viernes, 22 noviembre 2024

Cuando la lectura cambia vidas: descubre la transformación social que vivió un pequeño rincón de Zaragoza

En el apacible escenario de Arándiga, un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza con apenas 300 habitantes, dos mujeres emprendedoras decidieron que la literatura sería la alternativa al bullicio del bar.

María Nájera, periodista radicada en Madrid, y Ana Giménez, agricultora y defensora incansable de su pueblo, son las mentes maestras detrás de ‘La Charradica’, un club de lectura que no solo ha florecido en un entorno de escasa oferta cultural, sino que también se ha convertido en una poderosa herramienta de bienestar comunitario.

En España, donde la lucha contra la despoblación es palpable, iniciativas como la de María y Ana resaltan la resistencia de comunidades que se esfuerzan por preservar su identidad y vitalidad.

Estas iniciativas suelen provenir de personas que, aunque hayan tenido que emigrar, buscan mantener un vínculo sólido con su lugar de origen y contribuir a su supervivencia cultural.

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No se trata solo de garantizar empleo y servicios en estas localidades, sino también de infundirles vida y un propósito. Donde las exposiciones, los conciertos y las giras teatrales no llegan, un libro siempre puede encontrar su camino.

María Nájera, casi una «activista de la lectura», y Ana Giménez, defensora de su tierra y conocedora de los campos como pocos, comparten más que la infancia en Arándiga: comparten el amor por la lectura.

Este vínculo se reavivó en los últimos años, llevándolas a intercambiar libros, reflexiones y recomendaciones a pesar de la distancia física que las separa.

La pasión de María por la lectura se extiende a su podcast ‘Volumen 2’, una tertulia sobre libros y música, y a su club de lectura ‘Tinta Fina’, donde se reúne con otras mujeres periodistas.

Sin embargo, a pesar de sus compromisos en la capital, María sentía la necesidad de llevar la magia de la lectura de vuelta a Arándiga.

Así nació ‘La Charradica’ en 2019, un club de lectura que ha cautivado a diversos habitantes, algunos de ellos inesperados, de este rincón aragonés.

Leer: la alternativa sostenible para el ocio y la salud mental

La primera edición de ‘La Charradica’ en 2019 contó con la presencia de una invitada especial: Laura Serrano.

«Estaba hojeando su libro ‘Merecer la Vida’ (Pregunta Ediciones) en la biblioteca y descubrí que era aragonesa.

Así que la contactamos a través de las redes y la invitamos a venir a Arándiga una mañana de domingo con aquellos que habíamos leído su libro. Fue realmente especial», relata Ana Giménez.

Lo que ocurrió esa mañana, donde Laura, Ana y otros se unieron en el pueblo, se llama en el habla maña «charrar».

«En nuestra tierra existen palabras muy bonitas. Una de ellas es el verbo charrar, que significa conversar de una manera relajada, animada.

De ahí tomamos el nombre para nuestro club de lectura. En nuestro pueblo, como en la mayoría, siempre se ha charrado: en el lavadero, en las eras al sol, en la fresca durante las noches cálidas del verano», destaca Ana Giménez.

Un club de lectura en el entorno rural no solo es una alternativa de ocio sencilla y económica, sino que tampoco requiere que todos sus miembros posean el libro. ‘La Charradica’ suele trabajar con dos o tres ejemplares, circulándolos entre aquellos interesados.

Esta dinámica no solo fomenta la lectura, sino que también teje una red de conexiones y apoyo antes de la discusión del libro. «Viví un año en un pueblo de Escocia y descubrí cómo allí la población mayor teje activamente redes de apoyo que funcionan», comparte María Nájera.

«Caminaba junto a un grupo de mujeres mayores cada martes. Descubrí que para ellas era la cita semanal a la que no podían faltar.

Algunas eran ancianas de hasta 90 años y todavía me emociona recordar que se maquillaban y vestían para la ocasión.

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Lo más importante no era solo caminar y exponerse al sol y la lluvia, sino el rato posterior tomando un té. Gracias a ellas, aprendí inglés y fueron una inspiración para mí», recuerda con emoción.

En Arándiga, como en muchos pueblos, el bar es el punto de encuentro social. ‘La Charradica’ compite directamente con esta tradición, y sorprendentemente ha superado las expectativas.

María comparte con alegría cómo un marido comenzó a «dejarse caer» por el club de lectura bajo la excusa de recoger a su esposa.

Sin embargo, una vez que lo invitaron a quedarse directamente, abandonó el bar por las páginas de un libro.

«Poner en marcha este club nos ha demostrado que a veces basta con crear iniciativas y perseverar para que funcionen. Después de cada sesión, Ana y yo nos sentimos muy felices», confiesa María.

Ana Giménez, experta en trabajar la tierra y con conocimientos sólidos en psicología humana, destaca los beneficios de la lectura para la salud mental, multiplicados exponencialmente en un entorno rural.

«Una pequeña cita colectiva, ya sea para caminar, cuidar los jardines del pueblo o compartir una lectura, también tiene beneficios en la salud emocional y es una invitación para romper con la rutina y salir de casa, donde las personas de los pueblos a menudo se recluyen, alimentando la soledad y el aislamiento», subraya.

Leer es para todos: rompiendo prejuicios sobre la lectura

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Aunque la creación y gestión del club ha añadido trabajo extra a sus vidas diarias, María y Ana encuentran en ‘La Charradica’ más alegrías que desafíos.

El club ha atraído a nuevos vecinos que se han mudado al pueblo aprovechando el auge del teletrabajo durante la pandemia. «Tenemos a Irene e Iñaki, que dirigen Dosis, una pequeña productora, y acaban de reabrir la segunda tienda del pueblo, cerrada durante años. T

ambién está Christian, que reside aquí pero viaja diariamente a Zaragoza para trabajar como acupuntor. Además, Silvia, una auxiliar de educación especial, llegó con su familia.

Todos se han unido a ‘La Charadica’. También está llegando gente que ha comprado una casa como segunda residencia, como la escritora Cristina Grande y su pareja, Antonio Muñoz, quienes además nos abrieron las puertas de su casa para acoger una sesión sobre su novela: ‘Naturaleza infiel. Somos un grupo variopinto pero enriquecedor», comparte orgullosa María.

La red de conexiones que Ana y María han tejido con ‘La Charradica’ es el resultado de esfuerzo y dedicación, pero sobre todo, de una ilusión compartida.

La alegría de compartir la pasión por la lectura enriquece aún más cuando se disfruta alrededor de un buen vino y quesos locales de Galindo, la quesería del pueblo. Y así, todo comenzó con un libro…


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