscando sentirse mejor, no garantiza que su nueva pareja no resulte herida si las cosas no funcionan. Las emociones no procesadas, como la inseguridad o el miedo al fracaso, pueden arrastrarse a la siguiente relación.
Encadenar vínculos para olvidar el dolor del pasado sin haberlo superado puede conducir a la infelicidad. Lo más preocupante es que esto puede causar mucho daño a la nueva pareja. Si has iniciado una relación recientemente y te preguntas si eres el «clavo», examina estas señales de una relación de rebote y decide si estás dispuesto a enfrentar posibles sufrimientos.
