China la ha vuelto a liar porque no se fía de nadie. En esta ocasión el gigante asiático ha afinado el acoso a la empresa que fabrica los iPhone y otros productos de Apple, Foxconn, hasta el punto de haber llegado a arrestar a su presidente y máximo accionista, Terry Gou, bajo las acusaciones de evasión fiscal y de mal uso de la tierra. El hostigamiento a las empresas chinas que trabajan por y para la producción y las compañías extranjeras plantea dudas y miedos al resto de empresas del globo terráqueo, incluidas las españolas, con presencia en territorio chino, que pueden verse afectadas por la inseguridad jurídica y lo arbitrario de las decisiones de las autoridades chinas.
Según datos de ICEX hay hasta 71 empresas españolas establecidas en China, la mayor parte de ellas con su propio nombre local. Desde empresas de ingeniería informática, como Goal Systems, de alimentación, como el grupo Mondragón, de ropa y calzado, como Callaghan, de todo tipo de manufacturas con materiales desde plásticos hasta químicos o metales, de cosmética farmaceútica, como ISDIN, Pikolin también tiene una sede, igual que Roca Sanitarios o Correos, entre muchas otras.
Según datos de ICEX hay hasta 71 empresas españolas establecidas en China, la mayor parte de ellas con su propio nombre local
Todas estas empresas pueden encontrarse con problemas similares a las que enfrenta Apple, salvo que su dimensión, mucho más pequeña, y su carácter no globalista, las mantenga a salvo. El gobierno chino es implacable con quien considera enemigos de su Estado y por esa razón ha realizado un doble movimiento que ha frenado las pretensiones del directivo taiwanés que trabaja para Apple, que se encuentra en plena producción de su nuevo y algo fallido producto estrella, el iPhone 15.
Por un lado, el país comunista ha frenado la carrera política de Terry Gou, puesto que este era el favorito en las encuestas en las próximas elecciones de Taiwán, ese territorio independiente que China considera totalmente suyo. El segundo movimiento es claramente económico y un claro choque contra el gigante de la tecnología norteamericana. Apple ha tenido que aguantar el golpe de que China haya prohibido utilizar y comprar sus dispositivos iPhone a los funcionarios y trabajadores públicos de la república popular. El CEO de Apple, Tim Cook, ha viajado hasta allí hace unos días porque ha visto que las cosas no iban demasiado bien para su compañía con el gigante asiático en contra.
LA FACTORÍA DE APPLE, BAJO INVESTIGACIÓN FISCAL
Pero China no se apiada de la marca y ha ido directamente a por el directivo Taiwanés que más puede defender a los norteamericanos en suelo asiático, y contribuir a la paz entre China y EE.UU gracias a us amplios contactos comerciales y personales. Los reguladores están realizando auditorías fiscales y revisando el uso de la tierra por parte de Foxconn, la empresa taiwanesa que fabrica la gran mayoría de los iPhone en fábricas en China, después de que el periódico local Global Times, respaldado por el Estado chino, publicara que a empresas subsidiarias clave de Foxconn se les estaban haciendo auditorias fiscales.
Las que trabajan para Apple no son las únicas empresas extranjeras que están siendo auditadas por las autoridades chinas en los últimos meses
También hizo público que el departamento de recursos naturales de China investigaba «in situ» a estas empresas sobre el uso de la tierra en las provincias de Henan y Hubei, y más ubicaciones de sus factorías. Las que trabajan para Apple no son las únicas empresas extranjeras que están siendo auditadas por las autoridades chinas en los últimos meses, según asegura Reuters.
Las auditorías se han intensificado en los últimos tres meses antes de las elecciones presidenciales de Taiwán y cuando Foxconn trata de expandir su producción fuera de China, sobre todo para evitarse mayores problemas. Y es que el hecho de que Terry Gou se presente puede dividir al electorado y facilitar que gane el separatista taiwanés y actual vicepresidente del territorio Lai Ching-te, al que en Pekín no quiere ver ni en pintura, porque le consideran un separatista.
Hay que tener en cuenta que Foxconn, que allí se llama Hon Hai Precision Industry, emplea a cientos de miles de personas en China y su inversión en las ciudades en las que opera es muy importante, lo que hasta ahora siempre ha sido celebrado por Pekín. Que parte de la empresa se quiera ir de China, y ubicarse por ejemplo en India, no le ha gustado nada al gobierno chino. Este hostigamiento chino ha provocado que las acciones de Foxconn cerraron con una caída del 2,9% el lunes, por debajo de la caída del 1,2% del mercado en general.