Un chico y una chica están en la discoteca. Ella baila, él la mira con interés. Se miran, se gustan, hablan a sus amigos de lo guapo que es él, de lo esbelta que es ella. Se envían mensajes, envían a sus amigos a hablar por ellos. En algunos momentos parecen perder el interés mutuo. Pero algo cambia de improviso. Por primera vez, uno de ellos parece que da el paso.
El paso lo ha dado Euskaltel, que en un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, tras una información publicada por Bloomberg sobre los contactos entre ambas compañías, confirmaba el inicio de conversaciones oficiales con Zegona para la posible adquisición, directa o indirecta, de Telecable de Asturias.
Aunque el hecho relevante no lo dice, las conversaciones oficiosas llevan meses en marcha, especialmente durante el mes de enero. En el último mes parecía, incluso, que la cosa se había pausado. El precio que pedían los ingleses era demasiado alto, el poder que alcanzarían en la compañía haría perder peso a Kutxabank.
Lejos de la boda
El hecho relevante no dice gran cosa. Es como si el chico de la barra escribiese a su madre para decir que ha encontrado una chica que le gusta. Pero de ahí a la boda quedaría, en todo caso, un importante camino.
Lo deja claro el hecho relevante: «Sin que a la fecha de hoy se haya alcanzado ningún acuerdo susceptible de ser comunicado ni exista certeza de que dicho acuerdo vaya a alcanzarse».
El chico sigue mirando a la chica. La chica le sigue gustando. Ambos siguen en la discoteca con la copa en ristre. Pueden satisfacer sus deseos más íntimos de fusión y meterse en el cuarto de datos a cohabitar. O pueden irse a su casa con las ganas.
Pero se gustan, está claro que se gustan.