En los envases de numerosos productos que se encuentran en supermercados, se incluyen frases informativas como ‘Sin lactosa’, ‘Sin azúcares añadidos’ o ‘Sin gluten’. Estas declaraciones son cruciales para las personas con intolerancias o alergias alimentarias, pero también son asociadas por la población saludable con alimentos más beneficiosos para la salud. La dieta sin gluten, concretamente, es esencial para quienes son intolerantes a esta proteína presente en el trigo y otros cereales. Sin embargo, muchas personas sin intolerancias evitan alimentos que contienen gluten, y esto plantea interrogantes sobre por qué lo hacen y las posibles implicaciones para su salud.
1EL PROBLEMA DEL GLUTEN
El gluten, una proteína de origen vegetal, se halla en harinas de cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena, entre otros. Sin embargo, una vez consumido, el cuerpo debe digerirlo correctamente y después metabolizarlo. El problema es que no todos son capaces de hacerlo. Los individuos con enfermedad celiaca (EC) no pueden realizar este proceso y deben eliminar esta proteína de su dieta. La enfermedad celiaca no es ni una alergia ni una intolerancia, sino una enfermedad autoinmune que afecta diversas partes del organismo (no solo el intestino) en personas con predisposición genética.