La reforma del mercado eléctrico europeo acordada la pasada semana por los Veintisiete «permite que la Unión Europea (UE) avance unida y en consenso hacia la soberanía energética», en palabras del director del Foro Industria y Energía (FIE), Albert Concepción. Estas declaraciones, hechas públicas por la entidad mediante un comunicado, reflejan la valoración que hacen los industriales sobre el pacto, positiva en líneas generales.
El analista del FIE Javier Santacruz también consideró el acuerdo como positivo, ya que «refuerza el mercado energético interior, además del papel de la Comisión Europea y al Consejo Europeo para imponer unas reglas que garanticen la igualdad entre los países europeos en materia energética».
La organización subrayó que el acuerdo, a falta de la concreción que conlleve su desarrollo legislativo, «ofrece un marco de seguridad para las empresas que quieran invertir en el sector».
EL PREACUERDO DE LOS VEINTISIETE PARA LA REFORMA
El pasado martes, los ministros de Energía y Clima de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico para que los precios de la electricidad dependan menos de la volatilidad de los combustibles fósiles y que ha cosechado el respaldo casi unánime de los Veintisiete, con la única excepción de Hungría. Se consiguió, por fin, limar las asperezas lo suficiente para que los países miembros consensuaran las bases regulatorias, un logro que pasó por ceder ante los intereses franceses de extender los contratos por diferencia (CDF) a las nucleares.
Este tipo de contratos se dan entre un generador de electricidad y una entidad pública, normalmente el Estado, y estipulan que el vendedor pagará al comprador la diferencia en el precio de la energía desde el momento de la compra a la firma del contrato, por lo que supone una limitación para el generador, que recibe unos ingresos estables por la electricidad que produce, lo que reduce la volatilidad en los precios de la luz.
LOS CONTRATOS POR DIFERENCIA, PIEDRA ANGULAR DE LA REFORMA
Los contratos bidireccionales por diferencia se aplicarán, según las bases del preacuerdo, a las inversiones en nuevas instalaciones de generación basadas en energía eólica, energía solar, energía geotérmica, energía hidroeléctrica sin embalses y energía nuclear.
«El acuerdo para la reforma eléctrica refuerza el mercado energético interior, además del papel de la Comisión y el Consejo, para imponer unas reglas que garanticen la igualdad entre los países miembros»
Javier Santacruz, analista del FIE
La propuesta permitió, por un lado, los contratos por diferencia para las instalaciones existentes en caso de inversiones para aumentar su capacidad o repotenciarlas y, por otro, garantizar la evaluación de la Comisión con arreglo a la legislación sobre ayudas estatales y velar por cualquier distorsión de la competencia.
Los representantes de los estados miembros se comprometieron a simplificar y ampliar el alcance de los mecanismos de capacidad -medidas de apoyo que los estados miembros pueden introducir para garantizar la seguridad del suministro- y diversas medidas de protección a los consumidores. Éstas incluyen fortalecer la defensa del consumidor, estableciendo la libre elección de proveedor y la posibilidad de acceder a precios dinámicos de electricidad, contratos de duración determinada y de precio fijo, salvo que los proveedores no ofrezcan contratos fijos y siempre que esto no reduzca la disponibilidad global de los mismos.
Respecto a los contratos por diferencia, el comunicado de la FIE se limita a manifestar que «permitirán a los estados miembros adquirir energía de tecnologías como la nuclear, la hidráulica y la cogeneración para garantizar la seguridad del suministro». Además, el acuerdo «prevé impulsar los mecanismos de capacidad orientados al almacenamiento de la energética, básicos para el desarrollo de las energías renovables«.