El banco japonés Mizuho Financial Group obtuvo un beneficio neto atribuido de 415.700 millones de yenes (2.564 millones de euros) en el primer semestre de su ejercicio fiscal, un 24,4% más que doce meses antes.
La entidad financiera ha anunciado que los ingresos consolidados brutos ascendieron a 1,331 billones de yenes (8.208 millones de euros), un 14,5% más, por el «crecimiento sostenido» en todas las líneas de negocio y mercados, así como por la depreciación del yen.
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Por otro lado, los gastos generales y administrativos avanzaron un 10,3%, hasta los 796.100 millones de yenes (4.909 millones de euros), después de que aumentara el despliegue de recursos, especialmente fuera de Japón, además de por la depreciación de la divisa nipona y la inflación.
En cuanto a las métricas financieras, la rentabilidad de Mizuho se situó al cierre del periodo en el 7,3%, un punto y siete décimas por encima de la marca que se anotó el año previo. No obstante, la ratio de capital CET1, el que mide los activos de mayor calidad, fue del 11,52% en septiembre frente al 11,8% de marzo.
A la luz de los resultados, Mizuho ha revisado al alza sus previsiones anuales y espera cerrar su ejercicio fiscal de 2023 con un beneficio neto de 640.000 millones de yenes (3.947 millones de euros), 30.000 millones de yenes (185 millones de euros) más que en mayo.
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Asimismo, el banco ha mejorado el reparto del dividendo anual a 100 yenes (0,62 euros) por acción, 5 yenes (0,031 euros) más que lo que se pronosticaba durante el quinto mes del año.