El Monasterio de Santa María de Guadalupe ha sido el epicentro de la devoción mariana en España desde el siglo XV a la actualidad. Se trata de uno de los sitios con más relevancia histórica en la comunidad cántabra, reconocido por sus diversas referencias a la cultura y devoción hispana. Asimismo, es un centro histórico-cultural que ha mantenido desde los primeros tiempos con el apogeo de la Edad Media hasta sus transformaciones cotidianas actuales.
Sin embargo, el Monasterio ha vivido mucho más que lo que se conoce a simple vista. Se trata de uno de los lugares más interesantes y misteriosos de la región, que alberga numerosas historias ocultas del pasado e interrogantes sobre el presente. Su extensa y compleja historia ha permitido que sea un sitio de interés en todas las épocas, desde un valioso punto etnográfico hasta una importante iglesia mariana.
La historia y la devoción del Monasterio de Guadalupe
El Monasterio de Guadalupe fue fundado en el año 1484 por el Caballero de Santiago García de Illescas, en memoria de la Santa Guadalupe, ante la invocación de los sucesores del Cardenal Cisneros, Arzobispo de Toledo. Con el paso del tiempo, se convirtió en un importante lugar de devoción mariana y a dicho lugar acudían gobernantes, nobles, y personas de todas las épocas para rendirle homenaje y devoción a la virgen.
Durante el siglo XVI el monasterio fue cede temporalmente a los Hermanos de la Merced, quienes lo remodelaron y ampliaron la iglesia parroquial del lugar. Fue entonces cuando se gestó la enorme influencia que tuvo esta institución. Su nombre y su religión se extendían en Toledo y en los territorios de Castilla, llegando incluso a ser parte de la Real Iglesia de Castilla.
Durante su apogeo el monasterio llegó a albergar a más de cien religiosos, y ese fue el motivo por el que se le atribuye el título de primer monasterio real de España. Fue declarado como sitio histórico-artístico y, desde el año 1994, fue declarado como Bien de Interés Cultural.
El mítico tesoro escondido
Durante el siglo XV y XVI el Monasterio de Guadalupe fue el centro de numerosas historias y leyendas sobre un mítico tesoro que se decía que escondía en sus entrañas. Así lo recoge la toponimia regional, dado que el lugar se enmarca en el corazón de las tierras de España y es conocido por la creencia popular que alguna vez hubo un gran tesoro enterrado allí, dan como prueba uno de sus parajes más hermosos: El Valle del Tesoro.
Esta zona también se denomina Valle de los Templarios, en alusión a que todavía se cree que hay tesoros enterrados de esta orden religiosa militar. Una devoción mariana que moldeó la identidad de la región durante el Medievo, así como toda una serie de leyendas relacionadas con los templarios y su relación con el Monasterio de Santa María de Guadalupe.
Las hipótesis sobre la existencia de estos tesoros suscitan una enorme interrogante que todavía persigue al monasterio: ¿Existe realmente el tesoro que dicen que fue enterrado en sus entrañas? Por desgracia, aún no hay nada que lo confirme, pues los únicos indicios existentes son los testimonios orales de la comunidad.
Su oculta historia Mariática
La tradición mariana del Monasterio de Guadalupe se remonta al descubrimiento de un ídolo en sus tierras. Se trata de una imagen de madera de María con el Niño en la cuna, que según reza la leyenda fue encontrada bajo los cascotes de una iglesia demolida. Con el paso del tiempo este icono fue venerado por los habitantes locales y se convirtió en la figura central en la historia y cultura de la región.
Por otra parte, también se cuenta en la zona que el Monasterio de Guadalupe es un lugar de los ángeles, dado que fue asignado como la capilla de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Esta tradición se remonta al siglo XVI, en una época en la que la arquitectura del monasterio no había sufrido cambios significativos.
De igual forma, en la antigüedad el Monasterio de Guadalupe fue importante para la veneración de San Ramón de Penyafort y la llamada Triduacíón de Toledo, una práctica milenaria de un periodo de tres días de devoción que la comunidad local llevaba a cabo dentro del templo.
Esta práctica todavía se observa actualmente en el Monasterio, y los monjes de esta congregación cada tres días ofrecen homenajes a los ángeles, Padres de la Iglesia y Santos, bajo el símbolo de la Virgen de Guadalupe.
El legado del Monasterio de Santa María de Guadalupe
El Monasterio de Santa María de Guadalupe ha dejado un enorme legado histórico y cultural en la región. Fue el epicentro de la devoción mariana durante siglos, y su legado permanece intacto a pesar de los tiempos modernos. El impresionante legado arquitectónico y artístico del lugar data del siglo XVII y XVIII, y se refleja tanto en su nave central como en el resto de los edificios del monasterio: la allows, el frater y el claustro.
El culto a Nuestra Señora de Guadalupe no solo pervive a través de sus construcciones, sino también a través de la religiosidad y devoción mariana de los visitantes que cada año recorren el monasterio. Las procesiones, fiestas patronales y romerías populares forman parte de la vida en el lugar y son decoradas con una gran variedad de elementos religiosos, tanto arquitectónicos como artísticos.
A pesar de todos los cambios y transformaciones que ha vivido el monasterio desde sus inicios, el legado y la devoción se mantienen intactos, haciendo de este lugar uno de los más relevantes de la región. Su presencia se reconoce en la región desde la Edad Media hasta el presente, una prueba de que la historia y la devoción mariana son parte integral de la identidad española.
El Monasterio de Guadalupe en la actualidad
El Monasterio de Santa María de Guadalupe se ha mantenido en activo a lo largo de los siglos. Su identidad se ha ligado con la religión y la cultura a través de la devoción mariana, un hecho indiscutible para la historia hispana.
Si bien el lugar es todavía un monasterio cerrado, cada año miles de peregrinos de toda España acuden a venerar la Virgen de Guadalupe y a recorrer el conjunto histórico-artístico que se conserva allí.
Actualmente, el Monasterio de Santa María de Guadalupe ha vuelto a convertirse en parte de la memoria colectiva, siendo un ejemplo de las olvidadas historias y tradiciones españolas. Los visitantes pueden disfrutar de su impresionante legado y de la trascendente devoción mariana que sigue viva en un lugar para mucho más importante, tanto por su importancia histórica como por el misterio y secretos que aún alberga.
En conclusión, el Monasterio de Santa María de Guadalupe es un lugar que ha atraído al visitante desde la Edad Media por su cultura y devoción mariana, su tesoro mítico y la intensa religiosidad que desprende cada una de sus esquinas.
Desde su fundación en 1484 el lugar se ha mantenido tanto su legado histórico-artístico, como la cultura y la devoción mariana. A pesar de los tiempos modernos, el lugar se mantiene como uno de los sitios más singulares de España, lleno de historias ocultas del pasado y de preciso de interrogantes para la actualidad.