En las últimas semanas hemos asistido a un verdadero alarde del potencial de las energías renovables. Las borrascas y tormentas que han azotado la península han sido la mejor dinamo para los aerogeneradores eólicos, cuya producción ha llegado a dejar el precio de la luz a mínimos de menos de 5 euros el megavatio hora (MW/h), cuando hace apenas un mes llegaba a los 150 € MW/h. Esta demostración de poder, sin embargo, tiene doble filo: la misma reducción de precios que propician las renovables bien podría llevarlas a la ruina.
El reciente estudio ‘Europe’s utilities face a power cliff from 2026‘, traducible como ‘Las energéticas se enfrentan a un precipicio en la electricidad a partir de 2026’, es suficientemente revelador en su título. Elaborado por S&P Global Ratings, el informe vaticina que en tres años los precios profundizarán en su caída hasta el punto de poner en serio peligro la viabilidad del negocio de las energías renovables.
La causa de este desplome de las tarifas será, precisamente, el crecimiento de la generación renovable. El incremento de la producción ‘verde’ de energía excederá la demanda y anulará el impacto del gas natural en el coste eléctrico, produciendo un efecto dominó que fulminará la rentabilidad de las plantas eólicas y solares.
RENOVABLES: DE VICTORIA EN VICTORIA HASTA LA DERROTA FINAL
La anterior profecía parece una flagrante contradicción, pero no lo es debido a los múltiples condicionantes que se entrelazan en el negocio. Hace unos días, el presidente de Fundación Renovables, Fernando Ferrando, avisaba a través de su cuenta de X (antes Twitter) que un precio de 4,4 € MW/h «no es una buena noticia», ya que «significa que no es rentable invertir en renovables, que la demanda ni ha crecido ni es gestionable», lo que en última instancia indica «que el mercado mayorista no funciona y genera volatilidad».
MERCA2 se ha puesto en contacto con Ferrando a fin de alcanzar una mejor comprensión del riesgo al que se enfrentan las energías ‘verdes’ en este escenario. El experto, que antes de presidir la Fundación Renovables ostentó altos cargos en instituciones como el CIEMAT y en firmas privadas como Gamesa Energía y Endesa, comienza mencionando el concepto clave del apuntamiento, es decir, «la relación entre el precio del mercado mayorista y el que ve una tecnología.
En este contexto, el apuntamiento se refiere a la diferencia entre el precio medio del mercado eléctrico y el precio medio de la generación renovable en una ventana de tiempo concreta. Esta diferencia varía según la forma en que el generador esté integrado en el sistema y determina sus beneficios.
«LA CONSECUENCIA DIRECTA DE LOS PRECIOS CERCANOS AL CERO ES QUE LAS EMPRESAS COBRAN MENOS; Y ADEMÁS, EL ESCENARIO DE INCERTIDUMBRE LLEVA A LOS INVERSORES A TENER EXPECTATIVAS NEGATIVAS»
Fernando Ferrando, presidente de Fundación Renovables
«Las nuevas inversiones renovables se pueden acoger a una doble modalidad de funcionamiento: presentarse a una de las subastas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en las que se fija como elemento de selección el precio ofertado y se cobra éste; o ir al mercado de forma directa» -explica Ferrando- «En el segundo caso, la reducción de precios del mercado mayorista es, obviamente, transmitida a la energía generada».
El presidente de Fundación Renovables cita como ejemplo el de la energía solar fotovoltaica, en la que podemos observar dos posibilidades: «Por un lado, si el precio medio baja la retribución al ente generador es menor; por otro, si ese descenso se debe a que hay una mayor oferta de electricidad generada por plantas fotovoltaicas, la retribución se reduce aún más».
Aquí es donde se esclarece el apuntamiento que encadena los balances de las empresas de generación solar o eólica. Continuando con el segmento solar, en los últimos años la retribución de las empresas fotovoltaicas ha pasado de ser ligeramente rentable a estar en pérdidas: «En 2020 era ligeramente superior a la unidad; es decir, si el precio medio del ‘pool’ era de 50 € MW/h, una planta cobraba de media algo mas de 50 €. En 2023, sin embargo, la retribución está aproximadamente un 20% por debajo, percibiendo 40 € frente a un ‘pool’ a 50», señala el presidente de Fundación Renovables, Fernando Ferrando.
En otras palabras, las compañías renovables cobran menos que la media del mercado mayorista, lo que de acentuarse produciría dos efectos: «Primero, la consecuencia directa es que las empresas cobran menos; segundo, la incertidumbre sobre el futuro de los precios, que llevan a los inversores a etiquetar a las energías ‘verdes’ con expectativas más negativas», dijo.
Resumiendo, los precios cercanos al cero propiciados por la eólica y la solar quiebran los beneficios de la eólica y la solar y espantan su financiación. Todo un círculo vicioso que desnuda las costuras de un sector todavía ‘crudo’ que tendrá que abordar esta incongruencia, pues las perspectivas sobre el futuro cercano apuntan a un raquitismo de las tarifas.